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Juan Pablo Rosso dice que misión chilena en Haití «es de alto riesgo»

Experto en sector defensa señala que »la inestabilidad política y pobreza crónica de dicho país no son una amenaza real ni potencial para Chile. Tampoco es una nación que pueda poner en peligro nuestros intereses vitales en el Caribe, como lo son el Canal de Panamá y las líneas de comunicación marítima hacia Europa y Estados Unidos».


En completo desacuerdo con el hecho de que las tropas chilenas se mantengan en Haití, por el «alto riesgo» que ello implica, se encuentra el analista de Defensa Juan Pablo Rosso, quien recuerda que en dicho país ya han muerto dos mil personas, entre ellos nueve soldados de la fuerza multinacional de la ONU (Minustah), y "lo más complicado es que el batallón chileno no ha salido a la ofensiva a neutralizar a los grupos armados que podrían sabotear este proceso".



Rosso se pone en el peor de los escenarios y se pregunta: ¿Qué pasa si hay una emboscada y mueren soldados chilenos. El experto se responde inmediatamente y dice: "¿Cuál va a ser la postura chilena? Las órdenes que le van a dar al batallón es salgan a buscar a la gente que hizo eso".



Explica que "si quieres mantener la paz en Haití, no tienes que quedarte en una postura defensiva entregándole la iniciativa a tu enemigo para que te ataquen. Ello implica para Chile salir a la ofensiva y entrar a una población".



Riesgos latentes



A juicio del profesional, quien es también licenciado en Historia, la permanencia chilena en Haití se debe reducir, terminar y asignarle otros objetivos, "porque con la actual misión estamos asumiendo riesgos cuya magnitud no guarda relación con la escasa relevancia estratégica que tiene ese país para Chile. En lo militar, el peligro de sufrir un alto numero de bajas o terminar empantanados en un conflicto armado y en lo político, el de menoscabar la credibilidad de nuestro país como fuerza disuasiva y socio militar, si un revés motiva un retiro anticipado de nuestras fuerzas".



-¿Cuáles son los hechos que lo llevan a esta conclusión?
-Lo primero que debemos considerar es que la inestabilidad política y pobreza crónica de Haití no son una amenaza real ni potencial para Chile. Tampoco es un país que pueda poner en peligro nuestros intereses vitales en el Caribe, como lo son el Canal de Panamá y las líneas de comunicación marítima hacia Europa y Estados Unidos.



-¿La permanencia de las tropas asegura un éxito de la misión?
-Ninguno de los objetivos que se le asignen a las fuerzas de la ONU asegurarán el éxito de la transición haitiana. La creación de una fuerza de seguridad local capaz de resguardar el orden es lo único que podría darle alguna esperanza de estabilidad a Haití en un futuro previsible. A este objetivo podemos contribuir capacitando a los efectivos de seguridad haitianos en nuestras propias escuelas de especialidades -como las de aviación o fuerzas especiales-, y reduciendo nuestra presencia en Haití a los 38 instructores policiales que ya se encuentran en esta tarea.



Errores de Chile



-Pero la tarea es imponer la paz.
-Aunque se le denomine "fuerza de paz", en la práctica su misión es la misma que cumplen las fuerzas multinacionales en Irak: disuadir y neutralizar a los grupos armados que intentan interrumpir una transición política. Ante este escenario de inseguridad en Haití, la acción ofensiva o la retirada son nuestras únicas alternativas. Si nos quedamos a la defensiva, nuestras tropas serán más vulnerables y cederemos la iniciativa a los enemigos de la transición haitiana.



-¿Cuáles fueron los errores que cometió Chile al ir a Haití?

-La decisión de ir a una operación internacional se debe hacer en base a tres factores, que creo no se tomaron en cuenta en el caso de Haití, como por ejemplo qué intereses nacionales se están protegiendo. Primero, cuando envías una fuerza militar al extranjero tienes que tomar en cuenta que se están poniendo en riesgo vidas humanas y, por lo tanto, tiene que ser en defensa de intereses vitales del país y no sólo en nombre del regionalismo o la solidaridad, eso no vale. En segundo lugar, se tienen que fijar objetivos específicos de la función que se va a realizar. Cuando ello no existe puede pasar lo mismo que le ocurrió a Estados Unidos en Somalia o en Vietnam. Que están en una situación indefinida y tienes que medir los riegos que corres en los ámbitos políticos, militares, económicos. En tercer lugar, la misión en Haití es la misma que cumplen las fuerzas multinacionales en Irak: disuadir y neutralizar a los grupos armadas que intentan interrumpir una transición política. Ante este escenario de inseguridad en Haití, la acción ofensiva o la retirada son nuestras únicas alternativas. Si nos quedamos a la defensiva, nuestras tropas serán más vulnerables y cederemos la iniciativa a los enemigos de la transición haitiana.



-Hay una situación indefinida, ¿eso significa que costará años que se logre una estabilidad en Haití?
-En el caso de Haití es un estado fallido. Hace 200 años que no ha logrado organizarse en torno a situaciones que den estabilidad. Desde el punto de vista de los intereses que Chile está protegiendo en Haití, cuáles son los problemas internos de Haití; a nosotros no nos van a llegar inmigrantes ilegales, no es un socio económico importante, no es un país ubicado estratégicamente en alguna zona donde nos podría crear algún tipo de problemas. ¿Por qué estamos en Haití? ¿Cuáles son los interés nacionales que estamos defendiendo en Haití?. Esto el gobierno no lo ha podido responder. Estados Unidos intentó estabilizar Haití en 1994 con 20 mil soldados y no pudo solucionar el problema, entonces qué puede lograr las Naciones Unidas ahí.



«Nation building»



-¿Por qué es tan arriesgada la misión chilena en Haití?
-En Haití están haciendo una operación que se denomina nation building o construcción de naciones. A diferencia de otros tipos de misiones convencionales, que estas operaciones militares tengan éxito no depende de las acciones que pueda desarrollar la fuerza. Uno podrá tener un mínimo de orden interno allí, pero el proceso de transición política depende, en definitiva, de la población local, de la voluntad política de esa gente. Si ellos no la tienen, podrás estar 2, 5 ó 10 años, pero no vas a lograr nada.



-Se puede decir que Chile ha tenido suerte de no tener ninguna baja que lamentar…
-Nosotros hemos tenido sólo tres bajas, que han sido heridos leves, sin víctimas fatales y ello no es porque la situación esté tranquila sino porque hemos tenido mucha suerte. Lo comparo con ir en un automóvil a 120 kilómetros por hora sin cinturón de seguridad. En el momento que tengamos un problema vamos a estar en una situación muy delicada.



-¿Qué opina de la idea de la ministra de Defensa en el sentido de ayudar económicamente a Haití con los excedentes del cobre?
-La idea de (Vivianne) Blanlot la considero interesante y legítima, pero seamos sinceros: tenemos suficientes Haití en Chile para seguir preocupándonos. Aquí no más, en la zona sur de Santiago hay un montón de problemas sociales. Antes de ir a Puerto Príncipe con paquetes de ayuda solidaria podríamos ir a Santiago Poniente y Santiago Sur.



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