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Tribunal francés reconoce una «falta penal» en accidente del vuelo Río-París

Las causas de la tragedia en la que se vio involucrado un avión Airbus A330 de Air France siguen sin aclararse, sobre todo porque han fracasado los tres intentos por rescatar las cajas negras del aparato desde las profunidades del océano.


El Tribunal de Gran Instancia de Toulon, al sureste de Francia, reconoció este martes  la «existencia de una falta penal» en relación con el avión de Airbus y operado por Air France siniestrado entre Río de Janeiro y París con 228 personas a bordo en junio de 2009.

La Comisión de Indemnización de Víctimas de Infracciones Penales del Tribunal de Gran Instancia de Tulon considera oportuno conceder una indemnización de 20.000 euros a los familiares de una de las azafatas que perdió la vida en el accidente, dada la «coexistencia de fallos anteriores y de un fallo constatado la noche del accidente que afectan a las sondas Pitot».

Se trata de la primera vez que la justicia francesa considera que hubiera podido haber una falta penal en relación con el accidente.

Entiende ese tribunal que los datos que apuntan a un mal funcionamiento de las sondas de velocidad Pitot que llevaba el avión (tal y como señaló el Organismo francés de Investigaciones y Análisis en uno de sus informes sobre el accidente) es motivo suficiente para conceder una indemnización a sus familiares en el marco de una «falta penal que caracteriza el delito de homicidio involuntario».

No obstante, dicha comisión no tiene la misión de determinar quién es el responsable penal, sino si los demandantes han sido objeto de una falta que les otorgue derecho a recibir una indemnización.

En paralelo, sigue abierta una investigación judicial para determinar si existió «homicidio involuntario».

El Fondo de Garantía de Víctimas de Terrorismo y de Otras Infracciones deberá aportar 10.000 euros al padre de la azafata y otros 10.000 euros al hermano de la misma.

El (BEA), encargado de la pesquisas sobre el avión siniestrado entre Río de Janeiro y París, recomendó el pasado diciembre cambiar los «criterios de certificación» de los sensores de velocidad Pitot de los aviones, fabricados por la empresa gala Thales, que llevaba el aparato siniestrado.

Las causas del accidente, no obstante, siguen sin aclararse, señaló el BEA en el segundo informe sobre el siniestro del avión Airbus A330 de la aerolínea Air France, que se precipitó al Atlántico.

Los tres intentos del BEA para recuperar del fondo del océano las cajas negras del aparato, imprescindibles para esclarecer las circunstancias de la catástrofe, han sido suspendidas sin éxito una y otra vez.

La última de ellas concluyó el pasado 24 de mayo y el organismo debe decidir próximamente si lanza una nueva oleada de búsquedas porque todavía considera factible recuperar los aparatos que registran la información de vuelo. EFE

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