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El nuevo mapa de las tendencias internas de la Democracia Cristiana

Aunque en los últimos años han existido varias tendencias al interior de la DC, hay dos de ellas que tienen primacía y antigüedad: guatones y chascones. Si bien tuvieron su apogeo durante la dictadura, fueron las mismas peleas históricas -además del paso del tiempo- las que han terminado por unirlas, eliminarlas o transformarlas.


Hasta el día en que Adolfo Zaldívar asumió como presidente de la Democracia Cristiana, al interior del partido habían tantas tendencias como caciques. Tratar de entender cómo guatones, chascones, colorines y G-80, entre otros, podían convivir en una misma colectividad era todo un misterio. Cuando Zaldívar llega a la presidencia, las tendencias comienzan a desperfilarse y se dividen en dos: colorines y disidentes, aunque la mayoría aún mantiene su "militancia" anterior.



Pero para entender por qué aquellos que aparecían públicamente como rivales históricos ahora son aliados o por qué aquellos que eran aliados ahora son intensos rivales hay que remontarse a la época del régimen militar.



Ya en la época de Salvador Allende, la DC estaba dividida en cuanto a la postura que debían tener frente a su gobierno: colaborar o derrotarlo. Uno de los primeros quiebres que vivió fue cuando el entonces presidente del partido, Patricio Aylwin, reconoció el gobierno de Pinochet, mientras que una fracción de la colectividad -el denominado grupo de los 16- condenó al nuevo régimen.



Años más tarde, con la Alianza Democrática formada, la colectividad se debate entre trabajar por la movilización social o por la negociación. El problema estaba en con quién negociar. Tras el atentado a Pinochet, la DC rompe con el Partido Comunista y el debate político del falangismo comienza a girar en torno a si formar un solo gran partido que aglutine desde los decé hasta los socialistas o formar una alianza con varias colectividades.



Es en este momento donde las tendencias internas de la DC comienzan a tomar más fuerza. Mientras los "guatones", entre los que se contaban en ese entonces Patricio Aylwin y Adolfo Zaldívar postulaban formar una alianza con varios partidos, el entonces presidente del partido, el "chascón" Ricardo Hormazábal, postulaba formar un solo gran partido que aglutinara a distintos sectores, en una especie de PPD.



Finalmente, la tesis de los "guatones" se impuso, aunque al interior de ellos también existían distintas posturas, esencialmente en si formar una alianza chica o una gran alianza que incluía al PC.



Luego de la conocida competencia interna entre Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Gabriel Valdés por ser el candidato presidencial -con acusación de fraude incluida- Aylwin logra legitimarse con el apoyo de Radomiro Tomic, histórico rival, quien si bien lo apoya le enrostra que deberá gobernar con un sistema al que él siempre criticó.



Guatones al poder



Así los guatones consiguen el poder en la DC y Aylwin cierra su núcleo con Juan Hamilton, Adolfo Zaldívar, Enrique Krauss y Gutenberg Martínez.



Pero al asumir su gobierno, Aylwin opta por Enrique Krauss y por Enrique Correa (PS) como ministros "fuertes" de su gobierno. A esta dupla suma a Edgardo Boeninger quien hasta ese entonces era un hombre de Gabriel Valdés y con ello el núcleo "duro" de los guatones se disuelve.



Pero no sólo ellos. Un grupo importante de otros sectores de la DC, especialmente de militantes de base, también quedan fuera lo que comienza a "pulverizar" las distintas tendencias y con ello aparecen los distintos caciques y nuevas tendencias: el aylwinismo, el freísmo, chascones y guatones, entre otros.



Adolfo Zaldívar sabe capitalizar ese descontento y comienza a dar forma a los "colorines", cuyo sustento ideológico postulaba una coalición más pequeña.



Al momento de elegir a Eduardo Frei como candidato presidencial, la alianza la hace con Aylwin, quien termina respaldándolo.



Años después, Enrique Krauss es elegido de la mano de Adolfo Zaldívar como presidente de la colectividad, en desmedro de Gutenberg Martínez. Sin embargo, tras no respetar un acuerdo del Consejo Nacional y aceptar las presiones del gobierno de Frei para no acusar constitucionalmente a Pinochet, asume la dirección del partido un guatón: Gutenberg Martínez.



El error de Hormazábal



Tras una serie de conflictos internos, Gutenberg Martínez, gestor del famoso «Carmengate» que aseguró la candidatura presidencial de Aylwin, renuncia a la presidencia y llega al poder un "chascón" histórico en consenso: Ricardo Hormazábal. Sin embargo, su mandato termina con el error en la inscripción de las candidaturas para las parlamentarias pasadas.



