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El complejo financiamiento de las energías renovables no convencionales

Pese a algunos avances legislativos aún no existen iniciativas de cofinanciamiento o regalías tributarias impulsadas por el Estado, más allá de las que se pueden utilizar a través de Corfo. Frente a eso, parlamentarios e inversionistas echan de menos una línea más proclive a »meterse la mano al bolsillo», siguiendo el ejemplo de otros países.


La crisis energética generada por los recortes de gas desde Argentina, sumado a la sostenida alza del crudo a nivel internacional, gatilló un revuelo general que repercutió directamente en los bolsillos, pero al mismo tiempo obligó al Gobierno y a los privados a plantear alternativas para el abastecimiento.



De ahí que las energías renovables no convencionales (ERNC) hayan saltado a la palestra como una vía sustentable y que, si bien a corto plazo no serán la solución al problema, sí constituirán un aporte. De hecho, la meta gubernamental es que 15% del aumento de la generación eléctrica al bicentenario se logre a través de esta alternativa.



Actualmente el país tiene una extraordinaria dependencia de la energía que se produce en centrales de embalse, por lo que la materialización de instrumentos e incentivos legales para ampliar la matriz y mejorar las expectativas del mercado, como la ley corta 1 y 2 y el proyecto sobre ERNC que se discute en el Senado, apuntan directamente a lograr cambios.



"Estamos poniendo las primeras piedras a un sistema de mayor diversificación de la matriz energética y el hecho de que se esté materializando este proyecto de ley y que se estén entregando incentivos, nos dice que vamos a generar las condiciones para impulsar un número mayor de proyectos de los que actualmente existe", asegura el senador Ricardo Núñez (PS) y miembro de la Comisión de Energía de la Cámara Alta.



"Pero lo ideal es que haya mayor involucramiento del Estado, por lo que creo que en el debate que se ha iniciado seguramente vamos a solicitarle al Gobierno que estudie la factibilidad de generar incentivos mayores de los que están contemplados actualmente, porque ese es el camino más exitoso que se ha tenido en otros lugares y que Chile tiene la obligación de experimentar", explica Núñez.



Así lo plantea también Patricio Balbontín, director secretario de la Asociación chilena Energía Solar (Acesol), creada hace un año y que hoy cuenta con once empresas asociadas.



El profesional sostiene que es un buen momento para los inversionistas que deseen trabajar en torno a las energías alternativas, pero echa de menos una señal tangible del Gobierno para incentivar directamente el desarrollo de este mercado.



"Como asociación, hemos mantenido conversaciones con distintos actores estatales, pero no ha existido una manifestación concreta de subvencionar o cofinanciar los proyectos, ya que hasta el momento sólo hemos tenido negativas, a pesar de que nuestros planteamientos se han basado bastante en la experiencia española, que obliga a las construcciones a poner un porcentaje de energía y paralelamente cofinancia, devolviéndo un porcentaje de la inversión", explica.



Detalla que han trabajado bastante para que el Gobierno se sensibilice, "pero cuando se trata de meterse las manos al bolsillo, no hemos tenido la respuesta que quisiéramos".



Financiamiento de Corfo



Más allá del escenario legal, un instrumento concreto de apoyo financiero al desarrollo de las ERNC está dado por la Corfo, a través de dos herramientas.



La primera trabaja como un subsidio a los estudios relacionados con la etapa previa de las propuestas, y entrega un máximo de US $ 60 mil, financia hasta la mitad de los costos de los estudios y un tope de 2% del monto de la inversión.



«Con este instrumento ya hemos hecho tres concursos y estamos apoyando una cartera de más de 100 proyectos, fundamentalmente centrales hidráulicas de pasada, eólicas y de bioamasa", señala Javier García, ejecutivo de inversión en energías renovables y mecanismos de desarrollo limpio (MDL) de Corfo.



Precisa que han aprobado cerca de 140 iniciativas, pero que finalmente no todas se concretan.



Este trabajo se inició el 2005 y a partir de los cambios de la ley eléctrica-ley corta 1 y 2- se ha realizado un concurso por año. "Pero aún no hemos decidido cómo continuaremos el 2008, porque además se puede postular en cualquier momento, ya que hay algunos proyectos que han entrado entremedio de los concursos porque ya están listos y esperar al próximo período les tomaba demasiado tiempo", explica el ingeniero civil industrial



En esta iniciativa, se han invertido en total US $ 4,5 millones y este año acogió 53 propuestas.



La segunda herramienta , son créditos a largo plazo con los que se puede obtener financiamiento con un crédito bancario, a través de la banca comercial y cubren hasta US $ 5 millones, pagaderos hasta 12 años y con 3 años de gracia.



"Con este instrumento ya hay algunos proyectos que se están financiando, uno ya se realizó completamente y otros dos están en proceso", detalla García.



Este fondo cuenta con US $ 100 millones, que podría ampliarse en forma sustantiva gracias a la negociación anunciada por el ministro de Energía, Marcelo Tokman, con el Banco de Cooperación alemana.



"Es una línea de financiamiento a largo plazo con tasas bastante convenientes comparadas con las que podrían obtenerse en la banca local", precisa el ejecutivo.



Paralelamente, Corfo apoya el proceso de búsqueda de inversionistas, por ejemplo presentando la cartera de proyectos en distintos foros nacionales e internacionles. En esa misma línea, se está organizando un encuentro entre el 14 y el 16 de noviembre, donde inversionistas extranjeros vendrán a conocer los proyectos y ahí sostendrán sesiones de trabajo con los proponentes.



Para eliminar barreras



Un programa piloto, es el impulsado por la Fundación Chile y cofinanciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), denominado Promoción de Oportunidades de Mercado para Energías Limpias.



El objetivo es promover la eficiencia energética y las energías renovables en pequeña y mediana escala.



Básicamente, se capacitará a consultores para que adopten modelos de negocio distintos a los que se hacen hoy en día y al mismo tiempo van a asesorar en la implementación de 10 proyectos, de los cuales 7 serán de eficiencia energética y 3 de energías renovables.



Si bien no se financiarán los proyectos en sí, se entregaran recursos para solventar parte de los estudios.



Los montos de la iniciativa, iniciada en 2004 y que finalizará en 2009, ascienden a US $ 2 millones, de los cuales el BID aportará la mitad.



"Hicimos un estudio de mercado que finalizó hace poco para determinar cuáles son los sectores donde creemos que hay más opciones, no solamente en temas de cuánta energía gastan sino también en temas de número de empresas, solvencia, en general la idea es que estos proyectos ojalá utilicen energías que ya están probadas, no hacer innovaciones tecnológicas, sino que innovar más en el tema de los negocios, en la parte de implementar los proyectos", señala Luis Hinojosa, director del proyecto.



De esta forma, se busca mejorar la forma de "vender" y eliminar algunas barreras para poder impulsar más el mercado de eficiencia energética y ERNC.

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