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E-Government: Caminando hacia las ciudades digitales


Cuando queremos saber cuál es el grado de desarrollo tecnológico de un Estado, comenzamos siempre preguntando qué servicios se están ofreciendo hoy en línea. Sin embargo, esa forma de acercarnos a la realidad es querer ver sólo una parte del progreso, puesto que sabemos que hay muchos proyectos que sin duda podrían haber sido de alto impacto social si hubieran estado enmarcados en una estrategia de implantación de las TIC. Una estrategia coherente con el desarrollo del país, por supuesto.



Por tanto, una forma más rigurosa de aproximarnos a desarrollar un e-Government, necesariamente implica desarrollar una visión integradora; es decir, se requiere una Visión Integral de e-Government.



¿Y cómo veo una política integralmente tecnológica? A mi parecer, un e-Government debiera contar con una sola plataforma que integre absolutamente a todo el aparato del Estado. Es decir, tal cómo ocurre con la administración de la justicia, en la que se cuenta con un solo Código Civil, Penal o Administrativo, por Estado, lo mismo debiera ocurrir con la tecnología; debiéramos considerar sólo una plataforma tecnológica gubernamental, en la que por ejemplo se definan los estándares de comunicaciones entre arquitecturas de servicios públicos y asimismo se determine que toda la comunicación de voz sea sobre IP, por ejemplo.



Por otra parte, es necesario comenzar a descubrir, es decir, a develar la necesidad de acortar la brecha digital en el propio Estado. ¿Qué significa esto? Que si bien hace años hablábamos de la brecha digital en la sociedad y que de alguna forma ya son definitorias al momento de rankear a las naciones en cuanto a su desarrollo o crecimiento, hoy ya podemos ver desigualdades de desarrollo tecnológico entre distintos servicios públicos de un mismo Estado. Ese es el mejor reflejo de la incapacidad por responder a la anunciada revolución tecnológica.



Otra oportunidad que me parece necesaria resaltar y que nos ofrecen las TIC como forma de desarrollo es capacidad de integración regional. Ya no en relación a las ciudades, estados o regiones de un propio país, sino que me refiero al impulso de iniciativa de instalación de plataformas que presten servicios no sólo al país donde se ubican sino que a continentes enteros o bien a países limítrofes. Bajo esta perspectiva, veo posible mecanismos de transacciones y acuerdos comerciales entre países donde uno ofrezca materias primas como el gas y el otro pague con servicios de call center gubernamentales, por ejemplo.



Asimismo, hoy es más natural encontrar países empujando la prestación de servicios vía Internet, sin embargo son muy pocos los países que puedan decir que tienen todos los trámites y servicios on line. Y sí hay muchos que hoy cuentan con dos burocracias, la física y la digital. Esos países, si no reaccionan rápidamente, deberán «reconstruir» un sistema que funcione integradamente, lo que además de ser muy costoso, definitivamente los dejará relegado a las últimas posiciones de desarrollo en un contexto global.



¿Cómo veo lo contrario? Constituyendo comunidades de interés, integradas con otras plataformas y prestando servicios que incluso les dan beneficios a los usuarios, clientes, administradores y ciudadanos. Veo con ansiedad e impaciencia cómo se desarrollan las iniciativas que nos llevarán a construir verdaderas Ciudades Digitales.



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Claudio Musso es gerente de Desarrollo de Negocios Corporativos de Soluziona y magíster en Ciencias Políticas de la Universidad de Chile

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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