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Desbordes barre con Larroulet y los defensores del modelo a rajatabla: “El análisis frío de las cosas demostrará cuánta cagada se mandaron” PAÍS

Desbordes barre con Larroulet y los defensores del modelo a rajatabla: “El análisis frío de las cosas demostrará cuánta cagada se mandaron”

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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A poco más de dos semanas de que el actual Presidente le entregue la banda presidencial al electo Mandatario, Gabriel Boric, Mario Desbordes, quien ejerciese un liderazgo transversalmente reconocido en medio del estallido, y luego un fallido intento por liderar la coalición, repasó los puntos más débiles del Gobierno, con nombre y apellido. Al propio Presidente Piñera, a Cristián Larroulet y al ministro Juan José Ossa los responsabiliza de haber tomado una de las peores medidas políticas con altísimas consecuencias electorales, como recurrir al TC para frenar el retiro del 10 por ciento. «Esa decisión política tuvo un costo enorme para nuestro sector por los próximos cincuenta años, a ese nivel de dogmatismo llega esta gente, y esas son las cosas que son imperdonables». En su evaluación, el rol que jugó el jefe del segundo piso de La Moneda, más «la brutal campaña del terror que hicieron los De la Carrera, los Schalper, los Chahuán, los Carlos Larraín, los Allamand y las Cubillos» en la campaña del Rechazo, provocaron un daño irreparable a las derechas. Porque no hay una sola, insiste. Si no varias. «Mi opinión personal es que destruyeron al sector, ellos, no solamente la gente del gobierno, sino también mucha gente al interior de los partidos que les jugó el juego y les encanta el juego, que también defienden el modelo a ultranza, que creen que está todo perfecto, que esto es todo un complot marxista mundial».


Si bien reitera su proyecto de levantar el sector del que se siente parte, la llamada la derecha social o el social cristianismo, Mario Desbordes aún no descarta dejar la tienda que lo ha cobijado en su mejores y peores momentos, RN. Con autocrítica respecto de sus formas y tiempos durante el estallido, pero también claro en apuntar a quienes le pusieron trabas para no haberse podido poner de pie luego de su paso por el Ministerio de Defensa, el extimonel de RN logra distinguir con claridad las diferentes derechas que llegan al Congreso el próximo 11 de marzo, a ejercer un papel conocido: el de oposición.

-¿Cuál es su evaluación política del gobierno de Sebastián Piñera que está a punto de dejar el cargo?

-Yo creo que el gobierno siempre priorizó al propio gobierno de Piñera por sobre el sector. Ese es un primer dato, en clave política. Yo planteé, en más de una vez, que me encantaría que se fuera el primer gobierno de Chile Vamos, más que el segundo gobierno de Sebastián Piñera, pero nuevamente Piñera y su entorno, Larroulet y compañía, nunca aceptaron eso. Un ejemplo bien claro de técnica política básica. ¿A qué gobierno, que le interesa proyectarse en el tiempo y tener un buen resultado en la parlamentaria y en la presidencial, se le pasa por la cabeza ingresar una iniciativa tan potente como la Pensión Garantizada Universal después de las elecciones? Esas iniciativas tan potentes, que son excelentes iniciativas, tú las mandas antes de las elecciones, para que la ciudadanía pueda ver lo que tú propones, lo que quieres hacer, lo que le planteas al país. Pero la mandaron después, porque lo que les importaba era fijar en la historia que esa fue una medida de Sebastián Piñera y sus boys, no de Chile Vamos. Les importaba nada que esta medida, que si se hubiera mandado en agosto, hubiera permeado el resultado de la coalición, pero no les importa, porque finalmente el resultado y el balance es que siempre operaron para un segundo gobierno de Piñera, y no para un primer gobierno de Chile Vamos, pensando en la proyección. Es más, no me sorprendería que estén pensando en volver en cuatro años.

-¿Jugaron en contra de su sector político?

-Mi opinión personal es que destruyeron al sector, ellos, no solamente la gente del gobierno, sino también mucha gente al interior de los partidos que les jugó el juego y les encanta el juego, que también defienden el modelo a ultranza, que creen que está todo perfecto, que esto es todo un complot marxista mundial. Yo creo que el balance final es un daño tremendo al sector, del que no sé si nos vamos a poder recuperar en el corto plazo.

-¿Qué se viene para la derecha, cuáles son las expectativas ahora que inician un camino como oposición este 11 de marzo?

