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¡Por favor a jugar! DEPORTES

¡Por favor a jugar!

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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A pesar del escepticismo de muchos y con justa razón, uno espera siempre que estos planteles puedan jugar, dedicarse a expresarse, más bien tratando de dominar que especular, que existan emociones y muchas opciones. Porque hay empates sin goles entretenidos, pero los últimos cotejos denominados “clásicos” han sido para el bostezo y letanía.


Fin de semana de un nuevo clásico, pero esta vez el universitario en su versión 193. Y, claro, en el historial de los últimos partidos entre los denominados “equipos grandes” el nivel de juego y emoción han distado mucho de lo que se espera y pretende.

Por eso, ¡por favor a jugar! Porque cruzados y azules tal vez tienen la presión de levantar esos clásicos que han venido a la baja. Y además intentar mostrar un nivel de juego, que este tipo de duelos hace rato no logra emocionar o a lo menos entusiasmar.

Si trata de quién llega mejor, los azules corren con esa ventaja, dado que han logrado regularidad y especialmente confianza y solidez en su bloque defensivo. El momento de la dupla Casanova-Zaldivia le ha entregado al equipo de Pellegrino un plus que años anteriores no tenía.

La zona media tiene la regularidad de Poblete, Ojeda y Mateos, además del buen momento de Assadi, que comienza a mostrar parte de su repertorio, en cuanto a la velocidad y balón dominado en carrera.

La U hoy es un equipo más confiable, no vistoso ni arrollador, pero que tiene más fortaleza mental y una idea de juego que se va consolidando partido a partido.

La UC está en un período extraño. Porque si bien sigue siendo protagonista de la parte alta, viene de mucha irregularidad y falta de consistencia en el juego. A principios de año, los ripios defensivos eran superados por un poder de fuego alto de los cruzados, pero que se ha ido apagando en las últimas jornadas.

Si bien Holan ha probado distintas fórmulas y con cambios de protagonistas, la idea de juego no logra aún tener consistencia. Es solo por momentos o ráfagas de juego. Con un plantel que debe ser por lejos el mejor de Chile, los de San Carlos están en deuda con respecto a volver a la senda de aquel equipo que dominó la escena en los últimos torneos.

La capacidad individual la tienen. Zampedri es un goleador de fuste, Dituro sigue siendo uno de los mejores porteros de Chile y las alternativas que puede tener en distintas posiciones de la cancha le pueden dar un crédito a los cruzados para volver a la senda de la convicción.

Por eso, y a pesar del escepticismo de muchos y con justa razón, uno espera siempre que estos planteles puedan jugar, dedicarse a expresarse, más bien tratando de dominar que especular, que existan emociones y muchas opciones. Porque hay empates sin goles entretenidos, pero los últimos cotejos denominados “clásicos” han sido para el bostezo y letanía. Por favor jueguen, no hagan del partido una lágrima.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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