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«El rival de Chávez no está entre los actuales líderes de la oposición»

»¡Uh! ¡Ah! ¡Chávez no se va!», gritaban los chavistas para el referéndum y les dio resultado, porque tendrán presidente hasta el 2007. El desafío ahora lo tienen las fuerzas opositoras que deberán buscar un líder que logre capitalizar la votación que no quiere a Chávez, pero que tampoco desea volver al antiguo sistema político que permitió su llegada al poder.


A pesar de que los organismos internacionales y la comunidad internacional, ya le dieron su visto bueno a los resultados del referéndum en Venezuela, que permiten la continuidad del Presidente, Hugo Chávez hasta marzo de 2007, la noticia a nivel local seguirá siendo en ese país si hubo o no fraude electoral, por lo menos hasta que se terminen las auditorias a las actas y los equipos de votación electrónicos.



Los que enarbolan el reclamo son los partidos de la Coordinadora Democrática, que agrupan a parte de la oposición a Chávez y a la cual le ha llamado la atención el alto nivel de abstención registrado en el revocatorio. Este hecho se traduce en que una importante cantidad de la población tampoco se ha sentido representada ni por uno, ni otro bando.



Según información del diario El Universal de Caracas, a pesar que el presidente de la Junta Nacional Electoral, asegura que la abstención general del proceso oscilará entre 22 y 30 por ciento, los resultados preliminares por estados contradicen esta afirmación. Ya que con un 80 por ciento de las actas totalizadas se han registrado márgenes de abstención que oscilan entre un 31 y un 54 por ciento.



Para el sociólogo venezolano, Jorge Peña, quien se encuentra de visita en Chile, el tema no es menor, si se proyecta el actual escenario a las elecciones presidenciales de diciembre de 2006. Este académico de la Universidad Central de Venezuela y miembro del departamento de Estudios Latinoamericanos de dicha casa de estudios, señala que mientras el oficialismo tiene designado a su candidato, en la oposición no hay nadie que pueda concitar el apoyo de los desencantados del sistema.





-Los organismos internacionales ya le dieron su "bendición" a los resultados del referendo, así que por más que la oposición alegue fraude Venezuela tendrá a Hugo Chávez hasta el 2007. ¿En qué posición queda la Coordinadora Democrática?, ¿Va a existir una renovación de liderazgos?
-Hay un elemento anterior que es necesario señalar antes de contestar la pregunta y que tiene que ver con la manera de hacer política en mi país. Me refiero a la lógica de guerra con que se maneja la política en Venezuela. El otro no es un otro distinto, sino que es un enemigo, es un castrocomunista o un "traidor a la patria", según del lado que se mire. En consecuencia, no hay un reconocimiento político adecuado, ni formas de buscar consenso, sino que es una vieja forma latinoamericana de hacer política, que busca la destrucción del otro, lo que en el caso de Chile significó, por ejemplo, la aniquilación física del adversario. Estamos enfrentando un problema serio de polarización.



Carencia de liderazgo



-¿Qué pasa entonces con la Coordinadora?
-Creo que tienen un problema, porque no se ve una renovación importante de liderazgos. En buena medida siguen presente allí los viejos lideres, los viejos partidos, que por lo demás son los que crearon las condiciones para que un personaje como Chávez de un golpe y que no sea sancionado. Lo cual es insólito, si uno piensa que en cualquier país occidental, un militar que se levanta contra el sistema recibe una cantidad de sanciones. Entonces Chávez no es una causalidad; es producto de la manera como fue conducido el sistema político venezolano desde 1958, cuando se derroca a Pérez Jiménez, y que se caracterizó por la pérdida de capacidad de lograr consensos, por la falta de inclusión social, que concluye con el caracazo a Carlos Andrés Pérez en 1989, cuando intenta introducir una serie de políticas neoliberales.



-Entonces, a pesar de la polarización, ¿hay venezolanos que no quieren ni el gobierno actual, ni volver al pasado?
-Hay una gran cantidad de gente a la que no gustándole Chávez, aún sintiendo una amenaza real o imaginaria de parte de su gobierno, tampoco quieren una vuelta al pasado, ni entregarle la conducción del país a quienes en gran medida fracasaron.



-¿Se puede esperar que los sectores más extremos de la Coordinadora Democrática se vayan "al monte" o desarrollen algún tipo de actividad insurreccional en contra de Chávez?
-Hay que aclarar que los grupos radicales están en ambos bandos, pero pienso que son muy pocos. Lo que yo creo es que en este momento en América Latina, en general, la posibilidad golpista tiene muy poca viabilidad. Las condiciones internacionales especialmente y el "aprendizaje" respecto de las últimas dictaduras militares, impiden que América sea un campo fértil para un golpe de cualquier signo, tanto de derechas o izquierda. Creo que no hay viabilidad para eso en este momento. Eso no significa que estos grupos no puedan generar algún nivel de violencia, cuya represión tendrá que ver con el funcionamiento institucional.



-La impresión desde el extranjero es que la Coordinadora Democrática es toda la oposición. ¿Es correcta esa apreciación?.
-No es lo mismo. La Coordinadora es una agrupación de partidos políticos y de algunas otras agrupaciones que sigue siendo un agrupamiento de tipo cupular, con las direcciones de partidos y otras organizaciones, que no son partidos políticos, que han ido surgiendo en el último tiempo. Diría que el grueso de las personas de oposición no está allí. La Coordinadora no es un organismo de militancia política, sino que es un elemento que agrupa a partidos de visiones tan distinta como Acción Democrática, COPEI (democracia cristiana) o Bandera Roja (marxista leninista).



