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«Der Spiegel»: una tradición de periodismo de buen nivel


El primer «Der Spiegel» fue publicado en el 4 de enero en 1947, en plena postguerra, como sucesor de una revista que se llamaba «La semana» («Die Woche»). Tuvo como modelo los «news magazines» americanos y británicos, y su objetivo era bregar para que los alemanes tuvieran noticias objetivas después del régimen de Adolf Hiltler, donde toda la información era controlada. Rudolf Augstein y otros periodistas jóvenes se tomaron en serio su misión y desde el principio fueron criticados, en primer lugar por los aliados porque no evitaron escribir análisis criticos sobre la ocupación. Finalmente, Augstein recibió el derecho a inscribir la marca como propia y no tener censura previa, entonces cambió el nombre de «La semana» a «Der Spiegel». Desde ese momento él fue su propietario, redactor jefe y director. Así fue como Rudolf Augstein se fue convirtiendo en una leyenda viva y en el periodista más conocido de Alemania, de modo que su nombre llegó a ser sinónimo de periodismo investigativo.



«Nunca tuve dificultades para estar en contra de algo pero tuve más dificultades de estar a favor de algo», fue una de sus citas favoritas. Augstein nació el 5 de noviembre en 1923 y no tuvo la posibilidad de estudiar debido al estallido de la Guerra Mundial II. Antes de ser alistado en el ejército como telegrafista en 1942, hizo un período como reportero voluntario en un periódico de Hannover, («Hannoverschen Anzeiger»). A partir de entonces, empezó a definir las reglas de lo que para él era el periodismo ideal. Primero: quería escribir sólo sobre algo que le gustaría leer publicado. Segundo: no quería que ningún personaje público, fuera quien fuera, tuviera privilegios a la hora de estar bajo la lupa de los medios, y tercero: con sus informaciones quería cambiar algo para que los alemanes recuperasen la tradición de su cultura humanista.



Aunque no tuvo estudios formales, Augstein fue un hombre muy inteligente, sabía mucho y le interesaba todo. Por sus éxitos y su influencia en el periodismo germano recibió en 2000 el título de «Periodista del siglo». Publicó tres libros y durante dos años estuvo en el Congreso Federal de Alemania como representante del FDP (liberales, un partido de derecha que no necesariamente coincidía con su perfil más «open mind»). El 7 de noviembre de 2002 murió por causa de una pulmonía.



«Spiegel-Affäre»: El asunto del espejo



Uno de los capítulos más importantes de la historia de esta revista es su asunto homónimo «Spiegel-Affäre». En 1962 la policía ocupó los edificios de la redacción por una historia que publicó el medio. El periodista Conrad Ahlers escribió sobre la mala situación del ejército federal en ese momento, basado en un documento de la OTAN. El ministro de Defensa consideró que Ahlers había utilizado documentos secretos para la elaboración del articulo. El estado alemán procesó a los periodistas por «alta traición» y el director y algunos periodistas fueron detenidos. 103 días estuvieron en prisión preventiva y la policía ocupó la redacción y registró todas sus dependencias. Esto provocó muchas protestas de parte del pueblo alemán, de la oposición y la prensa porque se temían a partir de ello peligrosas derivaciones para la libertad de la prensa.



El ministro del Interior, el bávaro Franz Josef StrauíŸ (CSU) manifestó al principio que este enojoso asunto no tuvo nada que ver con su persona. Pero con el tiempo se enredó en esta historia y al final tuvo que dejar su puesto político. Tres años después el tribunal federal supremo decidió que no había pruebas contra la revista y el asunto fue cerrado oficialmente.



La redacción de «Der Spiegel» no descubrió sólo esta historia oculta sino muchas más. Por ejemplo, el caso en que la empresa Flick pagó comisiones ilegales de millones de marcos a políticos. Todos estos escándalos tuvieron muchas veces consecuencias políticas y económicas fuertes.



El estilo de la revista



«Der Spiegel» siempre fue conocido por su agudo periodismo investigativo y a lo largo de sus 58 años de trayectoria descubrió muchas historias. La diferencia, en comparación con otros medios, es su estilo de informar y escarbar las cosas. A menudo trabajan 4 o 5 redactores para un solo reportaje y descubren así hechos y datos que otros pasan por alto.



Hay una historia central y diferentes artículos de contexto que entregan más información al respecto. Últimamente tienen más problemas para hacer su trabajo porque el mundo ha cambiado en un sentido positivo: ahora es mucho más transparente y es difícil descubrir una historia secreta.



Posición en el mercado alemán



La editorial Spiegel se encuentra localizada desde 1952 en la cuidad de Hamburgo y publica, junto con «Der Spiegel», el «Manager-Magazin», una revista para altos ejecutivos. El 50,5 por ciento de su propiedad está en manos de sus periodistas, porque así lo decidió Augstein. El cincuenta por ciento restante se reparte entre sus herederos y la editorial. Se estima que por lo menos unos 5,7 millones de alemanes (el 8,8% de la población) leen «Der Spiegel», que por lo tanto es la revista más leída en Alemania. Pero también tiene lectores en Austria y Suiza. Desde 9 años existe también «Spiegel Online», el diario electrónico.



Otro medio con el mismo formato es el «Stern» («Estrella»), el cual fue fundado en 1948. Es un magazine de noticias pero de un tono más popular y sensacionalista. «Stern» trae reportajes, fotos, entretenimiento en general y temas políticos, pero estos últimos abordados con menos rigor que «Der Spiegel».



Después de la aparición de «Focus» en 1993 se completó un trío de revistas, dentro del cual esta última ocupa el lugar menos importante. Focus quiere ser una alternativa a lo que ya está en el mercado y por lo tanto plantean que si «DER SPIEGEL» fuera de izquierda, ellos serían sin duda de derecha. Si la preponderancia de un medio se pudiera medir su número de lectores, la estadística de venta de cada una de ellas indica lo siguiente: «Der Spiegel», con 1.113.078 ejemplares vendidos cada semana; «Stern», 1.053.453; y «Focus», 790.835.



Voces criticas



Constantemente hay críticas de escritores conocidos de Alemania con respecto a «Der Spiegel», como por ejemplo Hans Magnus Enzensberger, quien analizó el lenguaje del medio. Dijo que su idioma oscurece y encubre las cosas antes de aclararlas, y no hace una crítica de fondo sin sólo superficial.



Pero también el ganador del Premio Nobel de Literatura Heinrich Böll tiene una relación distante con la revista, aunque no tuvo problemas para publicar allí en el pasado. Böll dijo que «Der Spiegel» es el «Bild» (el diario más leído de Alemania, que pertenece al género de la prensa amarilla) de los intelectuales. Algo que normalmente no es un cumplido en el ámbito de periodismo.



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Vera Lejsek es periodista.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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