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Acuerdo de producción limpia Opinión

Acuerdo de producción limpia

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Ignacio Sánchez
Por : Ignacio Sánchez Rector Pontificia Universidad Católica de Chile
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La semana pasada, junto a un significativo número de Universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica hemos adherido al acuerdo de producción limpia campus sustentable (APL). Este es un nuevo paso, que se suma a las múltiples iniciativas que, desde las universidades, junto a la Red de Campus Sustentable, hemos realizado en la última década. Se destaca la firma del Protocolo Campus Sustentable en 2010; en nuestro caso la creación de la Dirección de Sustentabilidad (ex Oficina de Sustentabilidad) en 2011; el amplio trabajo de nuestras facultades y centros de investigación y la adhesión a la Red Campus Sustentable el año 2015. Posteriormente, el 2020 creamos el Instituto para el Desarrollo Sustentable como respuesta al llamado del Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí para el cuidado de nuestra “casa común”. Junto a estos avances, desarrollamos la creación de programas académicos de tipo minor y major para estudiantes de pregrado en temáticas de desarrollo sustentable.

Así también, hemos trabajado permanentemente en una constante mejora en los sistemas de gestión de residuos, manejo de la energía, y el fomento a los modos de transporte sustentable. A través del Programa Oficina Verde, por medio de campañas, talleres y capacitaciones, hemos impulsado al interior de nuestra comunidad universitaria la adopción de hábitos de sustentabilidad. Por otra parte, a la fecha hemos publicado cinco reportes de sustentabilidad bajo estándares internacionales GRI y contamos con una estrategia para la acción climática con meta carbono neutralidad al 2038, año en que nuestra institución celebrará el sesquicentenario de su fundación. Estas son algunas de las acciones concretas que dan cuenta de nuestro firme compromiso con el cuidado de la casa común, el desarrollo humano integral y el futuro sustentable de Chile. Como centros formadores, las universidades tenemos mucho que aportar en esta materia.

En nuestro plan de desarrollo para el quinquenio 2020-2025 hemos definido una cultura de la sustentabilidad de manera transversal, y nos hemos propuesto la tarea de incorporar en el Plan de Formación General, cursos que aborden la sustentabilidad; de igual forma creemos que es importante poder sumar a más alumnos y profesores en tareas de investigación y transferencia a la sociedad, junto a coordinar las actividades de los diferentes centros de investigación en torno al tema. Por otra parte, y tal como lo hemos venido realizando, es necesario continuar en el establecimiento de estándares sustentables en nuestra propia gestión e infraestructura al interior de la universidad.

Es importante destacar el primer Acuerdo de Producción Limpia firmado en el año 2012, y en este acuerdo es importante destacar la segunda versión, que incorpora a un mayor número de instituciones y que amplía la sustentabilidad en el quehacer de las instituciones de educación superior. Estamos seguros de que el APL representa una excelente hoja de ruta y un norte hacia el cual todas las instituciones de educación superior debemos movilizarnos.

El escenario de cambio climático, junto a problemas socio ambientales cada vez más evidentes, implica una responsabilidad para todas las instituciones. Así, el liderazgo de las instituciones de educación superior es crucial para aportar conocimientos y experiencias en la búsqueda de soluciones para los desafíos que enfrenta la sociedad y el planeta. Las Universidades podemos jugar un rol muy importante mostrando desde nuestros propios campus y territorios que es posible llevar a adelante un modelo sustentable de desarrollo, con un legado positivo tanto en los territorios como en su comunidad y la sociedad. Así estaremos restaurando y en especial, ayudando a restaurar nuestra casa común. La firma de este acuerdo representa una coherencia entre lo que enseñamos, lo que investigamos y lo que hacemos dentro de nuestra propia casa, y ese es nuestro compromiso. Las universidades son verdaderos laboratorios de innovación, para proyectar su labor a nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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