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Abrupta salida de ministro de Economía de Argentina podría profundizar crisis del mercado

Abrupta salida de ministro de Economía de Argentina podría profundizar crisis del mercado

El presidente argentino, Alberto Fernández, en tanto, sostuvo reuniones y llamados telefónicos dominicales en búsqueda de nombrar al nuevo ministro de Economía tras la renuncia de Martín Guzmán, que además profundizó la crisis política que atraviesa el país. El nombre del nuevo ministro se debería conocer pronto, aunque nada trascendió desde el Gobierno durante el fin de semana.


La abrupta partida del ministro de Economía deArgentina y la falta de un sucesor claro podría amenazar con desestabilizar aún más una economía ya sacudida por una inflación muy alta, crecientes costos de la energía y latentes temores sobre posibles nuevos incumplimientos de deuda.

Martín Guzmán, el arquitecto del reciente acuerdo por 44.000 millones de dólares del país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), renunció el sábado cuando las tensiones dentro del Gobierno aumentaron sobre cómo manejar la crisis económica en uno de los principales productores de granos del mundo.

Relativamente moderado, se había enfrentado con el ala más militante de la coalición peronista gobernante en torno a la poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien criticó públicamente a Guzmán y pidió más gasto público.

La renuncia, la de perfil más alto desde que el presidente Alberto Fernández asumió el cargo a fines de 2019, ha dejado al descubierto profundas grietas en el Gobierno, que amenazan con desbaratar la gestión económica del país.

«La renuncia del ministro Guzmán realmente descubre la ruptura interna en el Gobierno», dijo Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, y agregó que había sido un «ancla» de la política económica a pesar de sus dificultades.

«Desde el lado económico, amplifica la dinámica de incertidumbre en la que ya estabaArgentina», acotó.

Sobre la mesa ahora están las políticas en torno al peso argentino, que está protegido por estrictos controles de capital que han frenado tipos de cambio paralelos que duplican al valor oficial. Guzmán también supervisó los regímenes fiscales en torno a los granos y la política energética.

La inflación está por encima del 60% anual y se espera que aumente aún más, mientras que los altos costos de importación de energía han obstaculizado la capacidad del país para aumentar las agotadas reservas de divisas. Los bonos soberanos se han desplomado a paridades mínimas históricas.

Guzmán tenía previsto viajar a Francia para las conversaciones del 6 de julio con la idea de reestructurar una deuda de unos 2.000 millones de dólares con el Club de París de prestamistas soberanos, considerada clave para reabrir el acceso a la inversión extranjera directa necesaria para infraestructura y energía.

«Vacío» económico

Daniel Marx, exsecretario de Hacienda y negociador de la deuda, dijo que la tarea para Guzmán se había vuelto insostenible en medio de una fuerte oposición dentro del Gobierno. La clave ahora sería quién lo reemplaza.

«Me parece importante ver cómo se llena el vacío», dijo Marx. «No solo la persona sino la dirección de la política económica para salir de todo el escepticismo y los problemas que vienen arrastrando desde hace bastante tiempo», añadió.

El domingo por la mañana no hubo noticias sobre un sucesor y el presidente Fernández aún no se había pronunciado públicamente sobre la salida, lo que sugiere que la renuncia tomó por sorpresa al Gobierno.

Algunos inversionistas estaban preocupados por cómo la salida afectaría la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones con el FMI, que incluyen objetivos de inflación, niveles de reserva y equilibrio fiscal, todo ya bajo presión.

«Esto no es bueno y confirma que hay un problema político», dijo Maria Castiglioni, economista de C&T Asesores, y agregó que plantea dudas sobre si el Gobierno podrá tomar las medidas necesarias para salir de la crisis.

Dentro del Palacio de Hacienda, donde también renunció gran parte del equipo de Guzmán, la sensación era que se había vuelto difícil hacer las cosas con eficacia.

«Cuando las cosas avanzaban a buen ritmo, las decisiones debían tomarse rápidamente. Cuando no tienes una decisión en la mesa de dinero, es difícil», dijo una fuente del Ministerio.

Horacio Larghi, economista y director de la consultora Invenómica, dijo que lo más importante será saber si el nuevo ministro de Economía tendrá licencia para actuar.

«En cuanto a quién lo reemplaza, el nombre no importa tanto. Lo que importa es si la persona tendrá o no el poder de hacer algo», afirmó.

