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En realización…

Milton Flores
Por : Milton Flores Psiquiatra. Investigador en Desarrollo Esencial Humano. Director Triagrama, Instituto para el Desarrollo de la Vida en Comunidad.
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¿Cuál es la vida? ¿Cuál es el Bien Público superior? La vida humana, pero ¿cuál vida humana? La que se encuentra al principio es la Vida Espiritual.


El énfasis no esta puesto en convencer, si no en ejercer la responsabilidad sobre nuestra propia existencia como ciudadanos, como seres espirituales habitando en materia, como entidades jurídicas habilitadas para gozar de autonomía en el cultivo de la identidad esencial.

El uso de Santa María para nutrir la conciencia y la practica espiritual con ayuno, son opciones vinculadas con la atención a la vida esencial en el contexto de nuestras libertades fundamentales.

Cuando los gobiernos, contando con la complicidad de todos nosotros, conducen la convivencia sin incluir dimensiones esenciales de realidad, exigidas nacional e internacionalmente por el Derecho, para garantizar las condiciones que faciliten la realización de las máximas aspiraciones de la humanidad, que pertenecen a su naturaleza esencial, en ese instante, son negligentes y cometen delito, por desconocer las obligaciones fundamentales del Estado Chileno hacia sus ciudadanos.

Y cuando como ciudadanos chilenos iniciamos prácticas para prosperar en la realización espiritual, con Cannabis, con ayunos, exigimos respeto, y al Estado, garantías para ejercer nuestros Derechos Esenciales, esperando recibir de su parte una disposición para dar facilidades a todo aquel que decida cumplir con las obligaciones ciudadanas de esta naturaleza.

Somos, como reza la matriz jurídica nacional e internacional, Esencias Espirituales. Somos dignos, cuando un plano de realidad transmaterial se incorpora a la Conciencia, integrándose así la oportunidad para recibir la manifestación mas noble de la vida humana.

Una meta-conquista, la Libertad del Espíritu, estamos como Nación otra vez independizándonos, ahora de una tiranía que ha sido implacable, la dictadura de la ignorancia que nos ha esclavizado al parecer desde siempre.

Chile se encuentra transitando por una fase evolutiva de su existencia como sistema colectivo de convivencia, donde se trabaja sobre la recreación de la noción de lo que es la vida humana.

¿Cuál es la vida? ¿Cuál es el Bien Público superior? La vida humana, pero ¿cuál vida humana? La que se encuentra al principio es la Vida Espiritual.

Se reconoce la presencia de dimensiones de realidad en la vida humana, la material y la espiritual, y se distingue la dimension espiritual como el espacio o el plano donde la dignidad y lo esencial de la identidad habita. Esta es entonces la vida que nos obligamos a atender, por la salud, para la educación, para la justicia, para la inteligencia, porque nuestro ordenamiento juridico ya lo reconoció así, y nuestros Estados lo han asumido como principio, en el contexto americano y mundial.

La vida humana esencialmente es Espiritual, realizándose en el espacio material de nuestro cuerpo.

La inteligencia es la capacidad de un sistema para administrarse en la realidad. Cuando el esfuerzo por administrar la realidad, con poder para ejercer influencia en muchos, se desarrolla marginando información esencial de la misma, habitualmente por inmadurez perceptual, por insuficiente conciencia, por dormidos, el resultado es nuestra sociedad enferma, conducida sin toda la lucidez y la inclusión requerida, comprometiendo la cobertura en cada momento de la existencia, de modo trascendente, cuando margina del registro consciente información fundamental para alcanzar la noción de realidad que es propia de un Ser Humano despierto.

Se pretenden comportamientos mecánicos, programados, donde la creatividad y la libertad perturban la homeostasis, celebrando la mediocridad como éxito, imponiendo proyectos patéticos que nos privan de los mejores manjares que la Vida, Dios, el Todo, nos ofrecen. Sin embargo, llegó la hora en que los Espíritus Libres estamos despertando para ejercer la influencia que nos permita a todos rectificar, y alcanzar otro nivel de Consciencia para la dinámica colectiva, mas allá de las distinciones y ajustes que deberán seguirse trabajando, pero ya en otro modelo, uno actualizado con la inclusión máxima posible de realidad, pero, por lo evolutiva y despierta, siempre trascendente a la Ilusión.

No solo estamos preparados, sino que urgentemente necesitamos prosperar en la cristalización de otra Consciencia para todos, una evolutiva como la que se encuentra en realización, ahora mismo.

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