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Maletín Literario


La reforma educacional ha propiciado un significativo cambio en la concepción de la formación en lengua materna, en atención a que ha fijado un enfoque en vistas al desarrollo de las competencias comunicativas, a través del uso y conocimiento del lenguaje por parte de los alumnos como una forma de acercamiento a los elementos básicos que impulsan su desarrollo para favorecer la interacción en situaciones comunicativas orales y escritas.



Un enfoque como el señalado debe plasmarse en un contexto cultural y geográfico, puesto que debe, complementariamente, tender hacia la integración de los estudiantes, los que muchas veces proceden de entornos geográficos y culturales diferentes, como consecuencia de migraciones nacionales e internacionales, o bien, de una diversidad de etnias, de niveles socio-económicos.



La propuesta ministerial no ha logrado totalmente los objetivos que un planteamiento como el señalado conlleva. En efecto, la lectura y la escritura, tanto en su producción como en su comprensión, todavía son deficientes en los alumnos. Las limitaciones que significa este estado de aprendizajes en la juventud chilena impide que logren mejores conocimientos y habilidades en cada uno de los diversos sectores de aprendizaje, en atención a que una de las modalidades para incorporar nuevos conocimientos no se utiliza plenamente en atención a que la vía lingüística no se ha desarrollado en todo su potencial.



En este contexto, el Ministerio de Educación ha comenzado a proporcionar serias y constantes señales, para que tanto en las instancias de perfeccionamiento docente, como en las de formación inicial, se incorporen los espacios en que los profesores manejen adecuadamente las competencias y estrategias comunicativas y, junto con ello, propicien el uso de estrategias pedagógicas que las desarrollen en todos los sectores de aprendizaje.



No obstante lo señalado, para lograr buenos resultados es indispensable que se favorezcan actividades familiares en las que la lectura, la conversación, la comprensión de la diversidad de opiniones y puntos de vista, en fin el contacto entre seres humanos, con la lectura de textos que muestren nuestra particular manera de ser chilenos en una rica diversidad. A mi juicio, este es valor del «Maletín Literario» que beneficiará a 133 mil familias chilenas de escasos recursos y como conocedor de las falencias que presentan nuestros niños y jóvenes en materia de comprensión lectora y manejo del lenguaje, no puedo menos que aplaudir esta iniciativa.



(*) Director Departamento de Lingüística y Literatura, Facultad de Humanidades, Usach

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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