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María Eugenia Oyarzún: «Estamos volviendo a un clima de violencia como en los años de la UP»

María Eugenia Oyarzún: «Estamos volviendo a un clima de violencia como en los años de la UP»

La periodista, cercana al fallecido dictador Pinochet, alertó sobre el foco de las reformas del gobierno, criticó a la actual clase política y aseguró que «son pocos los líderes que se enfocan en el país por sobre sus bolsillos o intereses personales».


La periodista de derecha, María Eugenia Oyarzún (78), quien fue una de las reporteras en las que más confió Augusto Pinochet en años de la dictadura –y también después– salió a analizar la contingencia política nacional. En entrevista con la Revista Caras, y hoy ya retirada de las pistas dedicándose a la pintura y la literatura, criticó con dureza no sólo las decisiones del nuevo gobierno sino también a la clase política completa y sus integrantes. «Estamos viviendo tiempos difíciles, no toda la gente que está en el poder está preparada, y eso es grave. Son pocos los líderes que se enfocan en el país por sobre sus bolsillos o intereses personales. Las naciones se construyen a largo plazo, se proyectan, sin embargo, aquí los gobiernos deshacen lo que hizo el anterior, ¡y empecemos de cero! Todas las medidas son cortoplacistas», enfatizó.

En tanto, criticó el foco que ha puesto la reforma educacional de Michelle Bachelet en cuáles son los cambios necesarios a implementar. Según Oyarzún, la prioridad debiese ser la carrera docente: «No me importa que lo hubiese (el lucro) si los docentes enseñaran bien, estuvieran preparados y puedan ser evaluados; y los que no sirven, ¡pa la casa!». La periodista aseguró que, en cambio, la reforma del gobierno lo que está haciendo es «nivelar para abajo».

Para Oyarzún, el panorama nacional es desalentador y recuerda a la época que antecedió a la dictadura. «Estamos volviendo a un enojo, a un clima de violencia como en los años de la UP, en que lo mío es lo que vale y lo tuyo no; la política de la retroexcavadora. La gente salía a la calle, hacían barricadas, les pegaban a los uniformados, hay una fotografía famosa de un tipo tirándole piedras con una honda a un carabinero. Por qué mejor no seguimos el camino de Patricio Aylwin de tratar de ponernos de acuerdo; claro, en ese tiempo estaban los militares, no es tanta la gracia, o se ponían de acuerdo, ¡o se ponían de acuerdo! Los políticos deben ponerse las pilas para no caer en lo mismo, ya que varios de ellos fueron responsables de lo que ocurrió, aunque todos se lavan las manos, ¡nadie fue!… Y el costo lo pagaremos todos. El dinero es cobarde, arranca cuando hay problemas. Ya se han ido capitales de Chile, hay cada vez menos inversiones», sostiene.

A todo esto, asegura, hay que agregarle «una suerte de laissez faire, de ‘dejar hacer’. ¿Cómo puede ser que un tipo mate y quede libre? Sebastián Piñera prometió mano dura, ¡no la hubo! Y ahora tampoco. Ni los que investigan ni jueces quieren aplicar la ley. A los tipos que han puesto bombas los han soltado a todos, y si no lo hacen, viene la comisión de DD.HH. o Amnistía Internacional, ¡y los liberan! El escudo chileno debería llevar la palabra “relativo”, porque todo es relativo en este país: el amor, el matrimonio, la sexualidad… Hoy puedes ser de un sexo, mañana de otro, ¡y da lo mismo!», afirma.

En medio de este escenario, Oyarzún evalúa negativamente el desempeño de la clase política contemporánea, sosteniendo que a sus integrantes «les falta soñar con un Chile mejor, sin embargo, en el Congreso están concentrados en aumentarse los cupos con los tremendos sueldos, ¡están locos!».

Para el caso de la DC, la periodista apunta a un partido que ha cambiado. «No es el mismo que tuvo en el gobierno pasado; hoy tiene menos poder y menos votos», sostiene, y afirma que a su parecer la tienda de la falange no ha sacado la voz lo suficiente. «A la DC siempre le ha fregado la división interna; no piensan lo mismo, su presidente dice una cosa, y su secretario otra. El desastre de los ’70 en Chile fue por la división democratacristiana», explica.

Para la derecha, las críticas también son extensas. «Se pelean entre ellos, aparece dividida, y una derecha fragmentada no sirve para nada… Está muy de la mano el poder con el dinero; no sé si la lucha sea por el poder mismo o porque éste trae plata. Discuten por cosas sin importancia; se quedaron en el pasado. Ahora están viendo si sacan o no el 11 de septiembre y el gobierno militar del estatuto de los partidos, ¡por qué mirar para atrás!, han pasado 40 años y siguen en la misma. De tanto mirar hacia atrás terminarán convertidos en estatuas de sal, como la mujer de Lot», finaliza.

(Créditos de la foto: Revista Caras)

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