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La amenaza PC que inquieta a la Democracia Cristiana Se debilita histórico eje de poder con el PS que marcó gobiernos de la Concertación

La amenaza PC que inquieta a la Democracia Cristiana

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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En la tienda encabezada por el senador Ignacio Walker están conscientes de que el respaldo oficial que el Partido Comunista entregó a Michelle Bachelet constituye una pérdida de influencia que podría perjudicarlos. Pero también creen que ahora tienen la oportunidad de tomarse el centro político que estaría quedando huérfano, si realmente el eje del pacto opositor se inclina definitivamente hacia la izquierda.


El respaldo prematuro del Partido Comunista a la candidatura de Michelle Bachelet ha provocado múltiples reacciones. La derecha ha intentado sacarle partido con un mensaje que, para algunos, no deja de ser una campaña del terror, advirtiendo que un gobierno integrado por la tienda liderada por Guillermo Teillier no ofrece estabilidad política ni social. Desde el oficialismo también han tratado de anticipar un escenario que hace imposible, o al menos poco llevadera, la convivencia entre la Democracia Cristiana y el PC en el marco de la nueva mayoría con que la ex mandataria pretende reemplazar a la Concertación. De todo lo que se diga o especule en este contexto, lo único real —aclaran desde el falangismo— es la importancia que esta colectividad le otorga a la gobernabilidad. Para lo cual formó una larga y duradera sociedad con Camilo Escalona que llegó a su fin junto con la caída del senador en el PS.

Y aunque para la mayoría de los militantes de la DC el debate acerca de las “diferencias profundas” que aún los separan del PC es antiguo, también creen que en esta oportunidad se ha sobredimensionado. Aún así repiten, como en un verdadero mantra, que la gobernabilidad es importante y que las declaraciones del propio Teillier, cuando sostiene que su colectividad va a estar con los dos pies dentro del gobierno y con los dos fuera, no apuntan precisamente en ese sentido. El falangismo analiza cada día el devenir de la candidatura de Bachelet aún como espectador. Pero existe conciencia al interior del partido que desde el 1 de julio el panorama va a cambiar. A partir de esa fecha el falangismo aterrizará con camas y petacas en la campaña opositora, porque hasta los más optimistas saben que es casi imposible ganar a la favorita. Y para este nuevo escenario es que se prepara la tienda de Ignacio Walker.

Por lo pronto, el discurso es uno sólo. Y lo dejó bien claro el ex timonel y hombre fuerte de la colectividad, Gutemberg Martínez, este martes en “El Primer Café” de Radio Cooperativa. Según expuso, sólo una alianza de centroizquierda, que incluya a la DC, puede asegurar estabilidad y gobernabilidad, lo que “es un punto crucial para los efectos de que el país funcione bien”. Y precisó que “sería un profundo error (que integre un eventual gobierno de Bachelet) si es que el PC se mantiene en la tónica de lo que nos dijo ayer (lunes) a la salida de la entrevista con la candidata Bachelet, que si entraba a un gobierno iba a estar dentro e iba estar fuera”.

[cita]Un parlamentario falangista admite que con una mayor influencia del PC, la DC “va a tender a quedar más sola, porque no hay mucho interés en valorar la importancia de la gobernabilidad” que promueve el partido. Y reconoce que en eso tuvo éxito la sociedad de la DC con el PS liderado por Escalona. Pero la pérdida de influencia del senador en el socialismo la da por terminada. Esto, porque si bien el actual timonel PS estuvo en la misma línea, “Andrade no es lo mismo que Escalona”[/cita]

Esta es justamente la línea de argumentación con que están trabajando las cúpulas de la DC, lo que incluye al comando de su abanderado, Claudio Orrego. Tienen la convicción de que el respaldo oficial del PC a Bachelet, a la DC le “abre una oportunidad más de largo plazo, que va más allá de la próxima elección presidencial, y que implica asumir el liderazgo de la centroizquierda” que, desde su punto de vista, queda huérfano si es que efectivamente el eje de la llamada Nueva Mayoría se inclina hacia la izquierda. Esto a partir de la “incomodidad” que perciben en un sector de la ciudadanía con la supuesta izquierdización de la colación opositora. Por lo que a partir de este escenario, la DC podría ser más competitiva con miras a las parlamentarias, “capturando el espacio de centro”. Porque no están dispuestos a compartir costos en el marco de un escenario donde se habría constituido un polo de izquierda con el que difieren

¿Salvavidas de plomo?

De allí que se sientan tranquilos para advertir que “los acuerdos alcanzados sin la DC no obligan a la DC”, aludiendo a cualquier tipo de transacción por cupos parlamentarios a que se haya llegado con el PC. Ello, porque en esta pasada el falangismo estaría apostando a una estrategia diferente a las utilizadas anteriormente, “compitiendo para ocupar el polo de influencia dentro de la coalición”. Este tema no es menor en el partido, porque están conscientes de que a partir de la elección del Presidente Ricardo Lagos han ido perdiendo influencia dentro de la Concertación. Algo que es necesario recuperar para pensar en levantar un candidato fuerte a La Moneda, mirando hacia el futuro. Pero la estrategia de las cúpulas no convence a todos dentro de la DC. También están los pesimistas que se lamentan de que el espacio para negociar que le va a quedar a la colectividad después del 30 de junio “va a ser igual al porcentaje con que pierda Orrego, o sea, si es que un 8 por ciento. Esa va a ser nuestra influencia. Orrego es un salvavidas de plomo”, sentencia un falangista crítico a la postura que ha asumido la tienda en esta presidencial.

Mientras para el vicepresidente del partido, diputado Fuad Chahín, la votación de Orrego “se debe traducir en el resultado parlamentario”, lo que le permitiría al partido una mejor negociación, en el caso que la oposición vuelva a La Moneda. Todo, asumiendo que la primaria realmente le permita al abanderado falangista una buena ubicación, algo que no es compartido por todos en la colectividad de Alameda #1460. Para influir, plantean algunos, es imprescindible que al partido le vaya bien en las parlamentarias. Más diputados y senadores es el objetivo del falangismo y no existe consenso dentro del partido en que ello vaya a ser posible.

Por otra parte, un parlamentario hace un crudo diagnóstico de la situación en que se encuentra la colectividad. Admite que con una mayor influencia del PC, la DC “va a tender a quedar más sola, porque no hay mucho interés en valorar la importancia de la gobernabilidad” que promueve el partido. Y reconoce que en eso tuvo éxito la sociedad de la DC con el PS liderado por Escalona. Pero la pérdida de influencia del senador en el socialismo la da por terminada. Esto, porque si bien el actual timonel PS estuvo en la misma línea, “Andrade no es lo mismo que Escalona”. Según advierten en la DC, el actual jefe socialista no tiene el mismo liderazgo que el ex factótum de Bachelet, para imponer esta visión que parece haber perdido relevancia en el marco del cambio que se habría generado en Chile con la presión de los movimientos ciudadanos.

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