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El debut internacional de Kast: guiños a la motosierra de Milei y dientes contra Petro y Maduro PAÍS Foto: AgenciaUNO

El debut internacional de Kast: guiños a la motosierra de Milei y dientes contra Petro y Maduro

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Andrés Cárdenas Guzmán
Por : Andrés Cárdenas Guzmán Periodista El Mostrador
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En menos de 48 horas, el Presidente electo saltó de la celebración en las urnas al ajedrez internacional: foto con la motosierra en Buenos Aires, espaldarazo desde la Casa Blanca, tono duro frente a Venezuela y respuesta inmediata a nuevas críticas de “nazi” desde Colombia.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La ofensiva incluyó un acercamiento explícito al eje Milei–Trump, señales de cooperación económica y fronteriza con Argentina, definiciones duras frente al régimen de Nicolás Maduro y un cruce diplomático con Colombia tras los dichos de Gustavo Petro. Mientras desde el Partido Republicano defendieron el giro como una oportunidad estratégica y económica —incluida la eventual incorporación del economista José Luis Daza al próximo gabinete—, en la oposición y el oficialismo saliente surgieron alertas por un quiebre con la tradición diplomática chilena.
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José Antonio Kast no esperó a que se enfriaran las urnas. Apenas horas después de su triunfo presidencial, el Mandatario electo lanzó una ofensiva internacional que –según analistas– era previsible, moviendo fichas tanto dentro como fuera de Chile. Su debut combinó gestos de alineamiento ideológico, definiciones duras en política exterior y señales que, para parte del actual oficialismo, rompen con la tradición diplomática del país. Más que cautela, la apuesta fue por el impacto inmediato.

El primer golpe en terreno llegó desde Buenos Aires. En la Casa Rosada, J.A. Kast se reunió con Javier Milei y su motosierra en un encuentro cuidadosamente escenificado como sintonía política y cultural. “Vamos a tener una muy buena relación entre Argentina y Chile como nunca antes”, dijo el Presidente electo, subrayando que su gira busca “ver cómo llevar a Chile buenos ejemplos”. La imagen con Milei –símbolo de los recortes o “ajustes” del liberalismo radical en la región– fue leída como una señal inequívoca: el nuevo Gobierno chileno se siente cómodo en el eje conservador-libertario que hoy desafía a los progresismos latinoamericanos.

El gesto no pasó inadvertido para el historiador y académico de Idea-Usach, Pablo Lacoste, quien puso paños fríos al entusiasmo. Reconoció que el diálogo puede ser útil, pero advirtió contra la importación mecánica de recetas. “Milei le puede explicar a Kast que la situación de Chile no es la de Argentina”, señaló, remarcando que “no puede ponerse a hacer recortes de gastos brutales, como Milei sí tiene que hacer en Argentina, porque no es el caso en Chile”. Su frase fue aún más gráfica: “Es brutal meter un recorte de 6 mil millones de dólares en un país que tiene una inflación del 3%”. Para el profesor Lacoste, el aprendizaje debe ser mutuo y con prudencia, para evitar “daños, tensiones y efectos negativos innecesarios”.

Desde el Partido Republicano, el diputado Stephan Schubert, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, sostuvo que, por el contrario, es muy importante la señal que entrega el Presidente electo al iniciar este período de preparación para el comienzo de su Gobierno, con el gesto de viajar a Argentina en calidad de Mandatario electo. Esto –dijo en entrevista con 24 Horas– “demuestra que vamos a tener un trato especial con los países que están en nuestro barrio”.

A su juicio, la idea es mejorar la relación bilateral tras los “desencuentros entre Boric y Milei” y avanzar hacia una cooperación más estrecha. “Tenemos un tráfico importante de personas y de mercadería entre ambos países, además de problemas de frontera que, con Argentina, es porosa en varias zonas”, puntualizó. En ese marco, advirtió sobre el paso irregular de mercancías sin control aduanero y planteó la necesidad de un trabajo colaborativo para enfrentarlo. “Yo represento a La Araucanía y ahí tenemos un profundo problema en los bosques y cerros respecto de la línea limítrofe”, explicó.

Schubert agregó que una mejor relación también abre oportunidades económicas, como permitir que Argentina utilice los puertos chilenos para exportar hacia Oriente. “Eso significaría ahorro en costos y tiempo para ellos, y para nosotros implicaría que nuestros puertos transporten esa carga”, afirmó.

“Yo apoyo cualquier situación que termine con una dictadura”

Desde Argentina también se sinceraron otras posturas internacionales del Presidente electo. Reiteró su abierto respaldo a una eventual intervención de Estados Unidos para terminar con lo que llamó una “narcodictadura”. “Yo apoyo cualquier situación que termine con una dictadura”, afirmó, asegurando que una acción de ese tipo resolvería “un problema gigantesco” no solo para Sudamérica, sino también para Europa. El mensaje fue directo y sin matices, alineando a Chile con las posiciones más duras contra Nicolás Maduro –quien le dijo “cuidadito si le toca un pelo a un venezolano”–.

Esa postura volvió a encender alarmas en la oposición. El diputado del Frente Amplio Jorge Brito, miembro de la Comisión de Defensa Nacional, acusó al Jefe de Estado electo de adelantarse “a jugadas que son estratégicas” y de poner en riesgo una política exterior históricamente estable. “Chile, en materia de política internacional, tiene una postura histórica, invariable con los gobiernos de turno, y que podría modificarse con las señales que está dando el Presidente electo”, dijo.

