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Codelco enfrenta dilema de transformar o no fundiciones antiguas

Codelco enfrenta dilema de transformar o no fundiciones antiguas

Las fundiciones del país son “una suerte de monumento a la guerra fría” si se las compara con las plantas modernas en Francia, Alemania y Japón, dijo Óscar Landerretche, presidente del directorio de la corporación. Esto se debe a décadas de subinversión y, en tiempos más recientes, a los costos en alza.


El país que más cobre produce está enfrentando una de sus decisiones más importantes en décadas: invertir miles de millones para reparar fundiciones anticuadas o cerrarlas y enviar más material no refinado a Asia o Europa.

Chile, que abastece un tercio del cobre mundial, ha convocado a ministros, ejecutivos, ingenieros y economistas para concebir una política nacional de fundición y refinación que será presentada a la presidenta, Michelle Bachelet, el próximo trimestre. Las tratativas arrancan en momentos en que la empresa estatal Codelco está a la búsqueda de más ahorros en medio de la mayor caída de los metales en siete años.

Lo que los expertos recomienden será sumamente importante para las siete fundiciones existentes –cinco de las cuales son estatales, en tanto las otras dos pertenecen a Glencore Plc y Anglo American Plc- así como también para futuros proveedores y socios y para el comercio mundial del cobre. Una tecnología sucia e ineficiente, combinada con los altos costos de la energía erosionaron los márgenes en las plantas chilenas.

“Estamos analizando la posibilidad de llevar a cabo una reorganización importante en las fundiciones y las refinerías –quizá cerrar algunas y tal vez construir algunas nuevas”, dijo el presidente de Codelco, Óscar Landerretche, en una entrevista en Santiago la semana pasada. “No podemos vivir como si las tendencias del mercado del cobre fueran sólo exógenas”.

Monumento a la guerra fría

Las fundiciones del país son “una suerte de monumento a la guerra fría” si se las compara con las plantas modernas en Francia, Alemania y Japón, dijo Landerretche. Esto se debe a décadas de subinversión y, en tiempos más recientes, a los costos en alza. Ahora, la perspectiva de un período prolongado de precios bajos para los metales deja a los productores tratando de reducir gastos.

“Durante el súper-ciclo de los productos básicos, el desarrollo tecnológico fue una tarea pendiente”, dijo Claudia Morales, vicepresidenta de BlackRock Inc. de Chile en una entrevista desde Santiago. “En la curva baja del ciclo, es necesario mejorar los cuellos de botella para sumar valor, de modo que para Codelco es totalmente lógico estar armando este plan nacional de fundición”.

Es probable que la mezcla de la producción chilena –que incluye el producto intermedio conocido como concentrados, refinación y fundición- no cambie demasiado en lo inmediato, según Dane Davis, analista de metales en Barclays Plc de Nueva York. Las reducciones en la capacidad de refinación probablemente tengan más que ver con las disminuciones de la producción de mineral extraído en tanto los precios se desmoronan, dijo.

Si Chile decidiera refinar menos y exportar más concentrados, China sería el destino lógico después de su acumulación de capacidad de refinación.

Retirarse del negocio de la fundición es una opción que está siendo discutida, pero hacerlo, dice Landerretche, generaría un cuello de botella en el procesamiento. El arsénico contenido en gran cantidad de los concentrados que produce Chile supera los niveles aceptados actualmente por las plantas chinas y debería mezclarse con material más limpio, algo que no es factible, dijo.

Otras opciones en debate incluyen reformar las plantas existentes o construir nuevas mediante alianzas, la utilización de tecnologías de minería verde como hornos de fundición alimentados por energía solar o desarrollar más plantas que utilicen microorganismos para poder extraer el cobre.

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