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La “tercera vía” de Piñera Idea comenzará a tomar forma después de las elecciones de noviembre

La “tercera vía” de Piñera

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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A escasos cinco meses de que el Presidente abandone La Moneda, su base de apoyo político ya debate desde dónde se levantará la plataforma para volver al gobierno. En el entorno del Mandatario hay quienes apuntan a que buscará “refundar una nueva derecha” desde su propia colectividad. Otros, en cambio, aseguran que la relación con el timonel de su partido hace imposible esta opción y el futuro se acerca a un referente alejado de la Alianza.


Desde hace ya algún tiempo que en Renovación Nacional se viene discutiendo acerca del futuro del partido y en este contexto el del Presidente Sebastián Piñera, que renunció a la militancia de la colectividad al asumir su cargo. En la tienda dan por descontado que ambos están unidos irremediablemente y que lo que opte por hacer el Mandatario al dejar La Moneda incidirá en la tienda, que ha sido dirigida con mano dura y sin contrapeso por su actual timonel, Carlos Larraín, desde hace demasiados años. De ahí que los dichos del jefe de Estado, en relación a si el próximo año volverá o no a las filas de RN, generaran eco en la casona de Antonio Varas. Porque en abril del 2014 deberían haber elecciones internas y no faltan los que creen que el piñerismo intentará volver a gobernar los destinos de la colectividad para asegurarle a Piñera una repostulación a la Presidencia el 2017.

El mandatario fue consultado este martes, en una entrevista concedida a Radio Bío Bío, si volverá a las filas de la tienda que lo acogió hasta antes de llegar a La Moneda y él respondió igual que ha hecho con todas las preguntas relativas a su futuro: “No lo he pensado, no lo he decidido. Yo todavía me esfuerzo en hacer un buen gobierno”. Lo que sumado a la renuncia de uno de sus amigos y socios políticos más cercanos, Daniel Platovsky, encendió las alarmas en Renovación Nacional no sólo en el entorno de Larraín, sino también en el piñerismo que observa y espera con cautela el escenario posteleccionario para decidir los pasos que seguirá. Por lo pronto, desde hace semanas representantes del sector liberal, ahora más piñerista, especulan acerca de si será conveniente iniciar un nuevo proyecto desde dentro del partido –como podría ser la “Nueva Derecha” promovida por la dupla Piñera-Hinzpeter, desde dentro de la colectividad–, o si lo más adecuado sería “romper definitivamente” los lazos que los unen con Renovación y la derecha tradicional y conservadora que “tiene tomado el partido”.

Y dado que el resultado de las elecciones es determinante para tomar cualquier decisión, es que en el piñerismo coinciden en que es imposible hacerlo a estas alturas y que ambas opciones están abiertas: actuar desde dentro o fuera de RN. De ahí que Platovsky no descartara que la rearticulación de la disidencia a Carlos Larraín, que encabezó hace unos años junto con algunos fundadores y dirigentes históricos de la tienda, pudiera “rearticularse” fuera de las fronteras de Renovación. Lo cierto es que cada vez es más difícil congeniar la relación entre el larrainismo y el piñerismo al interior del partido, no sólo porque entre los seguidores del Mandatario no descartan que el nuevo proyecto tenga por objeto constituirse en la plataforma política para una repostulación de Piñera a La Moneda el 2017, sino, también, porque “parece cada vez más difícil conciliar la mayoría de los temas” entre ambos sectores internos.

[cita]Desde hace semanas representantes del sector liberal, ahora más piñerista, especulan acerca de si será conveniente iniciar un nuevo proyecto, como podría ser la “Nueva Derecha”, promovida por la dupla Piñera-Hinzpeter, desde dentro del partido, o si lo más adecuado sería “romper definitivamente” los lazos que los unen con Renovación y la derecha tradicional y conservadora que “tiene tomado el partido”.[/cita]

El principal problema, y lo reconocen los propios liberales, es que, tal como plantea un analista de RN, este sector “no tiene ninguna orgánica, no tiene ninguna posibilidad tampoco de armar un partido y las elecciones internas son en abril. Es demasiado poco tiempo para alcanzar a levantar nada”. Por lo mismo, añade, la importancia del resultado electoral el 17 de noviembre. Este será el que defina los pasos a seguir. Análisis compartido por un parlamentario piñerista que asegura que, en la bancada de diputados, el Mandatario ha recuperado “mucho espacio” y que actualmente se ha granjeado el respaldo de más de la mitad. Pero si en los comicios parlamentarios esta instancia crece, “va a ser más en la línea de Piñera que en la de Larraín”. Por el contrario, agrega la misma fuente, casi toda la directiva de Renovación “se aseguró un cupo para postular al Congreso” y “tal como están las cosas, parece que todos, salvo Cristián Monckeberg que va a la reelección, van a perder. Ese es el verdadero fracaso del larrainismo. Con esa carta de presentación es que Larraín va a apoyar a su próximo candidato a presidir el partido. Acompañado por el propio don Carlos en la vicepresidencia y todo el resto de la mesa actual”.

