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Piñera le dobla la mano a la UDI y no incluye depreciación acelerada en plan de Reconstrucción

El Jefe de Estado firmó esta mañana el proyecto de ley que el gobierno enviará al Parlamento para su tramitación. Si bien la iniciativa contempla un alza de impuestos para las grandes empresas, el aumento del royalty minero, más impuestos para el tabaco y una sobre tasa transitoria en el avalúo fiscal de algunas propiedades, nada dice sobre la medida impulsada por el gremialismo. Hecho que, sin duda, aumentará la tensión entre el mandatario y el partido de Jaime Guzmán.


Esta mañana, el Presidente Sebastián Piñera firmó el proyecto de ley que busca financiar el Plan de Reconstrucción del país. El jefe de Estado señaló en la ocasión que «para financiar este enorme triple desafío, hemos elaborado un programa de financiamiento que pretende recaudar 20 mil millones de dólares».

El mandatario explicó que el proyecto busca recaudar fondos a través de “cambios moderados y justos” en materia tributaria.

“En primer lugar, recaudar 1.260 millones de dólares a través de un aumento transitorio de tres puntos durante el año 2011 y de un punto y medio durante el 2012 al impuesto de primera categoría a las empresas”, dijo.

“En segundo lugar –agregó Piñera- recaudar 700 millones de dólares a través de un cambio en el sistema del impuesto de royalty a las grandes empresas mineras. En tercer lugar, recaudar 994 millones de dólares a través de un aumento en el impuesto a los tabacos”.

“Y finalmente, recaudar 281 millones de dólares a través de una sobre tasa transitoria por dos años de un 0,275% al 1,5% de las viviendas de mayor evalúo fiscal en el impuesto territorial”, puntualizó.

El Presidente detalló que el plan incluye además “un revolucionario e importante y poderoso fomento a la micro, pequeña y mediana empresa y a la creación de empleos”.

De esta forma, Piñera opta por no incluir la depreciación acelerada en el Plan de Reconstrucción, iniciativa solicitada por la UDI.

Molestia de la UDI

En la UDI admiten que existe una molestia que se está acumulando con la administración (de la que forman parte) y advierten que el Presidente Sebastián Piñera “no puede seguir estirando el elástico”.

La depreciación acelerada ya fue rechazada cuando el ex ministro de Hacienda de la Concertación, Andrés Velasco, trató de incorporarla entre las medidas que se aprobaron con el fin de enfrentar la crisis económica, el año 2008.

Sin embargo, en la tienda política había la convicción de que “era el tiempo” para volver a intentarlo.

La tesis que se manejaba en la UDI era aprovechar el momento político que se estaba viviendo. Con ello, apuntaban a que incluir este tema en el marco de los proyectos para la reconstrucción obligaría a la oposición a darle su voto. ¿Quién podría negarse? Se preguntaban en el gremialismo, si se considera que uno de los efectos de la depreciación acelerada es que “es un buen instrumento para generar inversión”.

Se pensaba que ahora tendrían piso en la oposición. Pero si no era así y la rechazaban, en la UDI creían que sería pura ganancia para el gobierno. Porque el oficialismo podría hacer que la coalición opositora pagara los costos políticos de negarse a aprobar una medida que generaría mayor inversión y más trabajo, según argumentan los principales promotores de la medida.

Si, en cambio, la oposición hubiese aprobado la depreciación acelerada, la medida sería bien recibida por el mundo empresarial. Pues, nada de eso pasó. El propio Jefe de Estado fue quien desechó la idea.

El eterno segundo plano

Este gallito es sólo político. Uno más de los intentos de la UDI por hacerse escuchar al interior del oficialismo, de ejercer su peso político, el mismo que no se ha notado en lo que va de la administración Piñera.

Al punto que en la tienda reconocen un estado de ánimo que es un secreto a voces. “Piñera no puede seguir estirando el elástico. Esto no da para mucho tiempo más”, dice un parlamentario gremialista, aún cuando también está consciente de que el electorado gremialista no le permitiría a la UDI pasarse a la oposición en los primeros seis meses de gobierno.

En este nuevo forcejeo entre la UDI y el gobierno ha quedado de manifiesto que algunas de las críticas que se le hacen al oficialismo, y también a la forma como los dirigentes gremialistas se relacionan con la autoridad, tienen algo de razón.

Al punto que en el almuerzo del lunes de la Comisión de Hacienda, según algunos de los presentes, el ministro Felipe Larraín “desconocía si el proyecto venía con depreciación acelerada o no”.

En este sentido, dicen en la UDI, cómo pueden esperar conocer los parlamentarios los proyectos antes de que ingresen al Congreso, si ni los ministros tienen claridad al respecto. El propio presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, el UDI Gastón von Mühlenbrock, admitió la semana pasada, cuando solicitaron al gobierno que se dejara fuera del aumento de las contribuciones a la Tercera Edad, que su partido no conocía los proyectos del Plan de Reconstrucción.

Mientras que en el almuerzo del lunes con el titular de Hacienda, uno de los diputados gremialistas le advirtió a Larraín que su posición respecto al proyecto de financiamiento de la reconstrucción no es la misma con o sin depreciación acelerada. Y si bien su postura representa el sentir de gran parte del partido. Demás está decir que se ha evitado que esa postura aparezca como generalizada en la tienda.

Sin embargo, la molestia por esta nueva forma de gobernar se está generalizando en la UDI y es de esta desazón de la que se estaría enganchando la candidatura del diputado José Antonio Kast. Por lo que la relación entre el gobierno y el partido más grande de Chile podría llegar a convertirse en el principal elemento diferenciador durante las internas de la UDI.

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