El libelo presentado por el organismo tiene algunas curiosidades, como por ejemplo, que está firmado por la presidenta, Clara Szczaranski, cuestión que es no común en estas materias.
El Consejo de Defensa del Estado (CDE) decidió tomar cartas en contra del testigo falso -Purificación Marreros- que presentó el dueño de Aero Continente, Fernando Zevallos, en el proceso que instruye el ministro en visita Víctor Montiglio.
La fórmula elegida por el CDE fue una querella criminal por falso testimonio y ésta se halla en manos del magistrado, quien ya resolvió hace un par de días, ordenando instruir sumario en contra de Marreros.
La información fue obtenida por este diario en fuentes judiciales y consultada a Montiglio en varias ocasiones, aunque éste se escudó en el secreto del sumario para no responder.
Sin embargo, se logró confirmar algunas curiosidades del libelo, como por ejemplo, que está firmado por la presidenta del organismo, Clara Szcaranski.
Este hecho resulta vital para entender la importancia que el Pleno de consejeros le dio a la fallida estrategia de "Lunarejo" que buscó, a través de un testigo falso, incriminar a los abogados del organismo de haber comprado el testimonio de Marreros. Esto, porque muy pocas querellas llevan la rúbrica de Szczaranski.
La acción legal presentada por el CDE es parte de una estrategia mayor del organismo y que cuenta con el apoyo de sus miembros y que consiste en desenmascarar las "trampas" que Fernando Zevallos intenta ponerle al magistrado en Chile.
La historia del testigo falso presentado por Zevallos comenzó el marzo pasado. En esa fecha, Purificación Marreros vino a Chile a desmentir que hubiera acusado de estar vinculado al narcotráfico a Zevallos unos meses antes y que esa misma declaración se produjo por el pago de varios miles de dólares por parte del CDE en concomitancia con la DEA.
Sin embargo, tras varios careos con el abogado del CDE, Hernán Peñafiel, entre otros, el magistrado le indicó a Marreros que su "desmentido" no era real, por lo cual quedaría detenido. Ante la amenaza de quedarse preso en Chile, Marreros confirmó que había sufrido amenazas de parte de Zevallos y que el CDE nunca le pagó, afirmando además que efectivamente Zevallos había sido narcotraficante.
En un hecho que entre los consejeros del CDE y abogados que lidian en los tribunales es un tanto inexplicable, Montiglio decidió dejar libre a Marreros, pese a que le había mentido en su propia cara.
Quizá el magistrado nunca pensó que el CDE iniciaría esta veta investigativa y ahora se encuentra envuelto en un nuevo proceso, en el cual, por los antecedentes que posee, debiera encausar a Marreros por el delito antes mencionado.
Si ello llegara a suceder sería un duro golpe para las intenciones de Zevallos en Chile de que el proceso en su contra sea sobreseído. Además, implica que detrás de la declaración de Marreros hay un autor intelectual y operativo, que el magistrado deberá determinar en su investigación.
Un punto no menor es que el mismo Zevallos fue a buscar a Marreros al aeropuerto de Lima y lo llevó en su auto a un hotel, que bien podría ser tomado como una presunción respecto de quién ayudó a preparar la declaración falsa.
Hay que recordar que tanto Zevallos, como algunos miembros de su familia son investigados por Montiglio por los delitos de asociación ilícita para el lavado de dinero.
Fue en el 2001 que luego de que algunos ejecutivos de la firma estuvieran procesados por esta misma figura de la ley de drogas, la Corte Suprema y el tribunal de alzada capitalino decidieron anular los encausamientos, pero mantener la investigación para que se profundizara sobre el particular.
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