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Papa defiende multilateralismo en la ONU y pide a judíos construir puentes

Ratzinger cerró su jornada con un discurso a representantes de cerca de diez confesiones cristianas diferentes en la parroquia de San José, en el centro de Nueva York.


El papa Benedicto XVI llegó este viernes a Nueva York, donde pronunció su esperado discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y después fue acogido calurosamente en una sinagoga de la ciudad.



El jefe de la Iglesia católica comenzó el 15 de abril su viaje a Estados Unidos y tras una estancia de tres días en Washington, donde se entrevistó con el presidente George W. Bush, llegó hoy a Nueva York, ciudad en la que permanecerá hasta el próximo domingo.



El discurso de Benedicto XVI a la Asamblea General de Naciones Unidas fue un claro llamado a los países al uso del diálogo y, sobre todo, de acciones multilaterales para lograr la solución de los conflictos.



Una petición que llega en un momento en el que, según el jefe de la Iglesia católica, «el consenso multilateral sigue padeciendo una crisis a causa de su subordinación a las decisiones de unos pocos».



El obispo de Roma recordó a la ONU que tiene el «deber» de intervenir para proteger a la población ante crisis humanitarias o violaciones de derechos, cuando sus Estados no lo hagan.



«Si lo Estados no son capaces de garantizar esta protección, la comunidad internacional «debe intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales», apuntó.



Sin embargo, insistió ante los miembros de Naciones Unidas sobre la necesidad del diálogo y de agotar todas las vías diplomáticas para resolver estas crisis.



En las tres horas de visita a la sede de la ONU, el líder de la Iglesia católica fue recibido por el secretario general de la institución, Ban Ki-moon, y el presidente de turno de la Asamblea General, el macedonio Srgjan Kerin, junto a sus esposas y numerosos funcionarios.



Benedicto XVI también saludó al personal de Naciones Unidas, a quienes agradeció su labor en favor de los más débiles y recordó a todos aquellos que han perdido la vida en las misiones de la organización.



«Recordamos de manera especial a tantos civiles y custodios de la paz – 42 solo en 2007- que han sacrificado sus vidas sobre el terreno por el bien de los pueblos a los que sirven», dijo.



Por la tarde, Benedicto XVI visitó la sinagoga de East Park, en un gesto de deferencia ante la numerosa comunidad judía de Nueva York, a la que alentó a construir «puentes de amistad» con el resto de religiones.



Una visita que, a pesar de su brevedad y de su sencillez, destacó entre los actos y ceremonias de este viaje por el calor demostrado por la comunidad judía.



La visita a la sinagoga neoyorquina no estaba prevista en un primer momento en el programa del viaje del Papa a Estados Unidos y fue incluida a última hora por el Vaticano como un «gesto de amistad» hacia los judíos, que hoy comienzan la Pesaj (Pascua).



El pontífice, que fue recibido con cánticos, comenzó su discurso exclamando «Shalom», el saludo judío para desear paz.



«He venido aquí con gran alegría, pocas horas antes del comienzo de la celebración de vuestras Pesaj para expresar mi respeto y afecto a la comunidad judía de Nueva York», afirmó.



Joseph Ratzinger dijo sentirse «conmovido» al recordar que «Jesús, siendo joven, escuchó las palabras de la Escritura y rezó en una lugar como este».



Benedicto XVI alentó entonces a la comunidad judía de Nueva York, que cuenta con más de un millón de integrantes, a «seguir construyendo puentes de amistad con los diversas grupos étnicos y religiosos» que viven en la ciudad.



El rabino jefe de la sinagoga, Arthur Schneier, de 78 años, de origen austríaco y que sobrevivió al Holocausto, expresó en su discurso de bienvenida al Papa que «el sol brilla en este día, en el que los hermanos están juntos con placer».



Schneier, que se mostró muy cariñoso con el máximo jerarca del Catolicismo, destacó que los judíos persiguen «un deseo sincero de reconciliación».



Las palabras del rabino rebajan las tensiones surgidas después de que instituciones judías denunciaran que el Vaticano les quería despreciar y discriminar con la reinstauración y nueva formulación de la oración en latín del Viernes Santo, en la que se reza por ellos.



Ratzinger cerró su jornada con un discurso a representantes de cerca de diez confesiones cristianas diferentes en la parroquia de San José, en el centro de Nueva York.



En este acto intercambió algunas palabras con Elder Bernice King, hija del líder de los derechos civiles afroamericanos Martin Luther King, asesinado hace 40 años.



EFE

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