Experto forense fue convocado por el abogado Hugo Gutiérrez para contrarrestar el informe acreditado en el expediente, respecto a que Hernán Meneses murió por las lesiones que sufrió al caer de una pared, y no por los golpes recibidos de parte de la guardia del regimiento Buin. Ravanal cree que no es lógico que haya sufrido una lesión en el hígado sin tener daños, por ejemplo, en las costillas.
Las dudas que aún persisten respecto a las circunstancias en que el pasado 11 de noviembre murió el trabajador Hernán Meneses, de 35 años, tras ser reducido y golpeado por la guardia del Regimiento Buin del Ejército, llevaron al abogado de la familia de la víctima, Hugo Gutiérrez, a solicitar nuevas pericias tanatológicas, las cuales serán realizadas por el experto forense Luis Ravanal, con una larga experiencia en el Servicio Médico Legal (SML).
Esto, por cuanto Gutiérrez considera «inverosímil» la versión que elaboraron los peritos a los que recurrió el fiscal militar, mayor Juan Andrés Troncoso, y que señalan que Meneses falleció a consecuencia de una lesión hepática causada tras saltar la pandereta del recinto militar de la comuna de Recoleta, incluso antes de ser reducido y -de acuerdo a versiones de testigos- golpeado violentamente por los uniformados.
El profesional dijo que, dependiendo de los nuevos antecedentes que arrojen estas nuevas diligencias, solicitará que se modifique el auto de procesamiento en esta causa, en la que tres militares y un carabinero fueron formalizados por los delitos de violencia innecesaria con resultado de lesiones menos graves.
Peritajes paralelos
Luis Ravanal, quien ha participado en la investigación de casos de gran connotación social y nacional, como los asesinatos del niño Rodrigo Anfruns y la estudiante Cynthia Cortés, se abocará a analizar el informe de autopsia, las fotografías y los elementos que surgieron en la fijación de posiciones en torno al crimen, los cuales se encuentran por ahora en poder de la Corte Marcial.
Explicó a El Mostrador.cl que su labor «apunta a verificar si es concordante y si existe relación directa entre las lesiones mortales que presentó esta persona y el mecanismo de cómo éstas se habrían producido, es decir, si es concordante la versión oficial versus la versión de que estas lesiones pudieron ser ocasionadas por golpes más que por una caída casual o accidental».
Asimismo, indicó que al analizar la versión sobre la caída que habría sufrido Meneses, «obviamente existen sospechas y dudas, porque no parece lógica una lesión a nivel del hígado específicamente, de esa magnitud, sin que no hubiesen habido lesiones en otras estructuras vecinas que recubren y protegen parcialmente ese órgano, como son por ejemplo las costillas».
Los efectos de la presunta caída
Ravanal dijo que otro aspecto que hay que esclarecer, es si efectivamente Meneses pudo, después de esa grave caída, continuar caminando dentro del regimiento e incluso tener la fortaleza necesaria para forcejear con el personal de guardia.
«Uno de los elementos de este análisis es, obviamente, si estaba en condiciones una persona con tales lesiones de poder deambular, de haber efectuado algún tipo de movimiento, algún tipo de acción. Hay que determinar el tiempo de sobrevida y la magnitud de la hemorragia», explicó.
Agregó que todo eso tiene relación también «con las lesiones que tiene externamente, porque siempre hay marcas, sobre todo las que quedan en la piel cuando son impactos directos con estructuras rígidas, por ejemplo una baranda, una reja, un muro, etc. Y esas dudas no están establecidas en los análisis periciales existentes, y eso es justamente lo que se persigue dilucidar y ver en definitiva si es realmente como se dice, o si existe otra verdad material que haya que demostrar, que es lo que en esencia pretendo hacer».
Los efectos de la droga
Uno de los argumentos que ha utilizado la defensa de los uniformados procesados – el sargento del Ejército Carlos Matamala, el cabo Alejandro Orozco Fuentealba, el soldado Jeremy Navarro y el cabo de Carabineros Andrés Vera – es que Meneses pudo mantenerse en pie e incluso tratar de evitar ser reducido, debido a que se encontraba bajo los efectos euforizantes de la cocaína.
De hecho, el abogado defensor, Gerardo González, dijo que la víctima había consumido cuatro gramos de la droga, lo que le habría permitido, pese a estar gravemente herido, mantenerse en un estado de tal agitación y euforia que obligó a los militares a actuar de manera violenta.
Al respecto, Ravanal dijo que «una persona puede tener mucha euforia si está bajo los efectos de distintas sustancias y drogas, pero el organismo no funciona si no tiene sangre circulante suficiente, y la presencia de una hemorragia masiva es irremplazable por el efecto de una droga, cualquiera sea ésta».
Y añadió que «es efectivo que las drogas que provocan euforia y efectos de cambios en el estado neurológico fundamentalmente, actúan generalmente disminuyendo los umbrales de dolor, pero no en relación a la capacidad del organismo de responder frente a cuadros graves o agudos de anemia o hemorragia; por lo tanto, esa condición queda excluida».
