Señor Director:
He conocido testimonios de familias que han recibido la caja de alimentos que está distribuyendo el Gobierno. Sobre la entrega de esta ayuda ya se produjo hace unas semanas una agria polémica, originada en unos cuestionables instructivos que la regulaban. Las autoridades se vieron en la necesidad de pedir disculpas públicas y aseguraron que esos protocolos habían sido corregidos. Sin embargo, aún persisten aspectos que emparentan estas ayudas con estrategias comunicacionales completamente ajenas a su propósito original. Por ejemplo, el personal a cargo de la entrega ejerce alguna presión para que el dueño de casa se deje tomar una fotografía recibiendo la caja, aduciendo que ese es el mecanismo para llevar una contabilidad de las unidades entregadas (sic). Además, la caja tiene en su interior una carta personal del Presidente de la República, que resulta completamente innecesaria. No sería nada de extraño que en las campañas políticas que se avecinan comiencen a aparecer fotos de vecinos recibiendo las cajas, en distintos lugares del país. Me parece que la compulsión de algunos funcionarios por darle un cariz propagandístico a esta ayuda, daña tontamente al Gobierno, importa un abuso de las personas sencillas, y desconecta este aporte del valor de la solidaridad, que por su esencia misma debe ser enteramente desinteresada y gratuita.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Abogado
Comunicador Social