-A mi interesa que quede súper claro que hay varias derechas, no hay una sola, hay una derecha que legítimamente defiende un modelo, está bien, no son mis enemigos ni mis adversarios en el caso de Libertad y Desarrollo; hay otra centroderecha que está más pensando en los últimos veinte años, también es legítimo. Hay otros que pretendemos instalar una bajada socialcristiana y solidaria de verdad, porque hay muchos que se dicen socialcristianos, como en RN, en centros de pensamiento, pero a la hora de votar y a la hora de hacer columnas te das cuentas que no tienen nada de socialcristianos, siguen al pie de la letra lo que han planteado los chicago liberales de los últimos 30 años.

-¿Y en qué se diferencia el socialcristianismo de derecha que busca revitalizar?

-Hay muchos que queremos emular la buena política, de centroderecha con contenido social, que mira la experiencia alemana de los 40 en adelante, Adenahuer, la Canciller Merkel, etcétera, me interesa que quede claro que hay más de una derecha. Que ya se terminó esta tontera de que había una sola derecha, que el que no pensaba como ellos no era de derecha y de ahí para adelante yo creo que podemos construir una alternativa, no sé si en cuatro años más, ojalá que sí, pero sí construir una alternativa en la medida que respetemos eso, que hay más de una derecha que puede compartir, que se puede complementar, yo espero que eso se logre.

-¿Y cómo van esas gestiones? ¿partieron?

-Me voy a reunir con un grupo de parlamentarios en marzo, en Valparaíso, para que empecemos a trabajar propuestas. Te doy una primicia, ya hay un grupo importante de diputados, incluso senadores y senadoras, que le vamos a presentar al gobierno de Gabriel Boric una propuesta del CAE, que planteó Renovación Nacional hace un tiempo atrás, se la vamos a llevar. Le vamos a decir al gobierno, mire, esta es nuestra solución al CAE, que no es la condonación total, porque es muy cara, pero existen alternativas razonables. Queremos ser oposición constructiva y dialogante y que le muestre a Chile que si hay gente que está pensando en serio en lo que la gente quiere, buenas reformas, buenos cambios.

-¿Alcanzó la derecha parlamentaria a leer los nuevos tiempos que vive el país? Esto entendiendo que no está siendo considerada en la convención constituyente, no sólo porque no tiene el tercio de veto, sino que no están coincidiendo ni con el centro en las propuestas.

-Porqué nos fue mal en la convención, y aprovecho de mandarle un cariñito al señor (Gonzalo) de la Carrera, yo no sé si el entiende estas cosas, el mal resultado en la constituyente tiene que ver, primero, que la elección fue en período de Covid, por lo tanto el voto adulto, adulto mayor, que es el moderado, hay una abstención importante en ese segmento. Segundo, que no es un tema menor, la brutal campaña del terror que hicieron los De la Carrera, los Schalper, los Chahuán, los Carlos Larraín, los Allamand, las Cubillos, en donde les dijeron a Chile, si ganaba el Apruebo se terminaba el país, se muere Chile. Por lo tanto, mucha gente no fue a votar porque para qué, si el país se murió, si ya me lo dijo doña Marcela, ya me lo dijo don Andrés, para voy ir a votar por constituyente si ya cagamos. Esa campaña del terror tuvo un punto gigante, cómo explicas tú que la elección de constituyentes no logre el resultado de la elección de concejales que se dio de manera paralela, ni tampoco logra la votación parlamentaria de noviembre del año pasado. La tercera gran razón, dentro de muchas otras, fue el día que se llegó al TC, con Piñera y el 10 por ciento. No supimos sintonizar con los jóvenes, esta centroderecha, la gente no nos ve como reformistas, la gente nos ve como refractarios a los cambios, como defensores de empresarios, más que de un modelo de libre emprendimiento que yo defiendo, defensores de estos señores que pagan con clases de ética.

-Las platas políticas…

-Pero no solo el financiamiento irregular de la política, sino que la cantidad de trucherías que hicieron para desviar fondos, junto a la familia, los amigos, para pagarse autos, arrendándolos, no solo fue eso. No nos sienten serios, enganchados con sus necesidades, sus problemas, y eso es algo que tenemos que solucionar de manera urgente. En la constituyente no tenemos presencia por esta serie de factores mencionados, y eso ya está, por lo tanto no hay nada qué hacer. En la parlamentaria nos fue relativamente bien, hay un Congreso equilibrado que yo supongo va a llevar a reformas, ahí tiene que mostrarse la diferencia de RN de los sectores de la UDI, de los sectores el PDG, de Evópoli. RN tiene que estar dispuesto a sentarse a la mesa con el nuevo gobierno, a plantear reformas, cambios en serio, cambios con responsabilidad, estando dispuestos a negociar y a llegar a acuerdos transversales.

