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Marcel y Lobos: la dupla que allanó la victoria del Gobierno con la aprobación del royalty minero PAÍS

Marcel y Lobos: la dupla que allanó la victoria del Gobierno con la aprobación del royalty minero

Rodrigo Córdova
Por : Rodrigo Córdova Periodista en El Mostrador
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La Moneda consiguió un éxito legislativo clave al aprobar el proyecto del royalty minero con amplias mayorías. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la subsecretaria de la Segpres, Macarena Lobos, fueron figuras claves para alcanzar dicho resultado. Estos logros legislativos son fundamentales para la agenda gubernamental, especialmente en un momento en que el Partido Republicano gana fuerza. A pesar de algunas críticas y diferencias, la aprobación del royalty minero representa una victoria para el oficialismo, en medio de un contexto desafiante y ad portas de la Cuenta Pública.


“Lo que tenemos que valorar es que tengamos un royalty a través del cual el país se va a poder beneficiar de manera más amplia, más solidaria, de las rentas de la actividad minera. Es la razón por la que nos han acompañado los diputados y diputadas esta tarde”, dijo el ministro de Hacienda, Mario Marcel, acompañado de parlamentarios oficialistas y flanqueado por la otra persona clave del éxito del proyecto, la subsecretaria de la Segpres, Macarena Lobos. Tras siete votaciones y con amplias mayorías, el oficialismo se anotó otra victoria legislativa de su agenda propia en un momento clave: cuando toma más fuerza el Partido Republicano –que rechazó la iniciativa– y a dos semanas de la Cuenta Pública.

Parece ser que el tsunami republicano –como han llamado al resultado electoral del 7 de mayo– ha golpeado más fuerte en la costa de la oposición que en la del oficialismo. Es que, desde esa jornada electoral, el Gobierno no ha dejado de cosechar éxitos en el Congreso. La semana pasada, en la Cámara, se aprobó el salario mínimo, la nueva regulación de los delitos económicos y ambientales y, ahora, fue el turno del royalty minero, que fue despachado a ley. Diferentes voces destacan que el despliegue gubernamental en la negociación con los parlamentarios fue parte fundamental del éxito obtenido.

El royalty minero y el alza del salario mínimo son proyectos claves para el Gobierno, a fin de mantener vigente su agenda propia. Con la Cuenta Pública a la vuelta de la esquina (1 de junio) y con la arremetida electoral del Partido Republicano, es importante para el Ejecutivo mostrar un rendimiento legislativo de su agenda. Es por eso que la aprobación del proyecto del royalty constituía un golpe esencial que tenía que dar, en aras de mostrar gobernabilidad y, además, una agenda efectiva aparte del tema de la seguridad

El rechazo a la reforma tributaria fue una de las derrotas más grandes para La Moneda y, en particular, para el titular de Hacienda, Mario Marcel. Fuentes que han conocido el desarrollo de las negociaciones advierten que, tras el revés de la tributaria, el ministro ya no confía mucho en asumir los votos con los que se cuenta en el papel, sino que cree en las negociaciones y en lo que se acuerda entre las partes. Por ejemplo, en la negociación del salario mínimo, legisladores oficialistas sostienen que “se entregó mucho”, pero que Marcel decidió optar por asegurar los votos y darle garantías a la oposición.

Es que no está dispuesto a revivir el trago amargo del pasado. Por eso, tomaron los resguardos necesarios para tener un proyecto de ley sólido que tuviera altas chances de aprobarse. El diputado Nelson Venegas (PS), quien pertenece a la Comisión de Minería de la Cámara, advierte que el ministro, aparte de tener un conocimiento superior en materia económica, cree que la impronta “de abrir condiciones de negociación y de diálogo” juega un rol importante.

Venegas recalca que en un comienzo la carga tributaria, para aquellas mineras que produzcan más de 80 mil toneladas métricas de cobre fino (gran minería), correspondía al 50%. Luego, tras las negociaciones con el Senado, bajó a un 47% y, posteriormente, a un 46,5%. Además, “acogió las demandas de descentralización y compensación de los territorios”.

