Opinión
La discusión sobre el uso de celulares en las escuelas no solo debe centrarse en la prohibición, sino en encontrar un equilibrio entre la tecnología y la educación.
En un intento por abordar los desafíos que plantea la presencia de la tecnología en las aulas, la bancada de diputadas y diputados de Renovación Nacional ha presentado un proyecto de ley que propone la prohibición del uso de celulares dentro de los establecimientos educacionales en los niveles de enseñanza preescolar, básica y media.
Esta propuesta plantea interrogantes fundamentales sobre cómo encontrar un equilibrio adecuado entre aprovechar las ventajas de la tecnología en el proceso educativo y proteger a los estudiantes de posibles riesgos. Se argumenta que, aunque la tecnología en los dispositivos móviles puede facilitar el acceso a la información y el proceso formativo, también conlleva riesgos, especialmente para niños y adolescentes.
En este escenario, es crucial considerar los resultados del informe PISA, que evalúa el rendimiento educativo de los estudiantes a nivel mundial. Estos resultados ofrecen una perspectiva valiosa sobre cómo diferentes sistemas educativos manejan la integración de la tecnología. Es fundamental aprender de las mejores prácticas y experiencias exitosas para informar la toma de decisiones en el ámbito legislativo.
En la actualidad, es crucial contrarrestar los efectos adversos derivados del tiempo excesivo frente a las pantallas, esto mediante la búsqueda de alternativas saludables, como la participación en juegos libres o de mesa. Asimismo, es esencial aprovechar de manera más efectiva los espacios escolares para fomentar estas prácticas, al hacerlo, se promueve un equilibrio en el desarrollo integral de los estudiantes, contrarrestando los posibles impactos perjudiciales de la exposición prolongada a dispositivos electrónicos.
En conclusión, la discusión sobre el uso de celulares en las escuelas no solo debe centrarse en la prohibición, sino en encontrar un equilibrio entre la tecnología y la educación. La implementación de medidas flexibles y la promoción del uso responsable de la tecnología, junto con iniciativas como las Ludotecas Escolares, pueden ser clave para garantizar un entorno educativo enriquecedor y equitativo en la era digital.
