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Arrate: el intento fratricida

Nesko Kuzmicic
Por : Nesko Kuzmicic Biólogo Marino. Miembro de Verdeseo y Fundación Progresa
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Arrate opta, una vez más, por el camino testimonial y por una oposición anticipada. Prefieren expurgar cualquier coincidencia con Marco, que las hay y muchas, aún a precio de hacerle el juego a Frei y en consecuencia, correr el peligro de beneficiar a la derecha.


Las paradojas que ha desnudado esta elección en el mundo progresista o de izquierda no son sólo electorales. Dejando fuera las disputas instrumentales sobre el voto útil y el evidente contrasentido de atacar a quien pudiera vencer a la derecha  en segunda vuelta resultan llamativas algunas de las defensas y definiciones de algunos de los candidatos. Buscan con vehemencia enrielar a los votantes ahora más lábiles a sus nichos históricos, así tengan que afilar cuchillos, remarcar las brechas o repetir abúlicamente el mantra del continuismo. Hay algo en el alma de la izquierda y la Concertación que no está en paz. Hay dudas, silencios y omisiones que aún no cuajan del todo y hacen que esta elección continúe abierta.

El debate de Anatel me dejó en claro lo que hace rato venía evidenciándose: una izquierda representada por Jorge Arrate, obsecuente con el gobierno y su candidato. Les perturba más M-EO que la usura de Piñera o el statu quo encarnado por Frei.  Ya resultaba sintomático que a Arrate ni siquiera le molestara el intervencionismo electoral: «me gustaría que me apoyaran a mí». Tampoco se escuchó la voz rotunda y elocuente que lo caracteriza, rechazando la negación de la deuda histórica por parte de Frei y del gobierno. El último guiño lo realizó en el debate al proponer un acuerdo mínimo para apoyar al que pase a segunda vuelta, ¿mínimo por sobre los apoyos tácitos ya concedidos?

A veces da la impresión que más que estar empeñados en llevar a puerto las transformaciones sociales que requiere el país, la izquierda representada por Arrate opta, una vez más, por el camino testimonial y por una oposición anticipada. Prefieren expurgar cualquier coincidencia con Marco, que las hay y muchas,  aún a precio de hacerle el juego a Frei y en consecuencia, correr el peligro de beneficiar a la derecha. Nadie podrá negar que el énfasis en educación de ambas candidaturas no sea un anhelo compartido, nadie podría argüir que la reforma tributaria para financiar tal reforma y que aumenta la carga a las empresas para reducirlas a la gente sea una propuesta de alguien de derecha. ¿Tan equivocados están los ex compañeros de pacto de los comunistas en el Juntos Podemos y que ahora apoyan a Marco? Pretenden empujar a Marco a la otra orilla equivocando la puntería. ¿Cuántas convergencias les asegura un posible gobierno de Frei o Piñera?

En lo personal no creo que exista una connivencia fuera del pacto electoral entre Frei y Arrate para perjudicar a M-EO, sería demasiado burdo para la intelectualidad de Arrate. Es, a fin de cuentas -y he ahí la paradoja-, una disputa por una hegemonía ideológica. Bajo la supuesta pertenencia de los colores de la izquierda se pretende excluir cualquier irrupción distinta. Los ataques que han ido creciendo asoman más como una respuesta visceral, un portazo a una izquierda más desprejuiciada, lúdica, más joven y ecléctica. El intento fratricida de Arrate contra Marco actúa contra el anhelo de que nuevos aires lleguen a La Moneda. Parece el afán por querer ser único heredero de las aspiraciones relegadas por los dirigentes de la Concertación en su ascenso al poder. La verdad es que el «politburó» renunció a muchos de sus principios y aspiraciones al negociar: cupos son cupos y se pagan con silencio, parece ser la oferta.  Los dirigentes de esa izquierda prefieren que gane Frei a perder la denominación de origen. Se olvidan que la grandeza del pueblo en sus luchas y su esperanza no le pertenecen a Arrate, ni a los comunistas, tampoco a Marco.

Cuando tiempo atrás Arrate señalaba que era él el candidato de las victimas de los DD.HH., de los muertos y torturados, sabiendo ciertamente que tanto en la Concertación como entre quienes apoyan a Marco hay muchas víctimas de la dictadura,  ya anunciaba la lógica del «somos nosotros no ustedes».  Leyendo el prólogo de Joseph Brodsky a una novela de Danilo Kis me asaltó la figura de Arrate reivindicando para sí las aspiraciones inconclusas: «Lo que normalmente mantiene viva una ideología, no es tanto que los asesinos sobrevivan a menudo a sus víctimas, como que los que sobreviven contemplen equivocadamente a los muertos de la misma manera que una mayoría a una minoría».

*Nesko Kuzmicic Astorga es Miembro de los equipos programáticos de Marco Enríquez Ominami.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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