La lista del actual timonel alcanzaba el 58,67 de los votos, de acuerdo al último escrutinio efectuado pasadas las 07:00 horas de este lunes. El mecanismo de elecciones indirecto implica que sólo en los próximos días el nuevo comité central designará a la dirigencia de la colectividad. [En desarrollo] «
Todo era un juego de máscaras anoche en las elecciones internas del Partido Socialista. Mientras en el comando del actual presidente Camilo Escalona (Nueva Izquierda) todo era celebración, pues en sus cómputos alcanzaban cerca del 60 por ciento de los votos a nivel nacional, en la lista contraria relativizaban ese éxito y también se adjudicaban la victoria.
El conteo de preferencias era lento, tanto para el Tribunal Supremo -que para los comicios actúa de Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel)- como para los propios comandos, cuyos sistemas rayaban en lo arcaico.
De todas formas, a la Nueva Izquierda le falló la estrategia que habían diseñado. A eso de las 23.30 los llamados telefónicos a sus
adversarios intentaban que al momento en que el Tricel diera a conocer los primeros resultados -escrutado el 20 por ciento de los votos-, aparecieran todos en un acto que reflejara unidad partidaria, dándose las manos y dejando atrás una campaña plagada de descalificaciones y acusaciones que creo un clima interno de máxima tensión.
Resultados
Las proyecciones, hasta pasadas las 07:00 de la mañana confirmaban los resultados entregados en la madrugada, en los que Escalona tenía la primera mayoría por lista con el 58,67% de sufragios a favor, con lo que prácticamente dobló el 26,33% de la lista Grandes Alamedas, encabezada por Isabel Allende y Carlos Ominami.
En tanto, el Movimiento de Acción Socialista (MAS) del senador Alejandro Navarro conseguía el 8,14%, mientras que la lista Socialistas como Allende, encabezado por Carmen Lazo, conseguía una adhesión de 6,98%.
Telefonazos y estrategias
Anoche en el comando de Escalona, tanto este último como los
subpactos de Ricardo Solari (tercerismo) y Marcelo Schilling
(Renovación) y Juan Pablo Letelier, sostuvieron una conversación a eso de las 23 horas, donde se definió la estrategia para afrontar el triunfo.
En los hechos significaba ejecutar el acuerdo adoptado hace algunas semanas por el Congreso del PS, en torno a tener lealtad sin apellidos con el gobierno, para darle estabilidad en el llamado "segundo tiempo" a diferencia de la lista Grandes Alameda (Ominami-Allende), que proponía lealtad sin obsecuencias con Bachelet.
Relaciones dañadas
En tanto, Camilo Escalona, manifestó esta mañana que «va a ser difícil recomponer las relaciones» al interior de la colectividad, y sobre todo con su principal contrincante, la diputada Isabel Allende, luego de estas reñidas elecciones internas.
«Menos mal que estamos en otoño, porque si hubiese sido verano ya habríamos terminado con la piel desollada con todo lo que se dijo. La verdad es que yo creo que va a ser difícil recomponer las relaciones humanas», dijo el senador en una entrevista con la radio ADN.
No obstante, el timonel socialista aseguró que todas las corrientes del PS estarán adecuadamente representadas en forma democrática en la mesa directiva.
«Afortunadamente el congreso general del partido aprobó un mecanismo en el que la mesa se constituye de manera integrada sobre la base de la representación de las diferentes listas. Todas las corrientes tienen que tener su representación en la mesa y a partir de ahí tendrá que hacerse un esfuerzo por recomponer las relaciones humanas y políticas», explicó.
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