Señor Director:
Durante los primeros años de infancia se necesita exposición a bacterias, virus, parásitos para construir un sistema inmune fuerte. Es la forma en que el cuerpo aprende a identificarlas y combatir aquellos organismos causantes de enfermedades.
La inmunidad en general cambia a lo largo de la vida con cada exposición a un nuevo microorganismo nocivo. El cuerpo entonces aprende a reconocerlo y combatirlo. Es lo que sucede con las vacunas o al entrar en contacto con los gérmenes del exterior. Por ello los niños enferman más que los adultos o jóvenes.
Entonces, una mayor exposición a patógenos durante los primeros años puede potenciar el sistema inmune. Este necesita ser entrenado y perfeccionado para mejorar su funcionamiento. Por lo tanto, es probable que los niños que hayan vivido la pandemia han influenciado en una parte su inmunidad, al estar confinados y además por el uso de mascarilla.
Cada nueva enfermedad enseña y educa al sistema inmune. Es cierto que los recién nacidos traen excelente inmunidad natural, desde la matriz uterina. Pero tiene que ir acomodando su inmunidad. Los contactos y contagios del jardín infantil son indispensables para estos efectos.
Ante posibles estragos en nuestro sistema inmunológico durante este período de pandemia lo mejor es asegurarse de llevar las vacunas al día. Importante también llevar una dieta sana que proporcione los nutrientes esenciales y, por supuesto, salir al aire libre donde estarán expuestos a microbios más diversos.
Carolina Otero,
inmunóloga UNAB