El plan programático, que en principio debía ser el punto de partida para la modernización de Renovación Nacional, se terminó convirtiendo, a raíz de un paper de Andrés Allamand, en la primera gran impasse que debe enfrentar la conducción del ex senador.
Después de meses en que las aguas internas de Renovación Nacional habían estado quietas, finalmente la mesa de Sergio Díez enfrenta su primera impasse importante. Es que el logro del ex senador no era poco, considerando que su antecesor, Sebastián Piñera, había dejado su cargo precisamente para dar salida a la crisis originada a raíz del caso Spiniak, la que llegó a amenazar, incluso, la candidatura de Joaquín Lavín.
Esta vez el problema se originó en una idea en principio auspiciada por la propia directiva de Díez: la readecuación de RN al nuevo siglo, tema que debe ver el Consejo General que está programado para el próximo 15 de enero. Y fue en la primera comisión programática preparada para este efecto -el pasado martes 23 de noviembre- cuando las aguas partidarias comenzaron a agitarse.
Ahí Andrés Allamand presentó un paper donde hablaba de la "refundación" de RN. Este término y el hecho de que el documento se hiciera público encendieron la molestia de Díez, más allá de que el jueves 25 Allamand se reunió con él para describirle los alcances de su plan. Al estado de inquietud de Díez se unió luego un estado de ánimo parecido de parte del propio Allamand y su círculo luego de que el ex senador, en una entrevista, dejara abierta la posibilidad de renunciar al cargo si se insistía con la "refundación".
La situación alcanzó un grado mayor de confusión luego de que Díez suspendiera la cita de la comisión programática de esta semana y de que en la Enade 2004 -enterado de la comida en la que participaron Allamand y el senador Alberto Espina para hablar del tema- el presidente de RN sacara a la discusión el fracaso del ex diputado en las elecciones parlamentarias de 1997, donde fue derrotado por el UDI Carlos Bombal en la carrera por la senaduría por Santiago Oriente.
Fue precisamente al final de la Enade, el jueves 2, el momento en que Díez se acercó a Allamand para ofrecerle sus disculpas por sus declaraciones. La oferta en ese instante y ayer, mediante un comunicado de prensa, fue rechazada por el ex diputado. Y a eso se añadió que horas más tarde, el senador Espina dijo que si Díez no quiere entender lo que buscan hacer, "va a tener que dar un paso al costado".
Díez se reformula
Con la polémica alcanzando nuevos bríos, Díez resolvió llamar a una rueda de prensa para, por una parte, recordar que él era uno de los impulsores de la reestructuración de RN y, por la otra, adoptar un tono algo más conciliador. Esto último no lo logró del todo, ya que junto con reiterar que está dispuesto a irse si alguien se lo pide, dijo que no aceptará cambiar ni el nombre ni los distintivos del partido.
La testarudez del ex senador llamó la atención entre quienes no integran la mesa e incluso en algunos sectores se mencionaba la posibilidad de dar una salida a través de un Consejo General extraordinario. Si éste fuera el camino, entre los cercanos a la mesa es visto como inviable que el proceso culmine con la salida de Díez, ya que -según su evaluación- ahora no hay nadie capaz de asumir la conducción.
Es más, los más férreos defensores de Díez piensan que un cambio de esa naturaleza podría sepultar las opciones de RN en las elecciones parlamentarias de diciembre del 2005. Entre ellos incluso estaría instalada la idea de que en el Consejo General de enero próximo, la idea que tomaría más fuerza sería la de buscar una diferenciación dentro de la Alianza por Chile; algo, por cierto, que no sería bien visto por varios personeros del partido, incluido el propio Allamand, que han alcanzado una mayor sintonía con Joaquín Lavín.