-Hoy se discute la poca influencia que tiene su sector en la Convención Constituyente. En su minuto se culpó al accionar del gobierno por los resultados electorales

-Nos costó a la coalición y a Chile entero creo yo, fuimos varios los dirigentes políticos que le fuimos a decir a Piñera, no vaya al Tribunal Constitucional por el 10 por ciento, menos en plena campaña de constituyentes. ¿Cuánto vale una constitución, cuánto pesa, cuánto está dispuesto usted a sacrificar por una constitución buena? Este famoso 10 por ciento, le parece a usted que es tan importante como para farrearnos la elección de los constituyentes, si usted va a al TC, nos va a reventar a nuestros candidatos constituyentes. Se lo dijimos varios líderes de la derecha, y la porfía, de nuevamente, Larroulet, Juan José Ossa, el ministro de la Segpres, que también tiene su raíz en Libertad y Desarrollo, el Presidente, fue tal, que fueron igual al TC. ¿Y qué sucedió? Las encuestas se dieron vuelta, teníamos un resultado súper razonable en la constituyente, nuestros candidatos marcaban bien, y cuando el gobierno va al TC, los mismos candidatos nos empezaron a llamar de inmediato, la calle se dio vuelta, la gente nos empezó a putear, la gente nos empezó a decir, usted es candidato de la coalición de gobierno, ni cagando voto por usted, porque ustedes no son capaces de entender lo que nos está pasando. Y esa decisión política tuvo un costo enrome para nuestro sector por los próximos cincuenta años, a ese nivel de dogmatismo llega esta gente, y esas son las cosas que son imperdonables.

-A usted lo acusan de entregar la Constitución del 80

– Muchos dicen eso hoy, Desbordes entregó la constitución, pero en esa época estaban escondidos debajo del catre, en esa época querían que los militares les hicieran la pega, que los carabineros se mancharan las manos y ellos después iban a recuperar su trono, y los pobres carabineros iban a terminar presos. Entonces esa gente que hoy pontifica, pero que en ese minuto estaban debajo del catre, yo no les doy ningún mérito para hablar hoy.

-Durante los primeros años de gobierno usted criticó en reiteradas ocasiones a la figura de Cristián Larroulet ¿Qué representa su figura en este gobierno?

-En Cristián Larroulet se ha querido centralizar la idea de quienes estuvieron por la defensa dogmática del modelo chicago-gremialista, que evidentemente tuvo cosas positivas y logró avances importantes para Chile, pero también evidentemente fracasó en muchas áreas, que son las que terminan provocando el malestar generalizado, que se expresa en octubre y noviembre del 2019. En el primer gobierno ya habíamos conocido la intransigencia de Larroulet, cuando por ejemplo se opuso férreamente al acuerdo RN/DC, que además suscribieran el PS, PR y PPD, y que propusiera profundas reformas como el fin al binominal. Siempre con la creencia equivocada de que se podía defender el estatus quo. Cuán distintas habrían sido las cosas si se hubieran plegado a esta propuesta. Para ser justos, la oposición fue del propio Piñera, la UDI y los RN que siempre se han alineado junto a ese grupo. Mismo equipo que después se cruzó con fuerza al proceso constituyente de Bachelet. A los que estuvimos públicamente por participar del proceso se nos trató pésimo. ¡Mira el ojito que tuvieron! Ahora están rogando que se retome la reforma que ingresó la Expresidenta. El daño que han hecho es enorme. El tiempo y el análisis frío de las cosas demostrará cuánta cagada se mandaron pensando siempre en que podían frenar todo.

-¿Cómo se puede graficar aquello?

-Primero, culpar a Larroulet de todas las decisiones del Gobierno es un error, porque lo que hace él es complementar a Piñera, Piñera piensa igual que Larroulet, por lo tanto Piñera tiene al lado a alguien que le dice echémosle para adelante, tenemos la razón, no es que Larroulet convenza a Piñera. Cuando Piñera recibe a un diputado, un senador, un presidente de partido que le dice, Presidente hagamos una reforma, al Presidente Piñera no le gusta la reforma, la encuentra de izquierda probablemente, y llama a Larroulet, y Larroulet le dice, oiga esto es de izquierda, y el Presidente dice, bueno, estamos de acuerdo, somos mayoría, no hacemos la reforma.