Fuentes al interior del Gobierno explican que, junto al del ministro, el rol desempeñado por la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos, fue fundamental. Una fuente de oposición del Senado confirma que la dupla hizo un buen trabajo, “no se fueron por los colores propios ni forzaron las votaciones”.

Mientras Marcel atendía su extensa cartera, Lobos asistió a casi todas las sesiones de comisión que trataban el royalty minero. Fuentes del oficialismo sostienen que la subsecretaria trabaja estrechamente con el Ministerio de Hacienda para todos los proyectos y que, particularmente en el royalty, jugó un papel imprescindible.

Para la negociación con el Senado había varias aprensiones de la oposición respecto al proyecto y, sobre todo, en relación con los impuestos a la gran minería. Cuando se bajó el impuesto a un 47%, pareció no ser suficiente.

En ese momento, Macarena Lobos cobró protagonismo. Como había asistido a las sesiones de la comisión, trabajó con Hacienda y los senadores para generar un protocolo de acuerdos. Documento que quedó listo el 8 de mayo, un día después del triunfo republicano, y allanó el camino para que la iniciativa se despachase antes de la Cuenta Pública.

Para algunas voces opositoras al proyecto, la negociación consistió en una estrategia más visual. Cuentan que la mayor parte de la negociación no tuvo que ver con el impuesto en sí, sino con el reparto de los recursos. Los senadores señalan que ver la tabla que mostraba los recursos que le tocaba a cada región, en caso de aprobarse el proyecto, fue lo que los convenció.

El senador Iván Moreira (UDI) fue uno de los que compartió dicha tabla en sus redes sociales, para dar cuenta de los aportes que llegarán a las regiones ahora que el royalty minero será ley.

El presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, reconoce que los señalados personeros del Gobierno son más cercanos al Socialismo Democrático y, en tal sentido, recalcó que “la subsecretaria Lobos y el ministro Marcel han tenido un excelente desempeño, logrando instancias de diálogo y acuerdos transversales en políticas que han sido importantes ejes del programa de Gobierno”.

Para el diputado Ibáñez, la calidad del trabajo de Marcel y Lobos “se mide en la capacidad de lograr mayorías que permitan hacer avanzar un proyecto cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de la gente; en eso han sabido cumplir”, enfatizó.

Acuerdos amplios que, en todo caso, siguen sin dejar contentos a todos. El Partido Republicano, por competo, rechazó la iniciativa tanto en la Cámara como en el Senado. El expresidente de la colectividad, el senador Rojo Edwards, manifestó que el proyecto no le parece, dado que “desde el año 2005 la minería del cobre está estancada y lo único que pasó ese año fue la incorporación de un nuevo impuesto”.

Además, el senador tiene diferencias de enfoque: “Es mucho mejor ser dueño del 38% de 200 que del 46% de 100. Es mejor hacer que la industria crezca para que pague más sueldos, contrate a más pymes, traiga más actividad económica y, derivado del crecimiento, aumente la recaudación”.

Algunos personeros de la UDI también quedaron disconformes con el proyecto y no creen que el ministro Marcel goce de un estilo dialogante. Para el diputado Marco Sulantay (UDI), quien participa de la Comisión de Minería y Energía de la Cámara, el desempeño del titular de la cartera de Hacienda “es deficiente”. Esto, porque –a su juicio– “se entregaron datos sueltos, sin correlación y, por lo tanto, no permiten hacerse una impresión global del tema para tomar una determinación”. Sulantay agrega que, cuando le consultó al ministro por algunos datos específicos, “sus respuestas fueron muy evasivas”.

Si bien hay críticas, es evidente que la aprobación del royalty minero significa un triunfo para el oficialismo y un espacio de aire en un contexto asfixiante. Ahora, el próximo proyecto en la mente de Marcel y la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, será la aprobación del alza del salario mínimo, y esperan que sea otro punto en la Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric el 1 de junio.

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