El diputado Brito fue más allá y apuntó directamente a los contactos internacionales de José Antonio Kast: cuestionó que se esté “comunicando con criminales de lesa humanidad que tienen órdenes de captura internacional, como Netanyahu” –también hubo preocupación de la comunidad palestina en Chile ante rumores de un llamado telefónico tras la felicitación de la Oficina del primer ministro Netanyahu–, y realizando “supuestas visitas casi de Estado sin la Cancillería”, al margen de los canales formales.

En ese mismo tono, el parlamentario advirtió sobre el eje Buenos Aires-Santiago. “Por mucho que al Presidente electo y a la derecha chilena les guste Javier Milei, tenemos un país en común que cuidar y proteger”, enfatizó, recordando que Argentina ha incrementado su hostilidad hacia Chile en los últimos años. Su llamado fue claro: actuar “con altura de miras”, respetar el derecho internacional y entender que “Chile es mucho más responsable” en su conducta exterior.

Quien también abordó el tema fue el exministro Giorgio Jackson, que calificó el acercamiento a Milei como un “error táctico al segundo día”. Según su análisis, el gesto contradice la idea de un “Gobierno de emergencia” enfocado en la seguridad y lo vuelve a instalar en la “guerra cultural de la red ultraconservadora global”. Jackson fue específico: “Chile tiene 3,4% de inflación anual, Argentina más del 30%. Chile viene disminuyendo la pobreza desde 1990; no sé si necesita lecciones desde Argentina”.

¿Triministro Daza?

En su paso por Buenos Aires, José Antonio Kast no solo se reunió con Javier Milei en la Casa Rosada. Antes, el Mandatario electo compartió con el corazón del equipo económico argentino: Luis Caputo y el chileno-argentino José Luis Daza, hoy viceministro de Economía y uno de los nombres que más suena para integrar el próximo gabinete en Chile.

Consultado por la opción de sumar a Daza a su Gobierno, Kast bajó el tono y dejó la puerta abierta. “He conversado con él, pero no le he hecho un planteamiento concreto. Todas las posibilidades están abiertas, pero pasa por una decisión personal”, dijo tras el encuentro, en el que también participaron Jorge Quiroz y otros asesores económicos.

Daza, economista formado en la Universidad de Chile y Georgetown, con una extensa carrera en JP Morgan y Deutsche Bank, es cercano a Kast desde la campaña de 2021 y ha sido clave en las políticas de desregulación impulsadas por Milei. Según versiones de prensa, el Presidente electo le habría ofrecido el rol de “triministro” de Economía, Energía y Minería, una definición que todavía está en evaluación. Mientras tanto, Kast sigue tomando nota.

Críticas desde Colombia y apoyo occidental

La controversia escaló aún más con los dichos del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien volvió a calificar a Kast como “nazi” y “fascista”. El diputado Schubert respondió sin rodeos. Para él, las palabras de Petro no solo son una intromisión impropia, sino también “una falta de respeto también al electorado chileno”, que se expresó democráticamente. El mensaje apuntó a cerrar filas internas frente a cuestionamientos externos y a defender la legitimidad del resultado electoral. Esto, recordando que el Gobierno del Presidente Boric mandó una nota de protesta a Colombia.

Mientras en la mitad de América Latina crecían las críticas, desde otros frentes llegaron respaldos más institucionales. La Unión Europea felicitó formalmente a Kast, destacó el carácter pacífico del proceso electoral y manifestó su disposición a trabajar con su futura administración, reafirmando que “la UE y Chile disfrutan de una sólida asociación basada en valores comunes, entre los que se incluyen un compromiso compartido con la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho”.

En la misma línea, Estados Unidos celebró el triunfo del republicano, leyéndolo como parte de un giro regional hacia la derecha.

Respaldo explícito de la administración Trump

Estados Unidos no demoró en leer el resultado chileno en clave regional. A horas del triunfo de José Antonio Kast, el Gobierno estadounidense celebró públicamente que Chile se sume al giro hacia la derecha en Sudamérica, junto a países como Argentina, Ecuador y Bolivia. El mensaje llegó desde lo más alto del equipo económico de Washington: el secretario del Tesoro, Scott Bessent, felicitó al Presidente electo a través de X y habló de una “merecida victoria electoral”.

“Al igual que Argentina bajo la presidencia de Javier Milei, Chile ha rechazado rotundamente los fracasos del comunismo”, escribió Bessent, quien contrapuso ese diagnóstico a la promesa de “un futuro más brillante de paz, orden, crecimiento y esperanza”. La mención a Milei no fue casual: el mismo Bessent había respaldado activamente al mandatario argentino antes de las legislativas de 2025, cuando el Tesoro estadounidense salió a comprar pesos para estabilizar el mercado en plena campaña.

El mensaje cerró con una señal política directa: “Bajo la dirección de Donald Trump, esperamos revitalizar la relación entre nuestras naciones”. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha reforzado su interés en América Latina, celebrando triunfos electorales afines –como el de Rodrigo Paz en Bolivia– y apoyando a candidatos conservadores en la región, mientras mantiene presión sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Así, en apenas 48 horas, Kast consiguió instalar a Chile en el centro del debate internacional antes incluso de asumir. Con gestos de alto simbolismo, definiciones duras y una agenda que combina alineamientos ideológicos con desafíos diplomáticos, el Mandatario electo dejó claro que no habrá luna de miel silenciosa. El interrogante que queda abierto es si este golpe de efecto se traducirá en una política exterior consistente y estratégica, o si el vértigo de los primeros días terminará tensionando más de la cuenta los equilibrios que Chile ha cuidado por décadas.

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