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Chilenos celebran desatados primer triunfo mundialista en 48 años

«Fue poco, merecíamos más», «¡grande Beausejour», «Grande Bielsa!», «vamos a salir campeones», «No quiero ir al trabajo» , «Tenemos para festejar hasta las diez y de ahí a la pega», son algunas de las expresiones manifestadas por los hinchas en las calles de Santiago.


Millones de chilenos salieron hoy a las calles, en una fría mañana de fines de otoño, para celebrar la victoria por 1-0 sobre Honduras en la ciudad sudafricana de Nelspruit, primera de una selección nacional en un Mundial de Fútbol desde hace exactamente 48 años.

El 16 de junio de 1962, Chile derrotó por 1-0 a Yugoslavia en la definición del tercer puesto del Mundial del que fue anfitrión ese año, con un gol anotado en la agonía por el centrocampista Eladio Rojas

Fuera de casa, Chile no ganaba en un mundial desde el 2 de julio de 1950, cuando superó por 5-2 a Estados Unidos en la Copa del Mundo disputada aquel año en Brasil.

En ese contexto, se justifica la euforia desatada hoy, pese a que el 1-0 fue considerado exiguo en los primeros comentarios de los medios digitales, que coincidieron en que la ‘Roja’, dirigida por el argentino Marcelo Bielsa, debió ganar por un marcador mucho más amplio.

El país entero estalló en un grito unánime de euforia cuando en el minuto 34 el delantero Jean Beausejour anotó el gol de la victoria y ahogaron otros en las ocasiones que se desperdiciaron en otros momentos del partido.

En Santiago y todas las ciudades, pueblos de Chile, incluidas las bases destacadas en la Antártida, los 17 millones de habitantes hasta hicieron sonar ‘vuvuzelas’ para festejar la victoria, con improvisadas comparsas, sonar de bocinas e interminables «Ceacheí’, el grito característico de las barras en los estadios.

El presidente Sebastián Piñera se unió a la fiesta y tras pasar la noche en una ‘mediagua’ (vivienda de emergencia), presenció el partido junto a damnificados del terremoto del pasado 27 de febrero en la localidad de Dichato, en la región del Bío Bío, que fue arrasada aquel día por el tsunami que siguió a la catástrofe telúrica.

«Faltaron goles», comentó el mandatario al término del partido, identificándose con el sentimiento de insatisfacción que causó en los chilenos el estrecho marcador final.

En Santiago, los festejos se concentraron en la céntrica Plaza Italia, tradicional centro de festejos deportivos, hasta donde llegaron varios millares de personas que quisieron celebrar antes de partir, con algo de atraso, hacia sus actividades cotidianas.

También frente al Palacio de La Moneda se acercaron numerosos hinchas, que presenciaron el partido en una pantalla gigante, una de las muchas instaladas en la capital y otras ciudades.

«Fue poco, merecíamos más», «¡grande Beausejour», «Grande Bielsa!», «vamos a salir campeones», «No quiero ir al trabajo» , «Tenemos para festejar hasta las diez y de ahí a la pega», son algunas de las expresiones manifestadas por los hinchas en las calles de Santiago.

En muchas localidades, los vehículos del transporte público y hasta los taxis ofrecían viajes con televisores incluidos para que los pasajeros pudieran disfrutar del partido.

Fábricas, oficinas, el comercio, escuelas y universidades dieron facilidades para que trabajadores y estudiantes presenciaran el encuentro, ya sea en los mismos establecimientos o autorizando el inicio más tarde de la jornada laboral o de clases.

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