Presidente argentino trabaja contrarreloj para elegir a nuevo ministro

El nombre del nuevo ministro se debería conocer en las próximas horas, aunque nada trascendió desde el Gobierno. «Sin novedades», dijo a Reuters una portavoz ante el silencio oficial.

La disputa de poder en la coalición gobernante por el enfrentamiento publico entre Fernández y su influyente vice Cristina Fernández de Kirchner -lo que podría agravar las dificultades financieras y acelerar la alta inflación- embarra el escenario, coinciden analistas.

«Estamos ante una crisis política compleja, profundizada por la pelea en el poder. Quien se haga cargo del ministerio, tendrá un complicada tarea», sostuvo Rosendo Fraga, analista político.

Otro colega suyo subrayó que el presidente «está en un día clave donde debe acertar con el nombre de su ministro de Economía, pero que tenga consenso político y respaldo para tomar medidas urgentes en una compleja coyuntura» argentina.

El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en su rol de otro integrante de la coalición de Gobierno, aparece como una de los allegados con más interacción con el presidente.

La salida de Guzmán el sábado tomó por sorpresa al Gobierno de centroizquierda, que atraviesa sus niveles más bajos de aprobación tras asumir a finales de 2019.

«La valoración positiva del desempeño del Gobierno continúa descendiendo (…) y la preocupación por la inflación sigue alcanzando máximos históricos», reportó Synopsis Consultores.

Argentina enfrenta una inflación proyectada mínima del 70% para el 2022, alto déficit fiscal, excesiva emisión monetaria y derrumbe de mercados, poniendo a la tercera economía de América Latina entre las peores entre las naciones emergentes.

Una fuente del Gobierno confió a Reuters que la salida de Guzmán obedeció a la falta de apoyo político que sintió para profundizar una serie de medidas, en momentos donde el riesgo país marcó su máximo histórico.

«El nuevo ministro tiene que tener el aval de Cristina (Fernández de Kirchner), sino será un fracaso antes de asumir», afirmó el analista político Lucas Romero.

Tras más de 24 horas sin titular en el clave sillón de Hacienda, los rumores de nombres en danza se multiplican, lo que aumenta la incertidumbre previo al inicio semanal de la actividad financiera.

Guzmán renunció en una larga carta de siete páginas, principalmente con una autoevaluación positiva de su mandato.

Sorpresa

Esta partida «siguió a la renuncia del ministro de Producción (Matías) Kulfas el mes pasado y aumentó las críticas de miembros de la coalición de Gobierno alineados con la vicepresidenta», reportó Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs.

Acotó que esta salida «podría verse como otro golpe político al presidente y puede comprometer la relación con el FMI. Una presidencia políticamente más débil e impopular aumentaría el riesgo de que la política macro se vuelva más heterodoxa e intervencionista».

El ahora exfuncionario difundió su renuncia mediante una carta en Twitter, justo cuando la vicepresidenta Fernández de Kirchner cerraba un masivo acto público que se robaba toda la atención pública.

«La etapa de Guzmán estaba agotada (…) Argentina tiene muchos otros problemas, al margen de la deuda, y el futuro sucesor tiene muy acotado su margen de maniobra. Hay crisis política que desembocó en una crisis económica, por eso hay que resolver lo primero», afirmó el economista Víctor Becker.

En nombre del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, agregó que «es necesario que se conozco el nombre del nuevo ministro antes de la apertura de los mercados, caso contrario tendremos un lunes negro».

El economista renunciante, de 39 años, fue clave en un reciente acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el que se renegociaron 44.000 millones de dólares en deuda impagable a corto plazo.

El economista Joseph Stiglitz, mentor y aliado de Guzmán, dijo que el exministro ha hecho un gran trabajo para resolver una crisis de deuda que dejó el Gobierno anterior y reactivar el crecimiento después de la pandemia.

«Sus profundos principios hicieron que le fuera imposible continuar en el cargo sin el compromiso del Gobierno con un enfoque unido, integrado y coordinado de los enormes desafíos que enfrenta la economía tras la pandemia y la invasión rusa a Ucrania», sostuvo.

Frente al complejo panorama, analistas políticos no descartan que el Gobierno pudiera aprovechar el momento para profundizar los cambios en el gabinete, aunque nada trascendió desde la esfera oficial.

Especialistas del mercado prevén que los activos soberanos y la golpeada moneda local permanecerán bajo presión, a menos que Guzmán sea reemplazado por un ministro con credenciales sólidas, influencia significativa y capital político propio.

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