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Los «combos y patadas» durante los alegatos del caso Spiniak

El primero acusó a la prensa de demonizar a su cliente y negó que fuera el jefe de una asociación ilícita, sino sólo un consumidor de los servicios sexuales y de drogas; el segundo aseguró que la asociación ilícita se fue ampliando, agrandando con el poder del dinero. »Aunque el poder del dinero esté del lado de una de las partes», refiriéndose a su contradictor.


El alegato del caso Spiniak ante los tres ministros de la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, tuvo de todo. Academia, literatura, filosofía política, derecho, persuasión y, como llaman los abogados, "combos y patadas", durante la exposición en estrado.



La exposición la inició el defensor de Spiniak, Luis Hermosilla, quien vestido de un riguroso terno gris, sacó de su elegante portafolio de cuero negro un par de libros y apuntes y los dispuso en el estrado. Al lado estaba el abogado del PPD, Guillermo Arenas, quien alegaba contra el amparo de Hermosilla.



Hermosilla inició su argumentación con lo clásico, pedir que imponga el imperio del derecho, pero a todos llamó la atención la felicitación pública que le hizo al relator de la causa. A continuación inició una diatriba respecto de los juicios paralelos que, a parecer del profesional existían. Uno llevado por el ministro en visita Sergio Muñoz, y el otro por la prensa.



"Aquí se ha dicho de todo en este proceso. Pero me llama la atención que en esta audiencia no esté la defensa de Gemma Bueno (el abogado Hernán Montealegre), ni la Fundación Margen", dijo Hermosilla. A renglón seguido, aseguró que habían respetado la acción del ministro Muñoz, nunca pidiéndole la libertad de Spiniak, "manteniendo un silencio riguroso", y explicó que su cliente está procesado por siete delitos distintos: violación, estupro, producción de material pornográfico, inducción a la prostitución, abuso sexual y ley de drogas.



De allí, en un salto discursivo que algunos abogados no podían entender en las bancas de la sala, comparó la "maldad" de los actos de la desaparecida DINA y del Comando Conjunto y aseguró que los miembros del grupo de la Dicomcar, del caso Degollados, no habían sido condenados por asociación ilícita. Este hecho, fue duramente cuestionado en el alegato de Arenas, quien sentencia en mano le recordó a su contradictor que precisamente el delito usado para condenar a los ex carabineros fue el de asociación ilícita.



Pero Hermosilla, citando el libro de Michel Foucault, "Vigilar y Castigar", habló de la extrema "etización" y la "demonización" de su cliente, porque sólo hacía uso de las drogas y prostitución infantil que había en el mercado. De esta manera pidió que se le respetaran las garantías mínimas de cualquier persona sometida a proceso. Pero su razonamiento hermenéutico fue más allá, porque apuntaba a la crítica hacia el actuar del ministro Muñoz. "No se puede procesar por cualquier cosa", dijo Hermosilla, descartando que existieran en el expediente razones para encausar a su cliente por asociación ilícita.



Cuestionó la diligencia tributaria hecha por Muñoz a Spiniak, también las facultades de los partidos políticos para hacerse parte en una causa; y volvió a enjuiciar a Muñoz, pues éste se habría demorado 18 días en responderle sobre la negativa a concederle acceso al sumario.



Sus críticas comenzaron a subir de intensidad, más no de tono, cuando dijo que la resolución por asociación ilícita "no había sido redactada", sino tal como se dice en la jerga computacional actual, "copipasteada" de otro lado, toda vez que la forma en que mostró sus argumentos Muñoz, dijo Hermosilla, acerca de la vida sexual de Spiniak, desde 1984, no correspondían.



"El ministro usó la palabra "desbordes" para referise a mi cliente. ¿Es jurídico eso?", se preguntó Hermosilla.



"No sé con qué derecho se le revisa todo lo que ha hecho mi cliente, en el ámbito de su vida sexual. Esto es como un reality", insistió.



