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Mapuches: subvertir la ideología moralizante

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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El punto es complejo porque todo lenguaje, incluyendo el de minoría, es esencialista y busca normalizar el vínculo con un sujeto subalterno. He aquí una novedad y aporte indiscutible de la pensadora: el discurso de reconocer a los mapuches derechos de minoría encierra trampas. No basta con criticar el peligro universalista que la igualdad aparenta en el concepto de ciudadano de raíz liberal, como bien lo han advertido Fraser, Vattimo, Lyotard, Taylor, entre otros autores citados.


La filósofa Ángela Boitano deja al desnudo las tramas profundas de los discursos discriminadores y minorizantes sobre los mapuches que predominan en los diversos metarrelatos de las elites chilenas. Es una tesis doctoral (re)develadora, dirigida por Eduardo Fermandois del Instituto de Filosofía de la PUC: Grupos minorizados: Identidades políticas, tipos de reconocimiento y formas de ciudadanía.

La tesis complementa la labor de los movimientos pro reconocimiento y autonomía que retoman diversas organizaciones mapuches desde el año 1992. La novedad de lo obrado por Boitano es analizar en profundidad los “engaños” de ambos polos que reflexionan sobre lo mapuche: a) los homogenizadores que buscan asimilar en un “nosotros” que niega al indio –como escribía hace poco el jesuita Carlos Bresciani desde Tirúa–, entre los cuales el historiador Sergio Villalobos se ha convertido en un clásico; b) los particularistas que, sin pretenderlo, caen en la trampa del mero particularismo de la diferencia, que observa al mapuche como sobrevivencia identitaria, cultura folclorizada, ajena a la demanda de poder y otra visión de mundo que implica la lucha, el pensamiento y las prácticas sociales de este pueblo/nación.

La filósofa fustiga con ilustración y análisis tanto la homogeneización como el multiculturalismo. Los mapuches, y cita los diálogos de Žižek con la corriente psicoanalista lacaniana, no quieren encerrarse en el sí mismo pero tampoco reducirse a la relación con el otro Gran Otro (el Estado chileno). Hay una cuestión relacional en tensión que hace difícil para el winka y el pensamiento universalista de los clásicos comprender.

[cita]El punto es complejo porque todo lenguaje, incluyendo el de minoría, es esencialista y busca normalizar el vínculo con un sujeto subalterno. He aquí una novedad y aporte indiscutible de la pensadora: el discurso de reconocer a los mapuches derechos de minoría encierra trampas. No basta con criticar el peligro universalista que la igualdad aparenta en el concepto de ciudadano  de raíz liberal, como bien lo han advertido Fraser, Vattimo, Lyotard, Taylor, entre otros autores citados.[/cita]

Angela Boitano complementa los estudios históricos que rescatan la sobrevivencia de la nación y sus modos organizacionales, que en español se califica como una suerte de federalismo comunitario (José Bengoa, los hermanos Marimán, Florencia Mallon, Stefan Lewis, Claudio Barrientos, Pedro Antileo, Enrique Cayuqueo, Martín Correa, entre otros). La filósofa explica las corrientes moralizantes sobre los mapuches –les hablan desde afuera y no les dan autonomía–, las  que encierran puntos de vistas filosóficos  e ideologías paternalistas-centralistas-nacionalistas homogeneizadores, además de  folclorizantes, negadores y discriminantes.

El punto es complejo porque todo lenguaje, incluyendo el de minoría, es esencialista y busca normalizar el vínculo con un sujeto subalterno. He aquí una novedad y aporte indiscutible de la pensadora: el discurso de reconocer a los mapuches derechos de minoría encierra trampas. No basta con criticar el peligro universalista que la igualdad aparenta en el concepto de ciudadano de raíz liberal, como bien lo han advertido Fraser, Vattimo, Lyotard, Taylor, entre otros autores citados.

Para Boitano el particularismo puede llevar a una forma de desprecio minorizante, por eso acuña el concepto de grupos minorizados. Lo sugiere con claridad: el discurso de la diferencia relegaría al mapuche a lo privado, lo raro, lo no-civilizado, el lugar donde no se puede legislar o cambiar la política.

La moral/ideología/política minorizante que nos sugiere la doctora, interpela a los discursos de meras políticas, sin devolver poder, a reconocer como sujeto colectivo y aceptar al otro como otro independiente de mí. Aquí Ángela Boitano  dialoga con los estudios de la fraternidad, entre ellos Enrique Del Percio, quien sitúa dicho valor como vínculo conflicto con el otro en igualdad, a diferencia de la relación paternalista. Es decir, el discurso de dar planes y algunas tierras a una minoría la niega como sujeto que puede ser “mayoría” o lo que quiera en su devenir. La violencia que viene de la pérdida de comunicación, como bien lo explica, no es sólo con el opresor explícito (el que usurpó tierras y ocupó sus territorios militarmente), también con aquellos arropados de una moral en apariencia “misericordiosa, compasiva, integradora” que construyen un sujeto foco de ayudas para reparar deudas y permitirle un mejor vivir  como agricultor étnico o mapuche urbanizado,  pero sin poder, sin autonomía, sin organización ni derecho alternativo, sin cosmovisión en mutación (el folclor estático). Estas miradas en el mundo del capitalismo globalizado con estados semiautoritarios como en América Latina, convierte a los grupos minorizados en sujetos condenados a la vergüenza, la humillación, el lamento.

La filósofa recrea los aportes de Benhabib y Taylor para entender que el reconocimiento es una cuestión de poder y una lucha ideológica, siempre situada, como enfatiza Žižek en su mirada neodeterminística.

Por eso lo de Boitano es una contribución: la identidad, la agenda, la cosmovisión, todo lo del Otro está en movimiento: los mapuches son un sujeto, son un Gran Otro. Es una tesis encarnada, que propone un giro discursivo, del modo de mirar y tratar, desde los cimientos.

La autora no nos ilumina en la manera de nombrar a los mapuches… cosa difícil en la tradición heideggeriana de que lo que revela también oculta. Lo que sí ya sabemos en el aquí, es que la minoría “minoriza”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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