Señor Director:
La sorpresiva visita de una comisión de la ONU para fiscalizar hogares CREAD es realmente sorprendente en todo su contexto, ya que sin duda es un hecho mediático muy potente, pero en el fondo es una gestión muy parcial ya que considera sólo hogares SENAME de administración directa y no se ha mencionado ninguna intención de visitar alguno de los hogares “OCAS” (Organismo colaboradores acreditados de Sename), que son los recintos privados que concentran el 96,18% de la atención a niños del país y además son responsables de 170 de las 210 muertes de niños ocurridas en residencias, por sobre los 40 niños fallecidos en hogares del Estado.
Dignidad
Resulta crudo e indolente hablar de cifras cuando se trata de niños muertos y genera alto grado de impotencia ver como nuestras propias auto ridades, incluso la ONU, no están sensibilizados sobre dónde se han provocado las muertes de los niños bajo tutela del Estado. Estos niños que finalmente murieron de manera intolerable en el máximo anonimato, siendo ahora causa de lucha para decenas de personas y organizaciones de la sociedad civil.
La ONU desarrollará una labor insuficiente al visitar sólo aleatoriamente alguno de los 11 hogares CREAD (Centro de Reparación Especializada de Administración Directa) y no planifiquen anticipadamente las OCAS, que además de ser responsables del 81% de muertes de niños, ni siquiera han entregado aún las causas concretas de las muertes. Información que daría un poco de dignidad a las familias y en parte calmar su dolor.
Factor administrativo
Entonces, si la comitiva de la ONU va a sólo fiscalizar hogares Sename arreglados especialmente para la ocasión, qué validez tiene su visita?, acaso no quieren investigar a las instituciones privadas y r evisar además de sus condiciones de infraestructura, de personal colaborador, de capacitación, chequear aspectos administrativos, que son la real causa de las negligencias mortales, como por ejemplo el flujo de 146 mil millones de pesos (más de 230 millones de dólares) que reciben 1.204 proyectos ejecutados por ONGs privadas, principalmente en manos de operadores políticos? (mayoría DC) y qué según varios informes y en especial una rigurosa investigación publicada por CIPER, indican que éstos programas no tienen auditoría alguna, sólo 224 han sido auditados una vez en los últimos tres años y a raíz de esta poca fiscalización terminan anualmente guardando excedentes que ascienden a 20 mil millones, recursos que no son usados para cubrir necesidades de los niños, como por ejemplo la urgente capacitación a los educadores de trato directo para poder realizar las actividades diarias con mayores elementos que beneficien a los niños, entregándoles herramientas técnicas , físicas y emocionales, o reforzar modelos educativos complementarios, mejorar procedimientos de contención, realizar actividades de esparcimiento, deporte, cultura, entre muchas otras opciones inexistentes en la actualidad.
Fiscalizar la administración es fundamental para enfrentar la crisis del sistema de protección y si no se considera como punto de partida jamás podremos sacar al Sename del lugar de corrupción en que se encuentra, donde termina perjudicando a los nuevos chilenos más vulnerables, los niños y finalmente sacrifica el futuro de toda nuestra sociedad.
Miguel Iglesias Hurtubia
Director Ejecutivo Fundación Abrázame