El profesional dijo además que ayer había ingresado un estudio en derecho del auto de procesamiento dictado por Muñoz, contra Spiniak, cuyo autor es el abogado Jorge Mera. Y para cerrar su alegato, dijo que el ministro Muñoz, usando otro criterio sobre el mismo delito, en dos fallos de años anteriores, había rechazado la tesis de la asociación ilícita, estableciendo méritos objetivos que ni siquiera se cumplían en el procesamiento contra Spiniak.



Patadas bajo la mesa



Terminado el alegato de Hermosilla, Guillermo Arenas, el abogado del PPD, comenzó haciéndose cargo de algunos dichos de su contradictor. "Su señoría ilustrísima, represento gratuitamente al PPD y lo hago con el mayor agrado", haciendo alusión a su contrincante.



Al principio de su exposición, Arenas impugnó que por la vía del amparo quisiera modificarse la calidad de procesado de Spiniak, ya que este recurso sólo operaba si el juez a cargo del caso hubiese tomado una decisión infundada, sin antecedentes, arbitraria, cuestión que a juicio del profesional no se cumplía con el "riguroso" trabajo del ministro Muñoz.



"Los más débiles frente a una asociación ilícita son los niños, por eso ustedes -dijo mirando a los ministros- son los que deben protegerlos. Spiniak hay muchos en Chile, pero aquí estamos frente al poder del dinero. Ayer las víctimas hablaron por la boca del relator. Sencillamente esta puerta no puede abrirse", resaltó Arenas.



Pero no era todo. Arenas insistió en que Spiniak, como "jefe de la organización criminal", tuvo impunidad durante diez años, "al menos desde 1995".



"Lo que pasó aquí es que la asociación ilícita se fue ampliando, agrandando con el poder del dinero. Aunque el poder del dinero esté del lado de una de las partes", dijo tácitamente sobre Hermosilla, cuestión que causó algunos comentarios entre los abogados que observaban los alegatos.



"Se está buscando deslegitimar la actuación del ministro Muñoz. Pero cómo no, si incluso cuando Spiniak da una entrevista exclusiva al diario El Mercurio, en el cuerpo de Reportajes, el periodista que lo hace recibe un premio", conluyó Arenas, pidiéndole a los magistrados que rechacen el amparo y que confirmen "con declaración", para que retipifique el delito con otro de la misma asociación ilícita, pero que tiene más altas penas.



Los silenciosos



El resto de los alegatos apuntaron a distintas facetas del proceso. Por ejemplo, Jorge Gálvez, quien representa a la UDI en este caso, se centró en tres aspectos básicos respecto a lo obrado por Muñoz: resolución legítima, no procede el amparo y que se confirme el procesamiento por asociación ilícita dictado por el magistrado.



Le siguió Alejandro Godoy, en representación del Servicio Nacional de Menores (Sename), quien se sumó al alegato anterior, pero destacó que el informe pericial siquiátrico realizado por el Servicio Médico Legal (SML) a Spiniak, indicaba que había actuado siempre con plena conciencia. Y, antes de retirarse, recordó, con clara referencia a Hermosilla, que Michel Foucault también tenía inclinaciones similares a las de Spiniak.



Por último, la abogada Joana Heskia, en representación de la ONG Ciudadanía Activa, destacó que "hay en este proceso 25 víctimas acreditadas como tales, seis inmuebles para cometer delitos el señor Spiniak y más de cinco mil cheques dando vueltas por ahí".



"Lo que se busca aquí no es castigar la sexualidad del señor Spiniak, sino que la llevó a cabo cometiendo delitos. Además aquí tenemos la gravedad objetiva de los delitos y en esta organización están todos los elementos de la asociación ilícita: código de silencio, poder del dinero, logística, jerarquía y también poder de corrupción", enfatizó.



Para hoy se espera que alegue el Consejo de Defensa del Estado (CDE) y el resto de los abogados querellantes y defensores.



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