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Peruanos en Chile buscan presentar querella por torturas contra Fujimori

César Mamani, uno de los sobrevivientes de la matanza de opositores a Fujimori registrada en la cárcel de Canto Grande, en 1992, se encuentra en Chile. Perdió un ojo y parte de la audición por las torturas recibidas en dicho recinto penal, y hoy preside la Asociación de Exiliados Políticos Peruanos, que se reunió el viernes en Santiago para repudiar al ex mandatario.


César Mamani perdió un ojo y tiene problemas de audición. Por ese motivo cubre la parte afectada de su rostro con el parche característico de los piratas y utiliza un aparato especial en el oído izquierdo para poder escuchar mejor. Ambos artefactos lo acompañarán de por vida, al igual que el recuerdo de los cuatro años de tortura que vivió, desde 1992, en el penal de máxima seguridad Miguel Castro Castro, ubicado en la localidad limeña de Canto Grande.



A este penal fueron todos los opositores que habían optado por la vía armada para derrotar tanto al ex gobernante Alan García, como a Alberto Fujimori. Entre ellos se encontraban miembros de Sendero Luminoso, del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) e inocentes que caían en las redadas de los aparatos de seguridad.



No era de extrañar, entonces, que Fujimori eligiera Canto Grande para dar el primer gran golpe contra sus opositores. Los servicios de inteligencia eliminaron a 42 internos, Mamani fue uno de los sobrevivientes.



"Soy uno de los sobrevivientes del genocidio que hizo Fujimori en Canto Grande, que se dio el 6, 7, 8 Y 9 de mayo de 1992 (después del autogolpe de abril). Yo entré sano y bueno… Y salgo así como usted me ve, con un solo ojo, medio sordo…", señaló.



Tiempo más tarde, el gobierno peruano se encargaría de cometer nuevos crímenes contra los derechos humanos, en Barrios Altos y La Cantuta, donde la muerte estuvo a cargo del grupo Colina dependiente del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Hechos que siempre se dieron en el marco de una lucha irregular e ilegal contra el terrorismo.



Esta víctima de Fujimori arribó definitivamente a Santiago, proveniente de La Paz, el 6 de agosto de 2001, ciudad en la que se había asentado para no seguir siendo víctima del hostigamiento de la inteligencia peruana. Pero el territorio boliviano tampoco resultó seguro, desconocidos allanaron su casa y tuvo que partir a Chile en busca de mayor seguridad junto a su familia.



Por estos motivos, es que Mamani no quiere desaprovechar la "estadía" del ex mandatario peruano en el país para presentar una querella por torturas junto a todos los sobrevivientes de su régimen. Ellos hoy están agrupados en la Asociación de Exiliados Políticos Peruanos, que él preside actualmente. en Chile y que el viernes pasado se reunió para debatir ése y otros temas que los afectan.



La vida de este peruano cambió el 14 de febrero de 1992, día en que se desarrollaba un paro armado convocado por el sector del Partido Comunista convocado por Abimael Guzmán, más conocido como Sendero Luminoso.



A la fecha tenía sólo 22 años y asegura que su detención fue una equivocación, ya que no pertenecía ni a Sendero Luminoso, ni al MRTA. Hecho que la policía comprobó tras cuatro años de reclusión, tiempo suficiente para que Mamani comenzará a ver el otro lado de la orilla, es decir, la necesidad de cambiar su país.



"A mí me hicieron ver una realidad desde niño hasta mi detención…Luego de mi detención obviamente vi el otro lado. En el penal me decían, aquí la guerra es un torrente de problemas donde hay dos orillas, una orilla es la derecha y la otra la izquierda, durante tu infancia tú has vivido en la derecha, en la que el Estado ha querido que vivas, pero ahora estás en esta otra", recordó.



Refugiados



La reunión que sostuvieron los exiliados peruanos el viernes pasado, fue convocada en el marco del seminario denominado "Refugiados: una realidad en Chile", el cual tenía por objeto tratar de buscar soluciones a los problemas que encuentran en Chile los perseguidos políticos provenientes del Rimac.



Sus problemática no es menor, ni siquiera tienen la posibilidad de contar con un RUT, ni siquiera transitorio, lo que les dificulta la posibilidad de buscar trabajo o firmar un contrato de arriendo.



Al encuentro asistió también el profesor Víctor Paiba, quien llegó hace trece años al país, transformándose a poco andar en organizador de una de las primeras entidades que agrupó a los refugiados. Este dirigente coincide con la necesidad de juzgar por delitos de lesa humanidad a Fujimori, dice que ojalá en Chile u otro país que dé las garantías porque no confían en que se dé curso a la extradición a Perú.



"Nuestra principal preocupación es que no pase lo mismo que con Pinochet, en Londres, que lo logremos expulsar a su país de origen y que quede impune. La expatriación no significa que haya justicia", afirmó.



La otra gran preocupación de Paiba, es que si Fujimori se queda en Chile pueda probar ante los tribunales una supuesta persecución en el Perú y que finalmente se transforme en un perseguido político.



"Por eso planteamos la unidad frente a la impunidad, de Pinochet, de Fujimori, Alan García y todos los genocidas. Eso significa dar una lucha global, porque aquí quién nos garantiza que las redes de corrupción que dejó Fujimori en Perú no lo van a salvar. Si aquí está recibiendo el apoyo de todos los empresarios chilenos a los cuales les regaló a precio de "huevo" el 87% de las empresas públicas. ¡El 87% está en manos de capitales chilenos!", sostuvo.



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