Señor Director:
Los constituyentes se enfrentan a la tarea de proponer la Defensa Nacional y FFAA que requerimos para el siglo XXI.
Admito que propuestas sobre el control civil, transparencia o cambios en la estructura de las FFAA me causaron inquietud, ya que entonces, el debate pareciera está inspirado en el pasado más que en los desafíos del futuro.
Recientes publicaciones me generan optimismo ya que invitan al debate profundo sobre este tema.
Coincidiendo con quienes postulan que el Congreso debe tener una mayor incidencia en estas materias, valoro que refuercen la necesidad que los parlamentarios cuenten con la debida asesoría técnica y sería bueno entrar en detalle de cómo lograrlo ya que – siendo relevante contar con civiles especializados en Defensa – nuestra realidad muestra la escasa atención que el mundo político les otorga.
Un detalle no menor. La capacidad operativa de las FFAA se logra en el largo plazo, lo que considera entre otros: procesos formativos, la adquisición de material, instrucción y entrenamiento para alcanzar la condición que le permita cumplir las funciones que la sociedad les impone.
Ello supone la adopción de medidas que van más allá del período parlamentario y presidencial, incentivando el consenso entre los distintos sectores políticos.
Bienvenido el debate, estoy seguro que contribuirá a que los Constituyentes nos propongan una Defensa que sea asumida por toda nuestra sociedad y ello se logra cuando dejamos afuera las ideologías, abocados a los desafíos del siglo XXI con sentido de país.
Los militares llevan en su uniforme un parche sobre su corazón con el nombre de la institución a la que pertenecen junto a una palabra, de Chile.
¿Sera mucho pedir que los Constituyentes asuman este desafío con igual entusiasmo y compromiso que nuestros soldados?
Eduardo Aldunate Herman
