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Carta Abierta a Kel Calderón Yo opino

Carta Abierta a Kel Calderón

La misiva fue enviada por el colectivo «La Rebelión del Cuerpo», quienes mediante la presente, hacen sus descargos ante la publicidad que denominan una hipersexualización innecesaria para vender chicles.


Ya van más de 30 personas que nos han enviado la publicidad de #BigtimeAcid. Además, al despertar, nos encontramos hoy que la portada de Las Últimas Noticias (el diario más leído en Chile) tiene al co-protagonista de dicha publicidad hablando sobre la veracidad de las escenas de dicha publicidad. ¿Es importante saber eso? Claramente NO. ¿Aporta en algo? SÍ. Aporta a seguir perpetuando la desigualdad de género en muchos aspectos.

Estimada Kel, nos dirigimos a ti NO por no estar de acuerdo con que una mujer sea libre de vivir su sexualidad y decidir sobre qué hacer con su cuerpo: al contrario, creemos que es importante, necesario y poderoso vivir nuestra sexualidad desde la libertad personal, social corporal, y emocional. Sin embargo, no podemos ignorar la manera en que dicha libertad es difundida, sobretodo en un contexto tan poco participativo y socialmente responsable como la industria publicitaria en donde el cuerpo femenino es puesto al servicio del interés económico.

Te queremos contar algunas cosas. Como colectivo, hemos estado realizando encuestas para dimensionar el impacto que tienen los estereotipos de género presentes en la comunicación de masas en la autoestima, identidad, y posición social de las mujeres. El 91% de las mujeres que participaron en nuestra primera encuesta afirmaron que “la publicidad afecta la construcción de la identidad femenina” y el 95% señaló que “su apariencia física afecta su seguridad personal”. Las mujeres jóvenes – es decir, entre 18 y 25 años – son quienes reportan una menor satisfacción con todos los aspectos de su vida, especialmente en relación a su apariencia física y vida sexual, alcanzando promedios de 5,6 y 5,9 puntos (en una escala entre 0 y 10). Es precisamente este grupo de mujeres quienes, además, reportan mayores niveles de autoestima baja (36%) en comparación a sus pares más adultas (18%, entre las mayores de 40 años). Además, nuestras cifras demuestran que las mujeres son baja autoestima son quienes experimentan una respuesta sexual menos satisfactoria en todas sus fases (es decir, menor frecuencia de deseo, excitación, y clímax sexual).

Nosotras entendemos a la autoestima más allá de la salud mental individual: la comprendemos como un capital político. En cuanto tal, a las mujeres se nos ha desapropiado de él a través de múltiples estrategias, siendo una de las más poderosas la industria de la publicidad. Entendemos, también, que la satisfacción vital es un componente central para movilizar dicho capital político, siendo el cuerpo – y la vivencia sexual satisfactoria – catalizadores de lo mismo. Sin embargo, la industria de la publicidad así como nos ha enseñado que existe sólo un único estereotipo de belleza femenina permitido, también nos ha enseñado una única forma de vivir la sexualidad femenina: siempre a través del escrutinio masculino que nos dice qué es lo sexy, qué es lo erótico, y qué es lo “realmente” placentero.

Creemos que vender un chicle a través de la hipersexualización femenina perpetúa la desigualdad de género al reforzar tanto un único estereotipo de belleza femenino como una única forma de vivir la sexualidad. El supuesto empoderamiento que  proporciona la libertad de participar (o no) en la perpetuación de estos estereotipos – creemos – desvía la discusión de fondo: una en donde la sociedad no le está tomando el peso que corresponde a cómo estas decisiones comerciales está construyendo a perpetuar a la desigualdad de género poniendo a las mujeres – a su autoestima, cuerpo, identidad, posición social, sexualidad – como objetos de consumo y ciudadanas de segunda clase. Las imágenes construyen realidad y como nuestras niñas, adolescentes y mujeres VEN en la comunicación de masas afecta la forma en que se paran en el mundo.

Nuestro foco no es la persona que aparece en la publicidad sino la industria que replica la violencia simbólica sin medir el impacto que genera en la construcción de identidad femenina. Estimada Kel, tú eres referente para muchas y por eso queremos decirte que tu participación en la publicidad es clave… pero para generar un impacto positivo, para inspirar, para potenciar a las niñas, adolescentes, y mujeres que te admiran. Ese poder es enorme y te pedimos, desde la más absoluta humildad, usarlo para empoderar, para recuperar el poder personal, y no para seguir entregándolo a merced del placer ajeno. A su vez, BigtimeChile queremos invitarlos a reflexionar sobre el mensaje de esta publicidad. ¿Es necesario hipersexualizar para vender chicle?

La publicidad tiene un poder enorme que ha estado al servicio del interés económico antes que el bien social. Nosotras no buscamos acabar con la comunicación de masas, sin embargo, creemos que es preciso abrir los ojos y trabajar para que la publicidad impacte pero de manera inspiradora.

Saludos respetuosos y sororos,

La Rebelión del Cuerpo

Acá puedes ver el video de la publicidad:

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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