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Para un país diverso, un Congreso diverso Opinión

Para un país diverso, un Congreso diverso

Juan Pablo Ciudad Pérez
Por : Juan Pablo Ciudad Pérez Abogado Constitucionalista. Miembro del equipo legal de Amortanasia.
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Hoy nos encontramos frente a una elección presidencial donde está en juego el defender los derechos y reconocimientos en materias de género para seguir ampliando derechos, o estancarnos y retroceder derogando derechos ya establecidos. Estas elecciones son la posibilidad de tener un gobierno y una mayoría parlamentaria que instale transformaciones para saldar las deudas de la democracia, no solo con las mujeres y las disidencias sexuales y de género, sino que con todos los grupos históricamente excluidos.

En este contexto es que debe preocuparnos que el candidato presidencial de extrema derecha intente vestirse de ropajes profundamente democráticos y como una persona no homofóbica, cuando asevera en el último debate presidencial de ANATEL que nunca ha discriminado a alguien. Difícil creerle, cuando el mismo candidato omite la existencia de las disidencias sexuales y de género en su plan de gobierno, cuando promete modificar la Ley de Identidad de Género, cuando se ha opuesto al matrimonio y a la adopción igualitaria, y que desde que fue diputado promueve los discursos de odio en contra de la comunidad LGBTIQA+. Este mismo candidato es quien distingue entre personas legalmente casadas para otorgar os beneficios de la política pública, discriminando así por ejemplo a las mujeres jefas de hogar que representan el 83% de los hogares monoparentales; que ha prometido derogar la ley de aborto en caso de riesgo de vida de la mujer, de inviabilidad fetal letal y en caso de violación; que quiere fundir el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género con el Ministerio de Desarrollo Social, entre otras cosas.

Junto con lo anterior, tras el aumento de la homofobia, la transfobia y los crímenes de odio en contra de las comunidades sexodisidentes, es que necesitamos un mayor reconocimiento de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales de la comunidad LGBTIQA+. Esto implica crear una institucionalidad propia, como un Servicio Nacional Antidiscriminación que permitiría la elaboración de políticas públicas para la prevención y reparación integral en áreas estratégicas, como salud, trabajo, educación, vivienda y seguridad; promover e implementar leyes específicas y dirigidas, como una Ley Integral Trans que incluya cupos laborales y educacionales; y reformar la actual Ley Antidiscriminación, por mencionar algunas.

Por lo tanto, en estas elecciones tenemos la oportunidad de expresar también por la vía institucional las transformaciones sociales y culturales que han sido demandadas por las personas, comunidades y organizaciones. El programa de nuestro candidato presidencial Gabriel Boric y nuestra lista parlamentaria Apruebo Dignidad apuesta a construir un Chile más justo, más inclusivo y más democrático, un país y un parlamento más diverso, que integre a las distintas identidades que componen nuestra sociedad y, en particular, a los grupos históricamente excluidos, invisibilizados y apartados de los espacios de poder. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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