Para lograr la aprobación de la Ley de Autoridad Sanitaria y, sobre todo, del polémico plan AUGE, el gobierno debió ceder ante la derecha y retirar de la iniciativa el Fondo de Compensación Solidario. El debilitamiento del discurso más combativo de los gremios fue otro hecho significativo del 2004.
Pagando un alto precio, el Gobierno logró cumplir su meta y sacar adelante los principales proyectos de la reforma a la salud. El primer paso lo dio a fines de enero, cuando a pesar de las protestas de los gremios -y de la lluvia de monedas que caían desde las graderías de la Sala del Senado-, el Parlamento despachó la Ley de Autoridad Sanitaria, algo así como la columna vertebral de la reforma.
Para lograrlo tuvieron que superar primero sus diferencias por la indicación que autorizaba el acceso de los usuarios de isapres a las salas comunes de los hospitales. Y, más tarde, tolerar la incertidumbre que significó el aplazamiento de la votación, cuando el senador Enrique Silva Cimma dijo que no se podía apoyar o rechazar un proyecto que recién les habían entregado en la mañana, lo que fue tomado como un triunfo (claro, temporal) por el Colegio Médico, que se mostraba muy combativo por esos días.
Pese a todo, la Autoridad Sanitaria fue aprobada y el Presidente celebró entusiastamente el triunfo. "Me alegro tanto de lo que pasó. Hay que tener fuerza para eso. No les digo cuántas reuniones, cada quince días,realizamos con el comité de ministros para llegar al resultado de ayer. Esa es la obligación de uno, creerse lo que tiene que hacer y sacarlo adelante", dijo.
Claro que lo más difícil aún no llegaba.
AUGE de a poco
El Plan de Acceso Universal con Garantías Explícitas (AUGE) era el siguiente paso. Lograr que el Parlamento aprobara el así llamado proyecto estrella de la reforma sería la prueba más dura para toda la cartera de Salud.
Pero antes debían resolver otro problema: reconocer ante la ciudadanía algo que los técnicos de la reforma admitían extraoficialmente y que los expertos que no trabajaban para el ministerio ya decían en forma abierta: que ni en sueños los 56 problemas de salud del AUGE estarían incorporados al plan antes del fin del gobierno de Lagos.
El primero en referirse al tema fue el subsecretario de Salud, Antonio Infante, quien admitió a El Mostrador.cl que los aneurismas no estarían en el AUGE antes del 2007. Tras esto, el ministro García comenzó a referirse a "la cifra maldita" de las 56 enfermedades, pero, pese a esto, seguía insistiendo en que todas estas patologías tendrían atención garantizada de aquí al 2006.
Finalmente, y tras la realización del primer transplante cardiaco cubierto por el AUGE, las autoridades decidieron sincerar el discurso, el propio Presidente admitió que la reforma sería gradual, y se pudo seguir adelante con la discusión de un proyecto que, legalmente, aún no existía.
El verdadero precio del AUGE
A mediados de abril, mientras el Presidente Lagos aseguraba que el plan AUGE sería despachado antes del 21 de mayo, la oposición amenazó con impugnar ante el Tribunal Constitucional el Fondo de Compensación Solidario del plan AUGE, transformando, de este modo, un instrumento (hasta ese momento) de conocimiento casi exclusivo de los especialistas, en una bandera de lucha y en un tema de interés nacional.
La razón es que este modelo presentado por las autoridades como la solución para las inequidades existentes entre las isapres y el Fonasa y que extraía una cantidad fija de la cotización de los afiliados a ambos sistemas (llamada prima universal) para repartirla en el seguro (Fonasa) que concentra a la población, estadísticamente, más vulnerable para el sistema de salud -vale decir, las mujeres en edad fértil, los adultos mayores de 65 años y los niños menores de dos años-, tenía serios inconvenientes para la derecha.
Para los parlamentarios de oposición, el fondo era inconstitucional porque la cotización era de carácter individual y no podía ser utilizada para fines no personales, ni total ni parcialmente. Además, sostenían que como la mayor cantidad de personas vulnerables se encontraba en Fonasa, las isapres terminarían financiando el sistema, lo que provocaría un alza de planes en los seguros privados que los afiliados de más recursos podrían soportar, pero no así la clase media, que se vería forzada a emigrar hacia el seguro del Estado.
