Me fui hace ocho días y sin aviso a un lugar desconectado de todas las llamadas «redes sociales», sin televisión, radio ni diarios. Por tanto, un lugar muy agradable.
Pido perdón por no haber avisado. Volví anoche y comprobé que no había importado mucho, pues todo seguía igual. «Pero si hay cambio de gabinete», me dijo alguien. «Y eso, respondo, ¿cambia algo? Que Lavín esté en un ministerio y Bulnes en otro ¿representa algún cambio?. O que Golborne trueque con de Soliminihac ¿qué va a cambiar? Simpatizo con Longueira, pero creo que Fontaine estaba haciendo gran labor en Economía y es, desde luego, economista, lo que no deja de ser importante en ese ministerio. Este ‘V Gobierno de la Concertación’ lo es por el Presidente que lo encabeza, y eso no ha cambiado. Todo sigue igual».
Desde luego, el último acto de Bulnes en Justicia fue denegarle el indulto (pedido por la Jefa de Indultos de Gendarmería) a un preso político, un capitán (r) de Carabineros, agónico en un penal de Coquimbo. Eso no hace sino profundizar la línea del incumplimiento de Piñera con los presos políticos uniformados. ¿Que eso le va a evitar al Gobierno problemas con los comunistas? ¡Pero si los comunistas están lanzados en la tarea de desestabilizar al Gobierno! Así le pagan a Piñera todos los esfuerzos que ha hecho y hace por congraciarse con ellos, desde que ayudaba a Gladys Marín y declaraba a Volodia «gran hombre de Chile» hasta mantener la persecución de ex uniformados a través de la Oficina de DD.HH. del Ministerio del Interior o invitar a Teillier, Gutiérrez y Carmona a La Moneda para fotografiarse sonriente con ellos».
Nada ha cambiado.
Hoy miraba los desórdenes del día en TV. Una avanzada con un letrero escrito con la inconfundible caligrafía comunista (la conozco hace sesenta años) lanzaba piedras contra carabineros en el centro, por los problemas en Dichato, estos últimos obviamente agitados también por ellos. ¡Congraciarse con los comunistas! Sólo un hombre de negocios que ha estado dedicado casi exclusivamente a hacer dinero muchos años puede ser tan ingenuo, ya como gobernante, para creer que va a ganar algo congraciándose con los comunistas.
Y hoy leo que el director de TVN, designado por este gobierno, justifica y aplaude «Los Archivos del Cardenal», una teleserie UP que ha lanzado con gran fanfarria el canal del V Gobierno de la Concertación. No son archivos del Cardenal, por supuesto, sino del PC, porque quien estaba a cargo de esos archivos en la Vicaría era un alto jefe comunista y organizador del grupo terrorista FPMR, brazo armado comunista, José Manuel Parada.
Y se inicia la teleserie con el caso de los Hornos de Lonquén. ¿Irá alguien a mencionar en ese capítulo que los enterrados en esos hornos fueron extremistas de izquierda ajusticiados por carabineros de baja graduación de la comisaría de la zona, sin conocimiento de sus superiores inmediatos y muchos menos de la Junta de Gobierno? No, eso no lo van a decir en la teleserie, porque se trata de proseguir el lavado de cerebros para desprestigiar al gobierno que salvó a Chile y lo convirtió en un país ordenado y próspero, y no de defender la verdad.
Todo sigue igual. Y seguirá igual, porque el problema no estaba en el gabinete. El problema está sobre el gabinete y eso no tiene, por ahora, solución.