El reemplazante

Con este diagnóstico el parlamentario pretende explicar que, pese a lo mal que le pueda ir a RN en las elecciones, es altamente probable que Carlos Larraín mantenga la base de apoyo que le ha permitido reelegirse todos estos años y que pondrá a disposición del candidato que él elija para postular a encabezar Renovación.

Ese nombre, según afirman en el entorno más cercano del timonel, es justamente el actual candidato al Senado por Santiago Poniente, Andrés Allamand, con quien han sostenido una alianza estratégica que le permitió al ex titular de Defensa llegar a convertirse en el abanderado presidencial del partido para las primarias, pero que, paralelamente, generó una fuerte tensión con el sector liberal de RN, que se ha ido alejando paulatinamente de Allamand para tomar partido por Piñera, el que, para sorpresa de muchos que admiten que el jefe de Estado “nunca ha sido un político muy excepcional” y que en eso “siempre le ganó Allamand”, ha pasado a convertirse en una especie de “ideólogo”, dadas sus últimas actuaciones, especialmente en materia de Derechos Humanos.

En el entorno de Larraín tienen la certeza de que con su apoyo Allamand puede llegar a la presidencia de RN, porque adicionalmente estiman que “el piñerismo casi no existe dentro del partido, salvo por unos cuantos diputados”. A lo que apunta el sector conservador de la tienda es a bloquear la posibilidad de que Piñera pueda volver a utilizarla como plataforma electoral, dadas las críticas que le hacen a su desempeño en La Moneda y también a su difícil relación con la colectividad y sus máximos dirigentes estos últimos casi cuatro años. Este es un escenario que no pasa inadvertido para el piñerismo y constituye un factor para pensar en levantar una nueva plataforma desde fuera. Para un antiguo militante que conoce bien la trayectoria política de Allamand, el larrainismo no debería dar nada por seguro, ya que en la arena política, explica, el ahora candidato al Senado “transa para allá y para acá. Y todo va a depender de los resultados que obtenga en la parlamentaria. Si saca una buena votación y sale electo senador por Santiago Poniente, más aún si se convierte en el único senador en la Metropolitana, va a tener una gran influencia. Si pierde, sería harto menos importante y necesitaría del apoyo de Larraín”.

Por otro lado, mientras se analiza el futuro de Piñera, también hay quienes advierten que el nuevo referente que intenta surgir a partir del piñerismo será el que tendrá que dar la cara en política, ya sea que surja dentro de RN o fuera de él, porque “lo más probable es que Piñera no se va a meter en la actividad partidaria directamente y seguro va a seguir el modelo de (Michelle) Bachelet”. Así, será en nuevo referente el que durante los próximos cuatro años se aboque a defender su obra y preparar el camino para un nuevo intento de llegar al gobierno. Sobre todo, porque como sostiene un piñerista: «En esto hay que ser pragmáticos. Hasta ahora no existe ningún nombre que parezca que puede generar un liderazgo tal, que podría ser candidato presidencial. No lo hay en Renovación y menos en la UDI. Y si Piñera sale con una valoración de un 40 a un 45 por ciento, va a quedar puesto para ser candidato, mientras no surja otro liderazgo que marque más”. Pero además está el hecho de que el próximo va a ser un gobierno difícil y la gente va a recordar lo bien que lo hizo él en estos cuatro años. Lo que no se estaría valorando ahora se hará durante el gobierno de Bachelet, que es la más probable ganadora. Entonces, no habrá muchos que se nieguen a apoyarlo en otro desafío”.

Eso, desde el punto de vista de la Alianza, pero también está el hecho de que lo que está en el imaginario colectivo piñerista es un referente que no quede encerrado en la derecha, sino que sea mucho más amplio. Y es allí donde los más liberales estiman que su partido podría ser más una carga que un buen inicio para mirar al futuro. Lo que se necesita y a lo que debemos apuntar, es a ser una «tercera vía”, alega un entusiasta diputado.

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