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Moscú no presentará reclamo de soberanía sobre el Ártico antes de 2010

El tema es seguido de cerca por los demás países con intereses en la zona, como EEUU, y Canadá, considerando que si la ONU confirma las ambiciones de Rusia, esta podría incrementar su plataforma continental en 1,2 millones de kilómetros cuadrados.


Rusia no presentará reclamaciones por escrito sobre la soberanía del lecho marino del océano glacial Ártico antes de 2010, anunció este jueves Serguei Fedorov, director del departamento de Geología del ministerio ruso de Recursos Naturales.



«La declaración debe ser acordada con los otros países limítrofes: Dinamarca, Canadá, Estados Unidos y Japón», aseguró Fedorov, citado por la agencia oficial Itar-Tass.



Los gobierno danés y canadiense, países que han realizado al igual que Rusia investigaciones en la cordillera submarina de Lomonosov, ya han dado su visto bueno para la celebración de consultas este año en Copenhague



«Nuestras posiciones deben coincidir. Entonces, la declaración deberá ser presentada por los ministerios de Recursos Naturales, Exteriores y Defensa», apuntó.



Las autoridades rusas ya presentaron en 2001 ante la ONU una solicitud en la que se exponía que el lecho marino del Ártico, en concreto la cordillera submarina de Lomonosov, es una continuación de la plataforma continental de este país.



Naciones Unidas recomendó entonces a Rusia que presentará una nueva solicitud que incluyera datos científicos más convincentes que confirmaran las pretensiones rusas.



«La Convención de la ONU sobre Derecho del Mar habla de que deben pasar un lapso de tiempo racional para la interposición de una nueva solicitud», dijo.



El año pasado científicos rusos afirmaron disponer de «pruebas» que respaldarían las ambiciones de Moscú de controlar ese territorio.



Estos basaban sus declaraciones en el material geofísico recabado por los batiscafos Mir-1 y Mir-2, que descendieron el 2 de agosto de 2007 a las profundidades del océano Glacial Ártico justo debajo del Polo Norte geográfico.



«Estamos procesando la información recabada y a finales de año el ministerio presentará materiales geológicos y geofísicos sobre la articulación de la cordillera de Lomonósov con la plataforma continental de Siberia Oriental», señaló Fédorov.



En caso de que la ONU confirme las ambiciones de Rusia, ésta podría incrementar su plataforma continental en 1,2 millones de kilómetros cuadrados.



La Convención de la ONU de 1982 estipula que la plataforma continental no es parte del territorio de un Estado, sino una zona de estatus especial.



Eso sí, también indica que la zona económica de un país puede extenderse más allá de las 200 millas marítimas, si la plataforma continental supera esos límites.



Según el presidente de la Asociación Internacional de Ley del Mar, Anatoli Kolodkin, «el Estado ribereño tiene derechos exclusivos para explorar y explotar los recursos naturales, tales como petróleo y gas, al igual que la pesca, dentro de los límites de ese territorio en cuestión».



La cordillera submarina Lomonosov, que se eleva 3.700 metros desde el fondo del océano glacial Ártico que, según estimaciones de expertos estadounidenses, acogería la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos.



Además de recoger pruebas del suelo y la fauna, en agosto del pasado año el batiscafo ruso Mir-1 depositó en el lecho marino del Ártico, a una profundidad de 4.261 metros, una bandera de Rusia hecha de titanio y resistente a la corrosión, de un metro de altura.



Estados Unidos, Canadá y otros países con intereses en la zona replicaron que la colocación de la bandera en el fondo del Ártico no tiene implicaciones jurídicas.



EFE

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