-¿El chavismo tiene un soporte partidario o sólo se queda en un movimiento de simpatizantes?
-El chavismo no tiene un partido, es una expresión que yo calificaría de neopopulista. Lo que existe allí es una relación muy vertical entre el líder o caudillo y la masa, con unos organismos intermedios que son más decorativos que otra cosa. No hay un partido, como pasaba si se quiere con Perón, donde existía el Partido Justicialista.



-¿Quién se puede adjudicar o capitalizar ese universo que no está ni con el gobierno, ni con la Coordinadora?
-No veo a nadie por ahora, gente con ganas sí. Pero hay que ver cuáles van a ser los mecanismo para la designación de candidatos.



-¿Ese universo electoral se fue a la izquierda?
-Esa gente no se fue a la izquierda, sino que mucha gente se fue a la apatía, a la no participación. En la última elección presidencial (1999) lo que Chávez saca en realidad es cerca del 30% de la votación, porque la abstención fue de un 46%. Entonces de un proceso de altísima participación donde la abstención no pasaba del 5% o el 10% se pasa ahora a una que alcanza entre el 20 y el 30%. ¡Qué puede pasar ahora? Eso depende del gobierno y la oposición. Si el gobierno desarrolla una acción que concite acuerdos, se puede afirmar y puede crecer, pero si mantiene una mirada sectaria, el rechazo puede aumentar, pero quién y cómo lo va catalizar, esa es la incógnita. No se ve quién lo puede hacer.



-¿Cuál es el rol del empresario y magnate de los medios Gustavo Cisneros?, ¿se lo puede ver como una carta presidencial?
-No sé si estará interesado en asumir un rol político. En general, los grandes empresarios no asumen directamente esos papeles… Cisneros no me parece una carta que aglutine a los antichavistas.



-Chávez se reunió con Cisneros hace un par de meses. ¿No hay un grado de inconsecuencia del Mandatario, si se considera que sus criticas a los medios de comunicación que controla el empresario han sido permanentes?
-Sobre eso quisiera decirte que Chávez tiene un discurso antiimperialista, antioligárquico, anti una serie de cosas, pero la acción no va paralela con el discurso. Lo que siempre ha dicho es que garantiza el envío de petróleo a los Estados Unidos, además ha endeudado al gobierno internamente y eso se ha traducido en negocios para la banca privada. También ha colocado bonos del Estado en el exterior, o sea se han mantenido buenas relaciones con el capital internacional. En ese sentido, no hay que confundir el discurso de Chávez con lo que hace realmente. Hay dos Chávez, el interno de las manifestaciones y la televisión del domingo y el que se mueve a nivel de la política internacional.



-Analistas han señalado que el Presidente Hugo Chávez ahora que ganó será conciliador por un tiempo y luego se volverá más duro. ¿Cuál es su reflexión?
-Aquí hay un problema, que no sé hasta donde no es político y que es la personalidad de Chávez. Yo diría que Chávez ha sido innecesariamente conflictivo, tuvo un apoyo muy importante iniciando su gobierno; sin embargo, comienza a desarrollar, más que con acciones, un discurso revolucionario. ¿Cuáles son los cambios de estructura y los cambios revolucionarios?. En Venezuela los mecanismos de funcionamiento capitalistas no han cambiado, los mecanismos que tienen que ver con las políticas sociales no han cambiado. Venezuela no funciona de manera diferente a otros países de América Latina desde el punto de vista del capitalismo.



-¿Cómo ve a Acción Democrática, el partido de Carlos Andrés Pérez, que fue el último gobierno antes de Chávez?
-No tengo cifras acá, pero me da la impresión que Acción Democrática puede haber recuperado algún apoyo popular…



-¿Se perfila Henry Ramos Allup, uno de sus jóvenes líderes, como presidenciable?
-Según mi opinión no puede ser visto como un líder indiscutido de Acción Democrática, ni tampoco tiene las condiciones de presidenciable, ni tampoco Salas Rommer. Cualquier oposición a Chávez con miras a las presidenciales tendrá que salir de un liderazgo distinto a los actuales. El rival de Chávez para las elecciones presidenciales de diciembre de 2006 no está entre los actuales lideres de la oposición.



Usted dijo que Chávez era un neopopulista. ¿En qué se basa para sostener este concepto?
-Los procesos independentistas latinoamericanos no crearon unos mecanismos democratizadores sólidos. Entonces América Latina se mantiene en una permanente injusticia e inequidad. No hay pasos realmente importantes en ese sentido. Por eso hay una gran dificultad de crear acuerdos y cuando se crean acuerdos, como en Chile, es a costa de pasos muy pequeños en cuanto a progreso social. Entonces frente a esos fracasos y desengaños aparece el componente mesiánico y Chávez es eso. Él elabora un discurso a partir del nombre de Bolívar, entonces es Bolívar, Dios y Chávez que reemplazan a una dirigencia en un sentido moderno. Esto impacta con mayor profundidad en sectores de extracción popular, a los que le importa el discurso de incorporación de su líder: "con Chávez manda el pueblo", "el que está contra Chávez, está contra el pueblo", así de categórico.



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