Demandan justicia para el joven estudiante mapuche, además del retiro de la postulación de Chile al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
A través de un comunicado público, la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos manifestó su reprobación frente a la posición que han adoptado las autoridades ante al asesinato del estudiante mapuche Matías Catrileo Quezada.
Según declararon, "las responsabilidades son políticas y alguien debe asumirlas. No hay un país civilizado donde en dos años de gobierno se haya asesinado a dos personas, en medio de legítimas protestas sociales y reivindicativas, sin que la autoridad política responda. Esto pasa sólo en este país, precisamente donde la pérdida de una vida no puede dejar indiferente a nadie y donde se debe tener la responsabilidad de responder".
La agrupación considera lamentable que en Chile exista "un parlamento que ante un asesinato guarda sepulcral silencio. Un Gobierno que habla de respetar el Estado de Derecho cuando no se respetó el único bien irreproducible e irrecuperable, la vida. Partidos políticos en crisis de mutismo o justificación. Una Presidenta que ante este crimen permanece ausente".
Según manifestaron, con los antecedentes que existen, la Presidenta Bachelet "ya debió haber pedido las renuncias correspondientes al ministro del Interior subrogante y al oficial que ordenó disparar con subametralladoras, para resguardar los fardos de paja".
Para la agrupación, la muerte de Catrileo no puede quedar impune judicial ni moralmente. "En coherencia con un mínimo de dignidad exigimos que Chile retire su postulación al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que la Presidenta pida las renuncias que corresponden y que sea la justicia civil, la encargada de investigar y sancionar con todo el rigor de la ley este nuevo crimen", aseguraron.
Agregan que "si para el Estado los fardos de paja quemados, de un latifundista privado, valen más que la vida de un joven estudiante, quiere decir que nos equivocamos y que los rumbos de la alta política están profundamente dañados y reñidos con una ética básica de respeto por el ser humano".
Además, demandan el respeto a los derechos del pueblo mapuche, "que en 17 años y 4 gobiernos concertacionistas no han sido escuchados para avanzar en forma seria y responsable en la resolución de un conflicto que nos divide como chilenos y que tiene su origen en las diversas usurpaciones de tierras ancestrales y primigeniamente mapuches".