Un ejemplo concreto

-El caso de octubre del 2019, yo veo un lavado de imagen acá increíble. Reformistas en ese minuto, no hay dudas, Magdalena Díaz (ex jefa de gabinete), no hay dudas que también el asesor Benjamín Salas, efectivamente en el equipo del Presidente había personas reformistas. Pero había otros, que cuando los políticos le dijimos al Presidente , mire, hay una ventana de oportunidad, haga la reforma previsional, con un sistema mixto de pensiones, haga la reforma a la Salud, instauremos un sistema de seguro universal, porque hay agua en la piscina, porque en la oposición , y yo te lo puedo asegurar, porque me reuní con ellos en esa época, estaban disponibles para aprobarlas, y usted va a ser el hombre que encabezó el proceso para estas grandes reformas, profundas, que la ciudadanía nos pide. ¿Cuál fue la respuesta del Presidente, de Larroulet, y también de manera transversal de todos los partidos, UDI, RN y Evópoli?. Que esas eran reformas de izquierda.

– Hubo a su juicio una cerrazón

-Te lo digo con todas sus letras, hoy día lloran la muerte de la constitución, de Pinochet, o del 80, o de Lagos, pero muy probablemente esa constitución no habría estado en riesgo, si es que hubieran inmediatamente acometido las reformas que la gente pedía, en el contexto de esta constitución, porque la gente al principio no estaba pidiendo un cambio constitucional, pedían reforma de salud, pensiones etcétera. Y fue Larroulet parado detrás de Piñera el que a la oreja le decía, oiga, esto es de izquierda, esto es de izquierda, y él, que estaba de acuerdo con Larroulet, refuerza su idea. Por lo tanto son los responsables de habernos farreado la posibilidad de haber hecho las grandes reformas en su minuto.

-¿Y qué le pareció el reciente artículo de prensa donde ubican a Larroulet como un reformista y uno de los pocos que nunca abandonó el barco?

-Cuando leo en el diario La Tercera que Cristián Larroulet fue uno de los que promovió reformas, eso es falso, cuando se abrió la reforma ya era tarde, y mandan la reforma al Congreso siempre con el tiro corto, siempre con el elástico, y reformas que debieron haber sido enviadas en el mismo octubre de 2019, porque ahí sí la oposición estaba dispuesta a aprobar y dialogar. Cuando las enviaron, digámoslo con todas sus letras, a la oposición ya se le había pasado el susto, y empezaron a trancar la pelota, y a utilizar la lógica maximalista, pero la ventana de oportunidad fue el 2019, y esa ventana no la aprovechó Piñera, porque Larroulet se opusieron tenazmente a reformas que después mandaron, tres meses después. ¿Entonces ya no eran de izquierda?

-¿Por qué cree entonces que fue finalmente la visión o la ortodoxia de Larroulet la que triunfa después del estallido en este gobierno?

El otro ejemplo claro, grave, es las ayudas fiscales a la gente al inicio de la pandemia. Ese el primer gran cagazo, con todas sus letras, fue no haber aprovechado la ventana de oportunidad para haber hecho las reformas que la gente pedía en las calles, y eso derivó en que terminamos, el 15 de noviembre poniendo la constitución sobre la mesa, por culpa de los que no hicieron reformas. Si hubieran hecho las reformas en ese minuto, probablemente no llega al cambio de constitución, finalmente se llegó a él, para bien o para mal, yo creo que igual había que cambiar la constitución, pero se pudo haber evitado. El otro gran problema que nos costó de manera brutal en términos electorales, fue la intransigencia en el inicio de la pandemia en entregar ayudas universales y contundentes. Y en eso se opuso Piñera, y se opuso su equipo encabezado por Larroulet. Nuevamente, aquí no eran halcones o palomas, como algunos pretenden, acá eran los el que defendían el modelo a ultranza, ni en Chicago defienden eso hoy día, pero estos señores Larroulet, y muchos en Libertad y Desarrollo, siguen pegados en el manual de corta palos de la década del 60 y 70, que por ahí era lógico, pero con el correr de las décadas se ha mostrado que no todo lo que dice este manual era correcto. En época de crisis tú no puedes ceñirte a rajatabla al manual de cortapalos.

-¿Y qué hacen?

-En plena pandemia ¿Qué hacen? 65 lucas el primer IFE, una burla para la gente, no alcanzaba, no era universal, no les llegaba a cientos de miles de hogares, y eso quedó muy grabado en la retina de la gente, y por su puesto la oposición les sacó el jugo y los responsables son Larroulet, Piñera, y todos aquellos que mantenían el dogma de que había que mantener focalización en plena crisis. Ni Estados Unidos, ni Alemania, ni Francia, focalizaron en ese minuto. En ese mismo contexto, las frases mías están ahí, cuando yo decía, oiga, si no hay otra opción, si no hay una mejor alternativa, no me queda más que plantear el retiro del 10 por ciento. Si hubiese habido otra cosa mejor, si hubiese habido un IFE de 160 mil pesos, pero la porfía infinita nos llevó finalmente al primer 10 por ciento. Es cierto que abrí la puerta, como me dijo Allamand, sí, abrí la puerta, pero en ese minuto había que estar en la calle para saber que si no abrías esa puerta íbamos a tener otro estallido.

