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Etiquetado: parece conveniente considerar una aplicación gradual

María Inés Romero
Por : María Inés Romero Directora de la carrera de Medicina de la Universidad San Sebastián, y docente del Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS)
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A la luz de lo anterior surgen algunas reflexiones. En general, se considera que el espíritu de la Ley es adecuado y no ha habido mayor debate sobre su formulación. Respecto del Reglamento Sanitario de Alimentos y dado lo complejo de sus definiciones y su esperada aplicación, pareciera conveniente considerar etapas paulatinas para ello, con medidas que pudiesen ser adoptadas una vez actualizado el reglamento y otras que requerirán acuerdos de aplicación progresiva.


El espíritu de la Ley de Etiquetado de los Alimentos respondió a la necesidad de identificar los alimentos saludables en función de su composición nutricional y educar a la población, de modo que fuera capaz de tomar decisiones informadas al comprar y consumir los diversos productos. El propósito es advertir y poder controlar el consumo excesivo, con el fin de disminuir el riesgo de problemas de malnutrición, especialmente por exceso, como sobrepeso y obesidad, hipercolesterolemia, diabetes y otras enfermedades crónicas.

Entre la discusión de la Ley y el Reglamento Sanitario de Alimentos han pasado más de 5 años. En este período la prevalencia de enfermedades nutricionales por exceso entre los estudiantes ha aumentado de tal manera que el monitoreo de Junaeb muestra para 2013 un 45% de sobrepeso y obesidad considerados en conjunto en estudiantes de prekínder, de 51,8% en primero básico y de 43,6% en primero medio.

Para concretar la aplicación de la Ley de Etiquetado de Alimentos se requiere modificar el Reglamento Sanitario de Alimentos. En la actualidad, estamos en medio de un activo debate sobre qué aspectos hay que incorporar en la regulación. Sin embargo, aún no se ha logrado mayor consenso entre los diversos grupos técnicos, industriales y de la autoridad sanitaria, respecto a lo que debiera especificar el reglamento.

El mayor factor de debate y disenso (especialmente entre la industria alimentaria y la autoridad sanitaria) radica en los límites a establecer en algunos componentes nutricionales claves (como grasas, calorías, sodio) para considerar que su concentración le otorga la connotación de “no saludable”.

[cita]A la luz de lo anterior surgen algunas reflexiones. En general, se considera que el espíritu de la Ley es adecuado y no ha habido mayor debate sobre su formulación. Respecto del Reglamento Sanitario de Alimentos y dado lo complejo de sus definiciones y su esperada aplicación, pareciera conveniente considerar etapas paulatinas para ello, con medidas que pudiesen ser adoptadas una vez actualizado el reglamento y otras que requerirán acuerdos de aplicación progresiva.[/cita]

Los expertos en nutrición recomiendan límites más estrictos en el contenido máximo de algunos nutrientes para determinado peso o volumen de alimento. Los industriales señalan que esos límites son demasiado drásticos, y que ello acarrearía serias consecuencias negativas para la importación, producción, comercialización y publicidad en materias de alimentos.

A la luz de lo anterior surgen algunas reflexiones. En general, se considera que el espíritu de la Ley es adecuado y no ha habido mayor debate sobre su formulación. Respecto del Reglamento Sanitario de Alimentos y dado lo complejo de sus definiciones y su esperada aplicación, pareciera conveniente considerar etapas paulatinas para ello, con medidas que pudiesen ser adoptadas una vez actualizado el reglamento y otras que requerirán acuerdos de aplicación progresiva.

Es importante tener presente que, más allá del tema de etiquetado y la publicidad, la ley aporta otros elementos de alto beneficio potencial para la salud de la población, como educación, ejercicio, alimentación saludable, monitoreo del sistema alimentario y nutricional de escolares hacia un estado nutricional sano en todas las edades y grupos de la población.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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