La postura de la derecha generó un rechazo inmediato de la Concertación, provocó una intervención pública de Lagos respaldando el fondo, pero, pese a esto, el Gobierno decidió postergar la votación de la iniciativa y sacrificar la promesa de tener el proyecto listo antes del 21 de mayo, con tal de ganar algo de tiempo.
El siguiente paso es conocido. Tal como adelantó El Mostrador.cl, el Gobierno hizo una polémica concesión a la derecha con tal de aprobar el plan AUGE y retiró el Fondo de Compensación Solidario del proyecto.
Después de eso, el ministro, los parlamentarios y hasta el Presidente aseguraron que el proyecto no perdería por el retiro del fondo, que la solidaridad se mantendría de alguna forma y que esa forma se vería después. Aunque no tanto después.
El fin de las protestas
No sólo el gobierno sufrió con la tramitación de la reforma. Los gremios de la salud también experimentaron un desgaste, que redundó en una perdida parcial de fuerza del Colegio Médico y casi total en el caso de los demás trabajadores vinculados al sector.
Si bien oficialmente el año comenzó con el masivo viaje a Valparaíso, con el objeto de impedir el despacho de la Ley de Autoridad Sanitaria, la verdad es que el paro de 48 horas organizado por el sector a mediados de diciembre puede ser considerado el primer hecho significativo del año para los gremios.
Por entonces el presidente del Colegio Médico, Juan Luis Castro, aseguraba que "los médicos de Chile diremos basta a esta reforma de la salud inconsulta, privatizadora y que pretende llegar al descalabro más grande la salud de la población» y, más aún, decía que «éste es un paro de advertencia de 48 horas, si el Gobierno persistiese con llevar a término esta reforma, realizaremos nuevas movilizaciones, las cuales involucrarían los servicios de urgencias de distintos hospitales», como lo consignan sus declaraciones de esos días.
El paro de los servicios de urgencia, anunciado para los primeros meses del 2004, no se concretó y, más aún, el Colegio Médico no volvió a hablar de protestas, entre otras razones, porque según una encuesta efectuada en marzo a sus bases -y dada a conocer por El Mostrador.cl– el 80 por ciento de los profesionales del gremio consideraba poco o nada efectivo realizar paralizaciones como las de diciembre del 2003.
Después de eso, el Colegio Médico reenfocó su discurso y campaña en los problemas éticos y prácticos que acarrearía la existencia de enfermedades AUGE y no AUGE y también se enfocó en solucionar conflictos internos como la reformulación del seguro contra negligencias médicas de Falmed, en plantear su postura durante una campaña de invierno más dura que en otras temporadas, en la reestructuración de los tribunales de ética de la orden y en la actualización del código de ética que los regirá de aquí en adelante.
Estos últimos meses -y tras asumir que la reforma es un hecho- incluso han discutido si incursionar en el área privada, ofreciendo una red de prestadores que compita con los peces grandes, una vez que el plan AUGE comience a regir.
El próximo año, sin embargo, comenzará agitadamente, no sólo porque el polémico plan AUGE comienza a implementarse, sino porque también hay elecciones.
El alargue de la Ley de Isapres
Tras la aprobación del plan AUGE, la atención de la reforma se centró en la así llamada Ley "larga" de isapres.
La razón es que esta iniciativa constituye el último gran proyecto pendiente de la reforma a la salud y, además, fue la plataforma escogida por el gobierno para reponer la discusión por el fondo, sólo que acotada a los usuarios de isapres.
Este artículo -el del fondo interisapres- que debía constituir la última polémica de la reforma a la salud del año 2004, será más bien la primera del 2005, puesto que la comisión de salud del Senado aún no vota el artículo.
Claro que una polémica menor, una polémica ideal para el verano, puesto que el Fondo de Compensación Solidario, que distribuía recursos entre los seguros públicos y privados, ya se perdió.
Otro hecho relevante para la salud durante el 2004 fue el repunte económico experimentado por la isapres, lo que se dio en conjunto con señales de recuperación de la cartera, y que causó controversia por el nivel de utilidades exhibido por estas aseguradoras de salud.
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