Ahí se genera nuevamente una alianza entre Aylwin y Frei y son ellos los que asumen el partido transitoriamente.



Tras todos estos años Adolfo Zaldívar ya había pavimentado su camino. En las últimas elecciones internas de la DC se presentó frente a uno de sus históricos rivales: Jorge Pizarro.



El apoyo de Pizarro estaba sustentado principalmente en los anticuerpos que generaba Adolfo Zaldívar en la "izquierda" de la DC. Sin embargo, el levantamiento de la candidatura de Ignacio Walker, apoyada por Frei y Aylwin catapultó sus posibilidades. Las razones para apoyar a Walker estuvieron basadas principalmente en que "una cosa es que no apoyáramos a Adolfo Zaldívar y otra es que siguiéramos a Pizarro".



Así, la candidatura de Pizarro quedó sustentada por el sector "guatón", mientras que algunos de los "chascones" optaron por apoyar a Zaldívar con un convenio de garantías en la que se le exigía "rectificar" al partido. Entre ellos, se encontraban la otrora izquierda dura de la DC: Tomás Jocelyn-Holt, Gabriel Ascencio y Andrés Palma.



Así quedaron



Con las nuevas alianzas, así quedó conformado el mapa de la DC.



En la dirigencia de la colectividad los colorines son: Adolfo Zaldívar, Hosain Sabag, Patricio Rojas, Alejandra Bravo, Alejandra Krauss, Juan José Santa Cruz, Jaime Mulet, Humberto de la Maza, Alejandra Sepúlveda, Marcelo Ortiz, Myriam Verdugo, Patricio Santa María, Enzo Pistacchio, Hernán Bosselin, Waldo Mora, Juan Francisco Malla, Carlos López, Eduardo Cerda, Pablo Lorenzini y Carlos Dupré.



Pero en la dirigencia también hay colorines de izquierda. Ellos son Pedro Araya y Felipe Delpín.



En las directivas regionales y en el Consejo Nacional hay contrarios a Adolfo Zaldívar, los que si bien son considerados sólo "disidentes" aún mantienen su militancia histórica.



En el consejo nacional la "disidencia" está encabezada por Gutenberg Martínez (guatón). A él se suman las guatonas (en el sentido político) Ximena Rincón y Eliana Caraball y los chascones pro Gute: María Rozas y Claudio Huepe, además del "chascón a secas" Osvaldo Badenier. También en la disidencia se encuentra Luis Pareto, guatón, en abierto conflicto con Zaldívar.



En la disidencia también se encuentra el freísta Francisco Frei y el independiente-aylwinista Ignacio Walker.



Un caso distinto es el de Jaime Ravinet y Gonzalo Duarte, quienes si bien provienen del mundo "guatón", ahora son alianza con Zaldívar, aunque Ravinet en sí mismo es una tendencia interna.



En el caso del gabinete del presidente Lagos, el mundo DC está representado ampliamente. Así los "guatones" están representados por los ministros Eduardo Dockendorf, Jorge Rodríguez Grossi y Soledad Alvear, y por los subsecretarios Maria Ariadna Hornkohl, Jaime Arellano y Christian Nicolai.



Los colorines están representados por el ministro Pedro García y los subsecretarios Arturo Barrera y Patricio Santa María.



Los chascones, en tanto, están representados por el ministro Andrés Palma (quien hizo alianza con Adolfo Zaldívar y hoy con Marcelo Trivelli), y por los subsecretarios Yerko Ljubetic, Guillermo Díaz, y por el chascón pro Gute, Felipe Sandoval.



En el caso de los senadores, los colorines están representados por Adolfo Zaldívar, Hosain Sabag y Rafael Moreno. Los guatones, en tanto, por Jorge Pizarro y Sergio Páez, mientras que los chascones por Mariano Ruiz-Esquide, José Ruiz de Giorgio y Gabriel Valdés.



Pero es precisamente entre los senadores donde más se notan los "caciques", así los senadores Carmen Frei y Eduardo Frei son freístas, Andrés Zaldívar es una tendencia en sí mismo, mientras que Jorge Lavandero, Alejandro Foxley y Edgardo Boeninger son independientes.



Pero hay una figura que ha emergido durante el último tiempo, y que si bien no responde a ninguna tendencia interna, ha logrado también ser él su propia tendencia: Marcelo Trivelli. Por ahora, entre los posibles seguidores se encuentran el ministro de Mideplan, Andrés Palma y sectores de la juventud de la falange.

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