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Historia: una modificación curricular que queda en deuda con la memoria reciente de Chile Opinión

Historia: una modificación curricular que queda en deuda con la memoria reciente de Chile


Hace un par de semanas, se anunció un cambio en la malla curricular para estudiantes de tercero y cuarto medio, que comenzará a regir desde el año 2020. Este anuncio es el resultado de un proceso iniciado en 2017, durante el Gobierno de Michelle Bachelet, cuando el Ministerio de Educación envió una propuesta al Consejo Nacional de Educación (CNED), instancia compuesta por 8 académicos, y destinada a aprobar, observar o rechazar las propuestas emanadas desde el Mineduc.

Una de las observaciones realizadas por el CNED en 2018, fue que la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, junto a Educación Física no debían formar parte de la formación general común de los estudiantes, sino que debían ser parte de un plan complementario electivo.

Frente a estos hechos ha habido diversas posturas críticas que han abierto un intenso debate sobre el rol e importancia de la enseñanza de la historia en la formación de los jóvenes en nuestro país. Al respecto, un grupo de historiadores, entre ellos los Premios Nacionales de Historia Lautaro Núñez, Jorge Pinto, Gabriel Salazar y Julio Pinto, coinciden en su preocupación por la formación de “Sujetos irreflexivos, incapaces de contrastar conceptos teóricos con la realidad pasada y presente”.

Para Agustín Squella, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile, aquello que se vislumbra en este cambio es más profundo que una o dos asignaturas en disputa, sino que pone en evidencia un problema del sistema educativo, porque: «Siempre hemos criticado a los jóvenes que estudian para las notas, pero los establecimientos han terminado haciendo lo mismo: parecen trabajar casi todos para los rankings», expone.

Frente a esta modificación del plan de estudios, Víctor Orellana, sociólogo e investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile señala: “La malla curricular más que mirar al aula, responde a un proceso de achatamiento de contenidos, producido por una imposición de temas, que son los que se evalúan en la PSU. Por lo que a la sala de clases llega poco sobre memoria, ya que muchas veces se piensa que se resuelve la deuda con los Derechos Humanos (DD.HH) sólo hablando de lo que ocurrió en dictadura, esto puede ser un avance en un país como Chile, pero se queda corto. Falta una reflexión más significativa, que esté orientada a la transversalidad del tema en las distintas disciplinas, que contextualice las materias y las traiga al presente, haciendo el ejercicio de ver cómo garantizamos los Derechos Sociales hoy”.

Sandra Raggio, docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata, con más de quince años de investigación y acción desde la sociedad civil sobre temáticas de memoria, educación y derechos humanos en Argentina, estará en Chile el día 8 de julio dando una conferencia pública en el Auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Ella se suma a esta discusión señalando que la pedagogía de la memoria juega un rol clave en la enseñanza de la historia y en la formación de una conciencia histórica, especialmente, en sociedades que han sufrido dictaduras, puesto que la educación puede contribuir a fortalecer la democracia y la cultura política y cívica.

Para abordar el desafío que tiene nuestra sociedad, en relación con la transmisión entre generaciones de la memoria histórica reciente, surge el Proyecto de Investigación Asociativa “Tecnologías Políticas de la Memoria” que plantea que los registros, documentación y archivos son herramientas contundentes para poder contrarrestar intenciones de imponer el olvido, el negacionismo histórico, el revisionismo, o la impunidad, con respecto a las atrocidades del pasado.

“Estas tecnologías políticas de la memoria son dispositivos de registro, de violaciones a los Derechos Humanos. Los archivos ayudan a dar cuenta de la veracidad y el alcance que tuvo la represión en Chile, además de entregar herramientas para la búsqueda de justicia transicional, reparación y enseñanza pedagógica para la construcción de memoria”, señala Oriana Bernasconi, académica del departamento de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado y directora del proyecto.

El Proyecto Anillos “Tecnologías Políticas de la Memoria” Iniciativa interdisciplinaria en que participan investigadoras de la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad Austral de Chile, y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que busca estudiar el uso y apropiación de estas tecnologías de la memoria que registraron las violaciones a los Derechos Humanos, y cómo estas se utilizan en presente ámbitos como la educación, la producción cultural y en los sitios de memoria y museos. De esta manera el proyecto aborda el pasado reciente, no como una experiencia lejana, sino como parte de la vida social presente; es un pasado que sigue vivo, al que las nuevas generaciones buscan dar sentido.

María Luisa Ortiz, jefa de Colecciones e Investigación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, e investigadora del proyecto, señaló que “Hoy existen muchas formas de dialogar con los jóvenes sobre estos temas; fotografías, artículos de prensa, testimonios, videos, espacios de memoria y museos. Hay que utilizar estas herramientas en el aula, desde los primeros años de formación de los jóvenes, para saber cuáles son sus preocupaciones, cómo ven el mundo. No creo que los jóvenes “no estén ni ahí”, ya que los veo cuando cruzan el umbral del museo, y la gran mayoría se motiva y pregunta, están inquietos, quieren saber más. Esto es muy importante para poder actuar frente a situaciones de riesgo o vulneratorias de derechos hoy, y garantizar que estos hechos no se vuelvan a repetir, ellos deben aprender desde pequeños a aceptar la diferencia de otros, para así poder expresarse sin temor”.

El proyecto Anillos “Tecnologías Políticas de la Memoria” busca facilitar el acceso y uso de la documentación sobre violaciones a los derechos humanos como una herramienta que nos permita acercarnos a nuestro pasado reciente. Por ello es que el vínculo entre la enseñanza de la historia, y la comprensión de nuestro pasado aparece como una herramienta para enfrentar y construir nuestro presente, ya que es un pilar fundamental para el fortalecimiento de nuestra democracia.

La conferencia pública de Sandra Raggio será, al mismo tiempo, el lanzamiento del proyecto de investigación Anillos en Ciencias Sociales “Tecnologías Políticas de la Memoria: usos y apropiaciones contemporáneas de dispositivos de registro de pasadas violaciones a los derechos humanos en Chile” (Conicyt PIA-SOC 180005).
El evento se realizará el día lunes 8 de julio a las 18:00 hrs., en el Auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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