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Directores y profesores: claves para una reforma real

Valentina Quiroga
Por : Valentina Quiroga Ex subsecretaria de Educación
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El Gobierno ha levantado medidas que apuntan a fortalecer a las personas a cargo del proceso educativo. Sumado al fortalecimiento de herramientas que ya existían, como la Ley SEP, estamos en un escenario optimista respecto al futuro de la educación, no sólo por las medidas en sí, sino además porque el Gobierno ha mostrado decisión política por querer avanzar en una Educación de calidad.


En Educación 2020 no podemos dejar de celebrar el anuncio por parte del Gobierno de un conjunto de medidas para mejorar la calidad de la educación. Casi en su totalidad, estas propuestas habían sido levantadas por nuestro movimiento ciudadano el 2009, por lo que aplaudimos la osadía de avanzar en materias que  apuntan, con paso firme, hacia una mejor educación.  Hablamos de las dos áreas donde la propuesta se centra: directores y profesores.

Hemos sido insistentes en que un liderazgo directivo potente es el puntapié inicial para mejorar nuestras escuelas. El Gobierno propuso reformar el mecanismo de concursabilidad para elegir directores, subir considerablemente su salario (que actualmente es menor al de un profesor con varios años de experiencia y que ha obtenido algunas bonificaciones), que puedan elegir a su equipo directivo y que puedan despedir hasta el 5% de los profesores de mal desempeño, entre otros. Para los directivos escolares que tienen las habilidades, capacidades y el empuje para levantar su escuela, estas medidas son justamente las herramientas que necesitan para hacer bien su trabajo.

Sin embargo, ¿qué pasará con aquellas escuelas en donde el directivo no genera liderazgo directivo-pedagógico? Los garrotes y zanahorias no podrán desarrollar capacidades que no existen. Y lamentablemente este es el panorama de la gran mayoría de las escuelas. Si bien el Presupuesto de la Nación destina recursos para formación directiva, ninguno de los anuncios del Presidente apunta a la urgente necesidad de un programa potente para la formación de directivos escolares.

[cita]El 20% de los municipios no tiene un jefe de educación con dedicación exclusiva al cargo, un 40% de los municipios no tienen gente contratada para el área técnico-pedagógica y un 50% no trabaja temas de diagnóstico ni evaluación social de los estudiantes.[/cita]

Tampoco vemos propuestas para fortalecer el equipo del sostenedor. El 20% de los municipios no tiene un jefe de educación con dedicación exclusiva al cargo, un 40% de los municipios no tienen gente contratada para el área técnico-pedagógica y un 50% no trabaja temas de diagnóstico ni evaluación social de los estudiantes. Adivine cuáles son los municipios con estas carencias: los más pobres.

El director necesita un apoyo institucional potente y los encargados de otorgársela son los equipos municipales. El MINEDUC no tiene ninguna capacidad de apoyar a 6 mil directivos escolares: necesita descentralizar su gestión y debe apoyarse en los municipios. Con esto además se fortalecería la educación municipal que atiende a los alumnos más vulnerables del país.

Otro punto es la “Simcificación” de las metas educativas. Hubiera sido ideal que el Gobierno, además de ponerse como meta 10 puntos más en el SIMCE,  también se hubiera comprometido a que al final de segundo básico todos los niños entiendan bien lo que leen y a frenar la tendencia de caída en la matrícula municipal. Ambas metas mostrarían que la convicción de que la Educación Municipal es importante no es sólo discurso.

En cuanto a profesores, las medidas que incentivan a que los buenos alumnos con vocación elijan la profesión docente son tremendamente loables, pues demuestran que el país está entendiendo que si no consigue que la profesión docente sea de las más valoradas socialmente, será imposible soñar con un sistema educativo de alta calidad.

Se ha incorporado además en el Presupuesto 2011, un proceso de evaluación del sistema de acreditación de carreras que esperamos nos entregue luces de por qué los estudiantes aprenden poco en su paso por las carreras de pedagogía o, más increíble aún, en algunos casos “desaprendan”. Se necesita mucha más decisión para empujar el buque completo y que el 100% de las escuelas de pedagogía sean de excelencia.

Podemos decir que el Gobierno ha levantado medidas que apuntan a fortalecer a las personas a cargo del proceso educativo. Sumado al fortalecimiento de herramientas que ya existían, como la Ley SEP, estamos en un escenario optimista respecto al futuro de la educación, no sólo por las medidas en sí, sino además porque el Gobierno ha mostrado decisión política por querer avanzar en una Educación de calidad.

Aún nos queda ver la misma voluntad en temas como la educación inicial, la educación técnico profesional y la educación municipal.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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