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Los candidatos, la CEP y la batalla sin tregua que viene en la derecha

Carlos Correa B.
Por : Carlos Correa B. Ingeniero civil, analista político y ex Secom.
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Es muy probable que la famosa encuesta CEP de fines de Mayo, sea la primera que refleje valoración de los candidatos presidenciales. Después de esto, será imposible la situación en el gabinete.


Los misiles enviados desde Defensa a Golborne, acusándolo de poca experiencia política y la ruda respuesta del Ministro de Obras Públicas demuestran que empezó la carrera presidencial, y por tanto la desobediencia a las instrucciones presidenciales de que los ministros deben estar abocados a sus carteras.

No es primera vez que esto ocurre. Todos los gobiernos han tenido ministros presidenciables sobre los que siempre la opinión pública ha hecho presión para que abandonen el gabinete. El caso más emblemático fueron las salidas de las Ministras Alvear y Bachelet en septiembre del año 2005, para competir en las primarias.

Pero no recuerda el país que esto se dé tan alejado del día de las urnas. Probablemente la elección previa a 1970 tuvo ese esquema, pero eran otros tiempos y era un modelo de sociedad lo que estaba en juego. Ahora, aparentemente no.

[cita]Si la encuesta CEP mide intenciones presidenciales, posteriormente a ella será imposible resistir mucho tiempo sin hacer un cambio de gabinete, con el verdadero equipo que acompañará a Piñera en su despedida.[/cita]

Es muy probable que la famosa encuesta CEP de fines de Mayo, sea la primera que refleje valoración de los candidatos presidenciales. Después de esto, será imposible la situación en el gabinete. ¿No pensarán los partidarios de Allamand que cada puente que inaugure Golborne y que cuente con la presencia del Presidente será un espaldarazo de La Moneda a sus opciones presidenciales? O por el contrario, mientras más se avanza en la investigación por el trágico accidente de Juan Fernández, ¿no pensará alguien que la dureza del Ministro con la FACh forma parte de su estrategia de campaña? Y de la misma manera como han insinuado varios economistas ¿No serán las ansias fiscalizadoras de Longueira un esfuerzo por bajar su rechazo en el mundo popular y así volverse competitivo en una primaria?

La derecha suele ser mucho más despiadada en sus luchas internas que la Concertación. El viejo dicho de que las pugnas en el oficialismo se parecen a las de El Padrino, donde se mandan a matar unos a otros, mientras rezan y comulgan en misa, es una profecía que debe tomarse en cuenta para los meses que vienen. Las expresiones descalificadoras que se intercambiaron Golborne y Allamand serán fuegos artificiales al lado de lo que vendrá.

Después de la CEP la lucha en la derecha se volverá despiadada y la capacidad de La Moneda de tener control sobre ésta será muy baja. Entre otras cosas, porque la baja popularidad del Presidente hace que ningún candidato se quiera sacar la foto con él, a diferencia del caso de Alvear y Bachelet, donde las preferencias presidenciales eran un tema en disputa.

Si a Piñera se le hace difícil gobernar con tres presidenciables dentro del gabinete, con agendas más guiadas por las encuestas que por las bilaterales o las carpetas de sus asesores del segundo piso, se le volverá simplemente imposible.

Por eso, si la encuesta CEP mide intenciones presidenciales, posteriormente a ella será inviable resistir mucho tiempo sin hacer un cambio de gabinete, con el verdadero equipo que acompañará a Piñera en su despedida.

No hay ninguna duda que Bachelet es la mejor posicionada, y las encuestas que se han publicado donde la han medido con diversos candidatos muestran que es la única que gana cómodamente. Pero todo depende de la decisión de la ex Presidenta. Si bien Bachelet ha guardado silencio, conociendo su historia esto no implica una aprobación por defecto de que vendrá a competir. Suena razonable pensar que las condiciones del escenario político le pesarán en esa decisión.

El propio laberinto de primarias que diseñó su ex ministro de Trabajo para elegir el candidato presidencial de la Concertación, puede convertirse en una  trampa. Y es que la estrategia dominante para los otros candidatos de la oposición será marcar diferencias con Bachelet, y por tanto apostar a su desgaste. Mientras más tortuoso sea el camino de las primarias, más adverso y menos incentivos habrá para la ex Presidenta venga a exponer su capital político.

A diferencia de la Alianza, donde las elecciones municipales no son un factor que pudiera influir en la presidencial, en el caso de la Concertación si podría ser así. La razón son las propias palabras de Andrade al dar entender que la ex Presidenta va a ser la representante del pacto DC-PS en una primaria.

La vez pasada, ese mismo pacto sacó 27,8% v/s un 17,3% de la alianza PPD-PR. En esa elección el Partido Comunista obtuvo un  7,5%, por lo que la simple suma aritmética muestra una relación más balanceada. Pero nada es lineal en este mundo. De la municipal puede resultar un cambio de fuerzas que enreden aún más la primaria de la Concertación con impredecibles resultados.

Por otro lado, el movimiento estudiantil probó que no estaba muerto. Pese al cambio fundamental que significa el cambio del modelo del CAE y los esfuerzos del gobierno por aislar políticamente a Camila Vallejo, dio una señal de fuerza contundente este miércoles. La carrera presidencial tiene ese marco como escenario y ninguno de los candidatos hasta hoy ha sido capaz de tener de su lado dicho descontento. Las municipales serán la prueba de fuego para ver si dicho movimiento es capaz de manifestar su espacio en las urnas. De ser así, se hacen más enredadas aún las operaciones políticas de las fuerzas tradicionales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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