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El reducido espacio en que se mueve la vocera de gobierno

Ena Von Baer asumió un ministerio que Sebastián Piñera cuando era candidato quería eliminar, tiene al Segundo Piso controlando e influyendo sobre la gestión de su cartera día a día, a un Ministro del Interior con fuerte presencia mediática y a un Presidente que no se cansa de figurar.


En La Moneda la jerarquía de poderes está clara y Ena Von Baer, vocera de gobierno, no ocupa un lugar preponderante. Es una de los tres ministros políticos, pero Cristián Larroulet y Rodrigo Hinzpeter, le ganan en experiencia política y, este último, por cercanía al Presidente. Ella maneja la Secretaría General de Gobierno (Segegob) en un sentido estricto, es decir, limitándose sólo al ámbito de la vocería.

Todos saben que Sebastián Piñera es el que marca la pauta de la semana. Él ve qué temas son los importantes y María Luisa Brahm, líder del Segundo Piso, se preocupa de que se cumpla el deseo del Presidente, controlando la gestión de la Segegob, y entregando la directriz de lo que se quiere resaltar.

Von Baer habla todos los días en La Moneda y, generalmente, sale a promocionar dos o tres ideas que repite insistentemente, aunque no sea la respuesta que buscan los periodistas. Cuando tratan de desviarla de su foco o de ir más allá, ella simplemente da media vuelta y se va. En Palacio hay quienes dicen que la vocera ya no se sale del libreto. Brahm le entrega el contenido y ella ve cómo lo comunica.

Sin embargo, cercanos a la ministra, explican que frente al caso Kodama –sobre el cual la Contraloría se pronunció la semana pasada – la vocera tuvo sólo a un interlocutor para elaborar su respuesta: el Presidente. Agregando que “si es repetitiva es porque tiene que meter una idea. Una de las características que tiene la vocera es ser matea y esa fue una de las razones por la que la eligieron”.

La difícil posición de la vocera

No parece casual que uno de los pocos cupos que se le asignó a la UDI dentro del gobierno, recayera en la Segegob, un ministerio que Sebastián Piñera planteó eliminar en junio de 2009, cuando era candidato. Su idea era crear una vocería como “existe en las grandes democracias del mundo” y no perder tiempo ni energía en el diseño político partidista de comunicación gubernamental. Ese era el futuro que vio Piñera para esa cartera, donde finalmente y sin cambios, colocó a Ena Von Baer, con un fuerte énfasis en entregar las ideas base sin arrancarse con los tarros, como era la costumbre del vocero de Michelle Bachelet, Francisco Vidal.

[cita]Von Baer tiene a dos pesos pesados sobre ella: Rodrigo Hinzpeter y María Luisa Brahm. A ellos se suma la asesora personal de Piñera, Fernanda Otero, quien no tiene inconvenientes en levantar el teléfono y llamar a la Segegob para quejarse cada vez que discrepa del enfoque o contenido de una vocería.[/cita]

La ministra es periodista de la Universidad Católica, la casa de estudios predilecta del Mandatario, y posee un Master en Estudios Europeos y en Ciencias Políticas, que cursó en Alemania. A la vez, se desempeñó como directora del programa político del Instituto Libertad y Desarrollo. Finalmente, participó en la Comisión Institucionalidad Política de los Grupos Tantauco.

La primera vez que Von Baer trabajó directamente con Piñera fue para la segunda vuelta de la campaña presidencial pasada. Ahí asumió la vocería y resultó natural, colocarla en el cargo de ministra secretaria general de Gobierno. Hoy tiene a dos pesos pesados sobre ella: Rodrigo Hinzpeter, actual jefe de gabinete y María Luisa Brahm, la asesora más cercana del Presidente. Ambos tienen una relación de años con el mandatario y comparten la cercanía a RN, a diferencia de Von Baer que milita en la UDI y es lejana al mundo de Piñera. A Hinzpeter y Brahm se suma la asesora de comunicaciones personal de Piñera, Fernanda Otero, quien no tiene inconvenientes en levantar el teléfono y llamar a la Segegob para quejarse cada vez que discrepa del enfoque o contenido de una vocería.

Este escenario poco favorable le ha jugado en contra a la vocera y las críticas al manejo político de las comunicaciones de gobierno han sido constantes. Hoy, un senador oficialista asegura que “no funciona” y explica que “la vocería está más concentrada en que les vaya bien a los ministros de Estado en las encuestas, que de defender al gobierno. Finalmente los que salen a la palestra son el Presidente, Hinzpeter y los parlamentarios”.

Una fuente cercana a la Ministra, explica que esto no es culpa de Von Baer. El Ministro del Interior “habla cuando quiere y le quita espacio a la vocería”. Sin embargo, desde el oficialismo retrucan asegurando que “Hinzpeter habla al final, frente a una vocería poco potente”. Pero hay un punto en el que ambas versiones coinciden: el papel que juega el carácter de Piñera. “Con un Presidente omnipresente y un Ministro del Interior que es candidato, no es fácil hacer vocería”.

Tecnocracia v/s política

Hoy el sostén técnico profesional en el Ministerio encargado de las comunicaciones existe. El foco está en comunicar hechos o ideas puntuales, sin mayor relato político y eso fue lo que hizo la Secom, cuando organizó la salida de los ministros a terreno –hace un par de semanas – para potenciar la agenda social del gobierno. El resultado fue positivo y en ese ámbito se mueven bien, pero el diseño que existe en La Moneda, no les permite pasar de lo técnico, a lo político.

Las expresiones tecnocráticas ajenas a la realidad política, lideran el modus operandi de Palacio. Una fuente oficialista asegura que esta es uno de los motivos de tensión entre los ministerios y el Segundo Piso. Tensión que alcanza también a la Segegob.

María Luisa Brahm controla la gestión de todos los ministros y ha transformado a la encuesta Adimark en una especie de termómetro político, poniéndoles una presión adicional a los líderes de las carteras sectoriales y la Segegob. A favor de Von Baer, sus críticos reconocen que “es disciplinada a morir” y se ajusta a lo que le piden, pese a que ha tenido un par de oportunidades para «chasconearse», como lo hizo en una sesión de fotos para revista Caras que provocó todo tipo de comentarios. Incluso de ministros como Jaime Mañalich, quien tuiteó «Está güena la Ena».

El comienzo de una carrera política

La primera vez que Von Baer tuvo un acercamiento real y determinante al mundo político, fue el 2009 cuando se presentó como candidata a senadora por la Región de la Araucanía sur, como independiente en un cupo UDI. Perdió por muy poco y después ingresó al aparato de campaña presidencial de Piñera, quien después la nombraría Ministra Secretaria General de Gobierno.

Ena Von Baer es debutante en la arena política, pese a su disciplina y actitud estoica, se ve que resiente la rudeza de la política de Palacio. No es fácil hacer vocería en el actual escenario de gobierno y la frase “pobre Ena” se escucha con frecuencia en los patios de La Moneda. Pero la vocera tiene más determinación de lo que parece. Y aguanta bien. Después de todo, el paso por el Palacio de gobierno –aunque duro – pareciera ser sólo el comienzo de su carrera política.

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