-En un momento clave para a administración, usted ejercía como presidente de RN, en ese momento el partido más grande de la coalición ¿existe algún tipo de autocrítica?

-Claro que hago autocrítica. A veces empujé cambios más rápido de lo que los tiempos permitían. No logré convencer a un sector importante de que el camino del bloqueo o de mimetizarnos con la UDI o Republicanos era un error, no tuve la capacidad de armar equipos más amplios y potentes para enfrentar lo que venía. Pero sobre todo, no calibré el poder real de aquellos que un día fueron denominados fácticos. En la primaria hicieron de todo y a sus anchas, como si nada hubiera pasado en 100 años.

-Luego tuvo dos intentos por liderar en su sector, en el más representativo, es decir las primarias presidenciales quedó cuarto entre cuatro.

-Sobre mi opción presidencial, si la hubo, murió al entrar al gobierno. En ese minuto estaba encumbrado en las encuestas, venía marcando muy bien desde el estallido, y en la crisis covid aumentó. Pero acepté la petición de Piñera de entrar al gabinete en momentos críticos, y contra la opinión de todo mi entorno, mis amigos, los parlamentarios y las bases RN, dejé RN y eso me lo cobraron una y otra vez dentro del partido y en la calle el ciudadano de a pie. En la primaria las encuestas me mostraban como la Segunda opción del electorado en varios temas como seguridad, reformas etc…La mayoría de las veces como alternativa a Lavín. Hay personas que opinan que forzarme a salir a la primaria tenía por objetivo dividir el voto de Joaquín. No lo sé. Quiero pensar que no. Es evidente que nuestros discursos eran muy parecidos y que apuntábamos más o menos al mismo público. Con todo, haber sido ministro de Defensa fue una experiencia tremendamente linda. El día antes de salir, tuve una conversación larga con Piñera, donde le insistí que había decidido no dejar el Ministerio, que sería un error, pues ya no había tomado  opción, pero me insistió una y otra vez en la necesidad de que aportara en la primaria con los votos que tuviera. Ya muchos sabíamos que él tenía su candidato. La primaria fue muy compleja, con un bloqueo absoluto de quienes creían en otra candidatura y un partido dividido donde varios aprovecharon de pasar cuentas. Mucha gente en el sector, y varios en RN, hoy sienten que fue un error el haber firmado el acuerdo del 15N. Tienen mala memoria, pues olvidan que en ese minuto no había otra salida pacífica a la crisis, que no se podía pedir más a carabineros, y que los cientos de miles de manifestantes pacíficos no se iban a volver a sus casas con las manos vacías. Lo que estuvo en juego es mucho más de lo que son capaces de aceptar, y por supuesto, hoy con una valentía encomiable, dictan cátedra sobre lo que había que hacer en ese minuto. Por supuesto, siempre desde la comodidad y seguridad de sus casas u oficinas.

-En la elección interna tampoco tuvo suerte, fue derrotado por la lista encabezada por Francisco Chahuán, y respaldada por Carlos Larraín y Andrés Allamand

¿La interna? no me quedó más que postular. El candidato acordado era Cristián Monckeberg, pero él declinó a las 17 horas del día de la inscripción de las listas. No había nadie más disponible para dar una pelea a una lista que era de un “todos contra “, que pegada con engrudo, reunía a grupos que se ha demostrado por sus peleas internas, no compartían ningún otro objetivo que quitarnos el poder interno. El margen fue el más estrecho de la historia de RN, 1%, pero se perdió y eso debe hacer reflexionar a los que estamos por una derecha socialcristiana y solidaria en serio, si es en RN donde se puede desarrollar esa iniciativa. Aún no tengo la respuesta.

-¿Aunque no fuera en RN, qué características debiera tener esta derecha?

-Creo firmemente que una derecha que defienda el que se pueden crecer, crear empleo pero al mismo tiempo impulsar los cambios que la gente los pide, promover reformas sociales serias y profundas, es la mejor alternativa para Chile. Para eso, las demás derechas deben comprender que somos complementarias y no pretender hegemonías que no se sostienen.
La mejor alternativa al FA, con su aire juvenil y su épica de cambios, es la derecha socialcristiana y solidaria.

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