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La demoledora estrategia de LAN

Se trata de intimidar al TLDC y a su presidente, don Tomás Menchaca. La alternativa de pedir la inhabilitación del Presidente del TDLC estaría siendo barajada por los abogados de LAN, argumentando que Menchaca participó como representante en una causa que enfrentó en 1996 a LAN y Aerovías DAP, por supuesto dumping en algunas rutas. Lo más probable es que se presente una recusación amistosa en la que se le invite a inhabilitarse, quedando a discreción de Menchaca hacerlo o no.


La resolución del TDLC  pilló de sorpresa a  LAN. Había mantenido por meses una negociación secreta con la Fiscalía Nacional Económica para que, a cambio de algunas  medidas de mitigación,  hubiera acuerdo en la fusión de LAN con TAM.

Cuando el jueves 27 de Enero presentaron ante el TDLC el acuerdo  con  la FNE. se encontraron con la novedad que algunas horas antes, Conadecus   y tres destacados abogados  que colaboran con esa asociación de consumidores habían solicitado una consulta para  analizar la forma como esa fusión afectaría la libre competencia en el tráfico aéreo de carga y pasajeros en el continente. El Tribunal suspendió el proceso de fusión entre ambas líneas.

Como  LAN es en Chile uno de los más grandes avisadores en los dos principales consorcios de diarios, era posible bloquear la trascendencia de  lo sucedido y darse  tiempo para elaborar una estrategia que echara abajo la resolución del TDLC.

Pero fue tal  lo candente e importante de la noticia que el bloqueo resultó imposible.

En Economía y Negocios de El Mercurio del miércoles 2 de Febrero se publicó una nota explicando que Conadecus, el organismo ciudadano que había frenado la fusión, era muy modesto en recursos y se financiaba con  cargo al presupuesto de la nación, a través de proyectos concursables. Conadecus se ha ganado espacio  en la opinión pública, con 14 años de trabajo y una trayectoria de  demandas colectivas, ha respondido a consultas del propio TLDC  y recién difundió pruebas de laboratorio que revelaron irregularidades en el contenido de los helados de las  más conocidas marcas nacionales.

[cita]Si finalmente se prueba  que Lan-TAM obtendrá una posición dominante en el mercado, lo que corresponde no son medidas de mitigación sino una regulación de las tarifas, que sólo asegure una rentabilidad  normal a las dos líneas fusionadas.[/cita]

La nueva estrategia demoledora del dictamen del TDLC se inició  tratando de invalidar  la intervención de Conadecus,  sosteniendo que sólo las empresas directamente  afectadas podían intervenir en los casos de libre competencia. Sin embargo, negar a una asociación de consumidores y usuarios la posibilidad de representarlos ante un organismo de defensa de la libre competencia, resulta especialmente absurda pues la ley que dio origen a  esas asociaciones expresamente señala entre sus funciones: “Representar  a sus miembros y afiliados y ejercer acciones judiciales, tanto individuales como colectivas”.

El Domingo 6 de Febrero, el abogado Luís Ernesto Toro, agregó en carta pública un argumento: “Negarle a un tercero interceder ante un organismo del Estado es violar derechamente la igualdad ante la ley. Debemos apoyar al grupo de consumidores que está preocupado de esta fusión LAN-TAM…”. Y agrega que “debemos preocuparnos de que se revisen todos los aspectos de esta fusión, pues comienzan a aparecer señales de que no todo ha tenido la transparencia que se nos ha señalado publicitariamente”.

La estrategia para deslegitimar  a Conadecus, parece haberse situado en un segundo plano, aunque no se ha abandonado totalmente.

Los dardos parecen cargarse ahora contra el propio TDLC y su Presidente.

Así, en otro medio de prensa escrita, se describe el curso a seguir: “Lan impugnará en los próximos días esa decisión ante el propio tribunal. Y si  su apelación no es acogida, irá a la Corte Suprema. Lo mismo estudia hacer la FNE por su efecto sistémico. A partir de Marzo, creen en la FNE, cualquiera podría trabar fusiones de empresas. Si se anula el proceso de consulta, LAN y la FNE podrán pedir la revisión del acuerdo pactado, en un procedimiento fast track que otorga 15 días al TCLC para pronunciarse. Si persiste este procedimiento, la FNE difícilmente pedirá medidas adicionales a las que ya acordó….En ese escenario, la apuesta de LAN es resucitar los términos de un pacto que se gestionó durante varios meses”.

Además se trata de intimidar al TLDC y a su presidente,  don Tomás Menchaca. La alternativa de pedir la inhabilitación del Presidente del TDLC  estaría siendo barajada por los abogados de LAN, argumentando que Menchaca participó como representante en una causa que enfrentó en 1996 a LAN y Aerovías DAP, por supuesto dumping en algunas rutas. Lo más probable es que se presente una recusación amistosa en la que se le invite a inhabilitarse, quedando a discreción de Menchaca hacerlo o no.

Finalmente es el propio ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, el que declara respaldando a la FNE. “El preacuerdo era un camino viable, práctico. La FNE estaba ejerciendo sus atribuciones por un camino y el TDLC optó por otro”. Lo que no señala el ministro es que la FNE es un organismo administrativo  directamente bajo su dependencia, en cambio el TDLC es un tribunal autónomo y que sólo depende de la Corte Suprema.

Agrega Fontaine: “En Chile existe la posibilidad de que la FNE acuerde medidas previamente a hacer ella la consultas en un proceso de consulta que ha hecho un tercero, por ejemplo, el mismo interesado.  Es un mecanismo menos nítido que el que existe en otros ordenamientos legales”.

Por su parte, Conadecus insiste en que nunca fue consultada por  esa fusión y que si finalmente se prueba  que Lan-TAM obtendrá una posición dominante en el mercado, lo que corresponde no son medidas de mitigación sino una regulación de las tarifas, que sólo asegure una rentabilidad  normal a las dos líneas fusionadas. Los usuarios de las líneas aéreas no pueden ser sometidos  a alzas indiscriminadas de las tarifas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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