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Alejandro, su hijo de 22 años, relató como su relación «de buena onda» con la expareja del profesor cambió radicalmente antes de la muerte de su padre.
Hoy continuaron las declaraciones en el marco de la investigación por la muerte del profesor Nibaldo Villegas. El lunes habló la expareja de Villegas, Johanna Hernández. El martes, Francisco Silva, actual conviviente de Hernández. Este miércoles, el hijo del fallecido, Alejandro Villegas (22) concurrió a Fiscalía para entregar su testimonio.
El relato de Alejandro comenzó cuando recordó el 10 de agosto del año pasado, cuando su padre desapareció. «Nunca dio indicios de querer ausentarse o de querer hacer algo para desaparecer», dijo con voz entrecortada, recordando que se comunicaban siempre, a través de una llamada o un Whatsapp, durante todo el día.
Eso cambió cuando desapareció, ya que «yo llamaba, le mandaba mensajes a su celular y en el Whatsapp sólo aparecía un ticket».
Al iniciar la búsqueda de su padre, explicó que «abarcábamos grandes terrenos en pequeños grupos buscando. No sabíamos que buscábamos en verdad, intentábamos cualquier cosa, un pañuelo en el suelo, algo».
Posterior a que se revelara la tragedia, aseguró que su hermana la dijo que «la mamá agarraba a ‘chuchás’ al papá», entregando así más antecedentes sobre el comportamiento violento de la ex esposa de Nibaldo, Johanna Hernández, incluso relató que la imputada en una oportunidad intentó golpear a su padre y lanzó una piedra a su vehículo.
«Ella le gritaba a mi papá miles de improperios. Tomó una piedra y la tira al auto de mi papá y mi papá pone la mano y ahí llega Francisco con el hijo mayor de Johanna y se la llevan. Yo, por mientras, me quedo con mi hermana en el segundo piso, que obviamente estaba desesperada llorando y ahí intentando calmarla, y con rabia, porque sentí que mi papá no se merecía eso, no se merecía que lo fueran a tratar así afuera de su casa. Esa fue la última vez que hubo una especie de relación entre Nibaldo y Johanna», apuntó.
Alejandro explicó como cambió su relación con Hernández. Cuando la conoció, aseguró que ella era amable y que «siempre tuve buena onda». Pero eso cambió el último año antes de la muerte de su padre: «vi un cambio radical en la relación con ella y mi padre. Vi cómo ella lo insultaba y agredía».
Tras confirmar el fallecimiento del docente, su hijo dijo que «no he podido vivir tranquilo (…). Me he desmoronado, es súper difícil seguir adelante», a lo que agregó que espera «que no tengamos que andar con ese miedo. Sería impactante el verlos a ellos en la calle, no sé, no me imagino las dimensiones que eso podría conllevar y aun peor para mi hermana», por eso solicitó el máximo castigo para Johanna y Francisco Silva.
