Señor Director:
A raíz de la situación política en Venezuela, pienso que el apoyo que está realizando la derecha latinoamericana a Juan Guaidó refleja un punto notable a destacar. Sin perjuicio de los problemas internos de Venezuela, cabe señalar que en el fondo la derecha latinoamericana rechaza al presidente Nicolás Maduro más por el sesgo de sus políticas que por su autoritarismo. Sobre este punto bastan sólo dos ejemplos concretos: primero, el apoyo explícito del actual presidente Sebastián Piñera al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de pensamiento extremista de derecha, con un discurso violento, misógino, racista, homofóbico, pro-estadounidense (que viene a suceder al gobierno de facto de Michel Temer resultante de un impeachment bastante dudoso y controvertido); y segundo, la ambigua relación de las derechas latinoamericanas (y en particular la chilena) con un país comunista y de rasgos autoritarios como es China. Por lo menos, en Chile no se ha visto a los parlamentarios UDI y RN quejarse sobre las violaciones a los Derechos Humanos en ese país, o exigir el fin de su unipartidismo permanente. No cabe duda alguna que el interés económico de los empresarios (ligados a la derecha) y del gobierno son más fuertes que el ideológico. Con todo, lo que interesa señalar aquí es que la derecha latinoamericana está actuando en forma estratégica en lo que respecta a la democracia. Este último concepto conduce a una anfibología que merece una discusión ampliada.
Fabián Bustamante Olguín
Doctorado en Sociología – Universidad Alberto Hurtado
Profesor en ETHICS – FCFM-U de Chile
