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Inversión estadounidense: apoyando innovaciones con propósito Opinión

Inversión estadounidense: apoyando innovaciones con propósito

Paula Estévez
Por : Paula Estévez Gerente General de AmCham Chile
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Después de varios años donde el ecosistema de emprendimiento e innovación a nivel latinoamericano contaba con una ausencia de “unicornios” chilenos – entendiendo como tales a aquellas startups que alcanzan una valorización de US$ 1.000 millones-, en los últimos meses un buen grupo de emprendedores de nuestro país han recibido financiamiento internacional, particularmente estadounidense, que les ha permitido potenciar su negocio y elevarlo a un siguiente nivel.

De esta manera, los emprendedores locales se han sumado a la fuerte irrupción que han tenido otras empresas jóvenes en América Latina, en rubros como fintech, e-commerce, biotech, agtech y foodtech. El factor común se encuentra en que todas ellas buscan solucionar los desafíos actuales de la sociedad, atendiendo necesidades diarias de las personas en diferentes materias y donde la rentabilidad es una consecuencia de su quehacer como organización y no un fin en sí mismo. Los casos chilenos NotCo, Cornershop, Betterfly o Jooycar se han sumado así a un boom de innovaciones surgidas en Argentina, Brasil, Colombia y toda la región.

La valoración que otorgan los capitales estadounidenses a los enfoques basados en criterios como la sostenibilidad y la inclusión, constituyen un muy buen antecedente. Un aspecto que, sin duda, resulta cada vez más relevante a la hora de concretar financiamiento, permitiendo con ello consolidar estos proyectos e impulsarlos a escala global.

Lo anterior ya se está viendo reflejado en algunas cifras. Un informe publicado a mediados del 2020 por la Asociación para la Inversión de Capital Privado de América Latina (LAVCA) indica que la captación de fondos de capital privado en la región aumentó en un 30% en comparación al mismo periodo en 2019.

Los números también demuestran que los emprendimientos chilenos obtuvieron un récord de inversión por US$ 136 millones en 2020. Además, el país está en segunda ubicación en la región en cuanto a actividad emprendedora en etapa inicial, según el Informe de Competitividad Global del International Institute for Management Development (IMD) publicado en 2021.

La presencia de capitales estadounidenses en este positivo periodo del ecosistema de innovación chileno no es casualidad. La estrecha y sólida relación entre Chile y Estados Unidos es fruto de un trabajo de larga data que se consolidó con la firma del Tratado de Libre Comercio entre ambas economías hace más de 15 años, situando al mercado estadounidense como el destino número 1 de nuestras pymes y, ahora, también como un motor clave en la aceleración de proyectos que emergerán con fuerza en los negocios del mañana.

En esta línea, los unicornios chilenos revelan un trasfondo que debe movilizar al mundo empresarial. Estamos en una época de cambios respecto de qué es hoy hacer empresa. Mirada que debe asociarse directamente a un propósito que comprenda el desarrollo humano y económico como un proceso que genera valor en toda la cadena de vínculos, ya sea en los usuarios, las comunidades, los proveedores y sus propios colaboradores. Todos factores indispensables para el éxito empresarial hoy y a futuro.

Esta positiva óptica proveniente de emprendimientos jóvenes está movilizando a muchas corporaciones de origen estadounidense con sede en el país. En AmCham, de hecho, vemos cómo nuestras empresas socias implementan diversos programas que promueven el emprendimiento y la innovación, con impactos medibles y que de forma concreta buscan abordar los desafíos del futuro en medio ambiente, diversidad e inclusión o transformación digital.

En más de alguna oportunidad escuché la siguiente premisa: una buena idea siempre tendrá financiamiento. La mejor noticia con la que cuenta hoy el mundo emprendedor compuesto por la oleada de unicornios chilenos y latinoamericanos es que los inversionistas estadounidenses están conscientes que una “buena idea” es la que va acompañada de un propósito claro y de una propuesta que mejore concretamente la calidad de vida de las personas. Son estas miradas frescas las que hoy comienzan a captar el financiamiento internacional. Mañana probablemente serán las únicas que lo hagan.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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